Filosofía, Inteligencia Artificial y la clave del asombro y la reflexión
El filósofo Tomás Balmaceda abordó en MDZ Radio la relación entre tecnología y filosofía, y planteó la necesidad de un enfoque crítico en una época de avances y de confusión existencial.
En el programa Recalculando de MDZ Radio 105.5 FM, Tomás Balmaceda, Doctor en Filosofía, periodista y docente, profundizó sobre el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) y su relación con la filosofía, planteando una reflexión crítica y accesible sobre cómo estas herramientas transforman la realidad y nuestras percepciones.
Balmaceda comenzó con una reflexión sobre su rol como filósofo y la recepción de este título en la sociedad actual. "Soy doctor en filosofía y, además, eh… No sé si a ustedes les pasa, a mí me gusta hacer enojar a la gente que quiero hacer enojar", comentó entre risas, describiendo cómo algunos cuestionan su uso del término "filósofo". A su entender, cualquier persona puede merecer esta etiqueta siempre que asuma "una actitud reflexiva" ante la vida. "Históricamente, la filosofía estuvo vinculada al asombro. Eso es lo que decía Platón. La filosofía surge del asombro de aquellas cosas que nos dejan con la boca abierta", sostuvo.
Balmaceda también abordó la naturaleza de la IA y las reacciones opuestas que suscita en la sociedad, mencionando la "tecnofobia" y la "tecnofilia" como dos extremos comunes frente a los avances tecnológicos. Para él, la mejor postura es una "crítica intermedia", que requiere "conocerla, estar atento", evitando así tanto la aceptación acrítica como el rechazo sin reflexión.
En cuanto al impacto ambiental y económico de la inteligencia artificial, Balmaceda subrayó los altos costos energéticos de esta tecnología, señalando que algunas grandes empresas, como Google, han tenido que reevaluar su compromiso con la reducción de la huella de carbono. "Google, que tenía un programa muy serio, muy amplio, sobre reducción de su huella de carbono […] este año lo rompió porque empezó a utilizar inteligencia artificial que requiere un montón de energía", explicó, añadiendo que incluso se está considerando el uso de "pequeños reactores nucleares" para suplir la demanda energética. Para Balmaceda, este giro no es trivial: "El año pasado decíamos que vuelven los 90, bueno ahora vuelven los 80, vuelve la energía nuclear".
Otro aspecto relevante en la conversación fue el dominio de la IA por un pequeño grupo de corporaciones tecnológicas. "Muy pocas manos. Los nueve gigantes de Silicon Valley. Es un tipo de revolución que queda en pocas manos y eso tampoco estábamos acostumbrados en Occidente", destacó Balmaceda, quien contrastó esta concentración de poder con revoluciones previas, como la Industrial o la de Gutenberg, que fueron "más repartidas". Asimismo, expresó su preocupación por el hecho de que ninguna de estas corporaciones se encuentre en el sur global.
En el contexto actual, Balmaceda alertó sobre los efectos de la IA en la propagación de noticias falsas. Aunque aclaró que la tecnología no necesariamente "desarrolla grandes noticias que puedan ser exclusivamente mentirosas", destacó cómo puede potenciar la creación de contenido engañoso, usando bots y variantes de mensajes para dispersar rápidamente la desinformación en redes sociales. Esto, explicó, aumenta la confusión en un entorno donde "hay un montón de sitios que te parecen verídicos y en realidad son hechos".
Por último, Balmaceda resaltó que, aunque la tecnología y la IA pueden brindar soluciones prácticas, la filosofía sigue siendo una herramienta vital para explorar dilemas contemporáneos y desafíos personales. Aludiendo al vacío existencial generado por la hiperconectividad, dijo: "Esa sensación de vacío tan contemporánea, creo que ninguna disciplina como la filosofía te puede ayudar a pensarla".