Modos de vivir una tragedia
Pedro Almodóvar estrenó hace pocas semanas su primer film en inglés donde aborda todo lo que conlleva decidir el tiempo para morir.
"La habitación de al lado" retrata a dos mujeres y una enfermedad. Una de ellas, Martha, escritora, visita en el hospital a Ingrid, corresponsal de guerra, quien padece un cáncer terminal. Transcurrido el tiempo de varias conversaciones y paseos por las calles de New York, deciden instalarse en una casa alejada de la ciudad. Ven películas, leen, recuerdan su infancia y hablan de sus vínculos afectivos, que no siempre resultaron satisfactorios.
Así transcurren sus horas juntas. Sin embargo, un acuerdo previamente sellado con lágrimas, se hace presente en la decisión que tomaron. "La habitación de al lado" es el último film de Pedro Almodóvar y aborda un polémico tema que se encuentra en el interrogante de si uno es dueño absoluto de su vida que incluye la propia muerte: la eutanasia.
La habitación de al lado. ¡Mirá el Trailer!
Almodóvar escribe su película para la cual se basa en la novela de la autora americana Sigrid Nunez “Cual es tu tormento” (Anagrama, 2021). Elige dos actrices como Julianne Moore y Tilda Swinton en un tout de force quienes expresan sus sentimientos convertidos en intensidad, energía y determinación, atravesando la pantalla y dirigiéndose al espectador con fuerza e impactándolo directamente.
Las variables del film, desde la dirección de arte, el sonido, la música, los primerísimos planos, constituyen sus pilares principales. La sofisticación de las locaciones elegidas acompañan las referencias constantes a la literatura, pintura, cine y arquitectura. James Joyce es citado conjuntamente con John Huston. Las pinturas de Edward Hooper retratan la soledad en la vida estadounidense contemporáneas. La casa elegida por Martha e Ingrid, si bien ellas afirman que se encuentra en Woodstock es una famosa construcción en El Escorial llamada Szoke House y que ha sido difundida por todas las redes sociales a partir del estreno de la película. Y en todo se encuentra la cinefilia de Almodóvar quien rinde tributo a Buster Keaton con el clásico Siete ocasiones (1925).
Sin embargo no hay nada que se escape al eje central, la muerte: “Cae la nieve. Cae sobre ese solitario cementerio en el que Michel Furey yace enterrado. Cae lánguidamente en todo el Universo y lánguidamente cae como el descenso de su último final, sobre todos los vivos y los muertos” (James Joyce, Dublineses).
Shakespeare dice a través de Hamlet que los males desesperados exigen desesperados remedios o jamás se curan. Pero el film no trata de la desesperación. Todo lo contrario. Es además una reflexión que la autora del libro, Sigrid Nunez, escribe: “La posibilidad de un futuro más feliz donde el sufrimiento se redujese no puede ser una justificación para la mortificación existente”.
Los seres humanos no aprenden. Cometen siempre las mismas equivocaciones. Error tras error. Horrores. Se les pide que acepten lo inaceptable y que otras personas tengan que padecer lo que padecen. Y no pueden hacer nada al respecto.
Este film de Almodóvar es todo esto y mucho más, porque se puede debatir su calificación en estrellas, no obstante su corpus principal va más allá de lo precedente porque es la amistad que surge, que atraviesa todos los diálogos y que sobrevive incluso a la muerte. Esa amistad que se resume en “¿Sabés qué? Puedo estar a tu lado a pesar de todo”. No es entonces, la habitación de al lado, sino quien se encuentra cerca de alguien que lo necesita.
Y eso es lo más valioso que se puede tener y con lo que se puede contar en la vida.
* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta