Cómo sigue la disponibilidad de agua en Mendoza: la impactante imagen de un río clave
El pronóstico de Irrigación indicaba en noviembre una temporada de buena perspectiva hidrológica para los ríos de Mendoza. Qué cambios hubo hasta ahora, como está un río clave y qué perspectivas hay.
Casi dos meses pasaron desde que el Departamento General de Irrigación presentó el pronósico de caudales de los ríos de la provincia de Mendoza para la termporada 2023-2024. En ese momento, aseguraban que durante el invierno se registró una buena temporada de nieve en la montaña lo que iba a permitir un escurrimiento superior al derrame medio histórico para los ríos y arroyos de la provincia. Cómo se encuentra la disponibilidad de agua ahora y cuál es la perspectiva para lo que resta del año.
El dato alentador en el marco de la crisis hídrica sostenida en Mendoza y la escasa disponibilidad de agua en la región, aparentemente se mantiene a dos meses de aquel pronóstico de caudales que, en definitiva, sirve para realizar una planificación anual del recurso. En la presentación de dicho informe, desde el INTA, remarcaban la necesidad de gestionar el agua de riego de manera eficiente, ya que tal como señalaba Claudio Galmarini -director del centro regional Mendoza-San Juan del INTA- en la última década "la región viene sufriendo una disminución importante de la disponibilidad de agua, debido a precipitaciones níveas menores a la media en Cordillera, llegando en el caso de Mendoza, en la temporada 2019-2020, a la peor situación hídrica de los últimos 33 años, con un 30 % menos de agua que el promedio histórico”.
Si bien, como en cada fin de año cuando se da el pronóstico de caudales, el retiro del agua del Dique Potrerillos y los Ríos de Mendoza se vuelve notable, a fines del 2023 ya se podía observar una marca superior a la habitual. El nivel del agua se encontraba al 45%, un primer buen indicio para la temporada 2023-2024 que iniciaba. El Departamento General de Irrigación de Mendoza, estimaba en noviembre un año con caudales normales para los cinco ríos de la provincia, con un 50% más del volumen anual del 2022 para los ríos Malargüe, Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel y un derrame de casi el doble del volumen para el río Grande.
En medio de la crisis hídrica que atraviesa Mendoza hace más de una década, ese pronóstico no solamente fue acertado sino que se mantiene, ratificó Diego Araneo a MDZ. El especialista en Ciencias de la Atmósfera e Investigador del Ianigla señaló que en el último reporte del 2 de enero, el Departamento General de Irrigación confirmó que "el dique potrerillos está al 83% y el caudal del río Mendoza, por sobre la media".
Desde este medio viajamos hacia Potrerillos y Alta Montaña donde pudimos comprobar que el Dique está prácticamente en su máximo nivel, después de muchos años de estar por debajo de la media. Mientras que, el río Mendoza sorprende no solamente por su impresionante caudal de agua sino porque, además, fluye con mucha fuerza.
Sin embargo, el optimismo y la esperanza comienzan a desvanecerse con el inicio del año y la probabilidad de una nueva sequía. Si bien el pronóstico de Irrigación no se ha modificado con respecto a disponibilidad de agua, Araneo explicó que para el verano las lluvias no serán tan abundantes. "Salvo enero que estarán 'normales', los meses de febrero y marzo se prevén algo más secos de lo normal, con algunas tormentas puntuales y aisladas que siempre pueden ocurrir en esta época", manifestó.

Las nevadas históricas en la provincia de Mendoza del invierno del 2023 fueron preludio de la llegada del fenómeno meteorológico de El Niño que ya ha generado varias tormentas y lluvias en Mendoza y todo el país. Sin embargo, este evento "finalizará en otoño y parece que retornará el periodo de sequía en cordillera para el invierno", sostuvo el Doctor e Investigador del Ianigla y agregó que, "de hecho para el otoño ya se prevé una disminución de nevadas en la cordillera patagónica que probablemente se extienda a Cuyo en invierno".
Por esos motivos, trabajar eficiencia sobre el recurso hídrico, tal como lo recomienda el INTA, será fundamental para reducir o moderar el impacto de la próxima sequía y la crisis hídrica. “Para mejorar y optimizar el uso del agua en sistema gravitacional se pueden implementar algunos cambios, de bajo costo, como por ejemplo regular los tiempos y la cantidad de surcos o hileras que se riegan al mismo momento, en función a la cantidad de agua disponible en ese turno de riego”, detalló el técnico del INTA Fabián Tozzi, durante la presentación del pronóstico de caudales. Además, puntualizó que "se puede mejorar el uso del agua en cuanto a su distribución, con alternativas de bajo o mediano costo (compuertas, regueras, mangas, etc.). También es importante tener en cuenta la micro nivelación del terreno”, detalló el especialista y para cerrar aseguró que “estas tecnologías pueden aumentar la eficiencia del riego entre un 20 y 30%".

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