El fuerte comunicado del Conicet que desmiente que el guanaco sea una amenaza ambiental
El Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales, a través del Conicet, compartió una serie de argumentos que refutan que la especie tenga superpoblación.
En los últimos días, tomó mayor alcance un reclamo que vienen haciendo desde el sector rural de la Patagonia desde hace años. Según las autoridades de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, la población de los guanacos en el sur presentaría un crecimiento exponencial, afectando al ganado ovino. Rápidamente, científicos del Conicet hicieron un comunicado para desmentir esas afirmaciones, asegurando que el guanaco no representa una amenaza para la convivencia de las especies.
Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, denunció, hace unos días, que se registra un aumento en la población de los guanacos de Río Negro, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego. A su vez, indicó que dicha especie autóctona, científicamente conocida como Lama guanicoe, sería la culpable de la pérdida del 30% de las ovejas en la Patagonia. “Pedimos encontrar un sistema que permita un equilibrio entre la producción ovina y el incremento poblacional de guanacos”, manifestó el productor, según el Diario de Río Negro.
En ese marco, la comunidad científica del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales publicó un comunicado refutando esas teorías "falsas, confusas y carentes de sustento". En el texto, el CCT CONICET-CENPAT (Centro Nacional Patagónico) remarcó que, previo a la incorporación del ganado ovino, se estima que en la Patagonia ya había alrededor de 22 millones de guanacos que habitaban en equilibrio con los pastizales.
Para tirar a bajo la afirmación de que las poblaciones de guanacos habían crecido de forma exponencial en los últimos años, los expertos explicaron: "Las poblaciones de guanacos desaceleran su incremento poblacional cuando la densidad (cantidad) aumenta. De hecho, la especie regula su densidad según la disponibilidad de forraje, mediada por el comportamiento territorial característico de los grupos familiares. Esto permite, amortiguar la presión de pastoreo evitando la degradación de los pastizales por sobrepastoreo de guanacos".
Es más, declararon que siempre que el pastoreo de guanacos reemplazó al de las ovejas, se evidenció la recuperación de la vegetación hacia estados más conservados aun a densidades altas. "Entonces, las densidades ajustadas a la disponibilidad de forraje y la ausencia de indicios de sobrepastoreo contradicen la idea de sobrepoblación", continuaron.
Eso no es todo. Respecto a la crisis ganadera que los productores indican que está ocurriendo, desde el organismo nacional muestran que no existe evidencia que así lo determine. "La degradación ambiental, causa principal de esta crisis, es producto de más de un siglo de sobrepastoreo ovino resultante de un manejo deficiente del ganado", respondieron.
En este sentido, profundizaron explicando que "la asignación de cargas se realizó en base a la percepción y/o necesidades de los productores que sobreestimaron la receptividad de los campos, con una infraestructura y mano de obra mínima para grandes extensiones, lo cual agudizó aún más el problema".
Con el tiempo, estas prácticas tradicionales no han cambiado, provocando que el 90 % de la superficie de la Patagonia extra-andina presente algún grado de degradación y, en consecuencia, que la actividad ganadera se haya tornado inviable en algunas zonas.
Finalmente, los investigadores sostienen que, en realidad, es el ganado el que desplaza a los guanacos en cuanto a la competencia. "Esto resulta en una segregación donde estos últimos usan recursos que el ganado no es capaz de aprovechar (fondos de cuadro alejados de las aguadas, forraje en altura, plantas no consumidas por el ganado, entre otros) y/u ocupando sitios tan degradados que dejaron de ser aptos para la ganadería", argumentaron.