Aunque bajaron los precios, el asado se transformó en una comida de lujo
A pesar de la baja en los precios de la carne, organizar un asado se transformó en un lujo para los argentinos.
Las promesas vanas de la "vuelta del asado" no quedaron más que un simple chiste o comentario "chicanero" que el antikirchnerismo usó reiteradas veces, pudiendo sostener un asado cada vez más pobre con infructuosos controles de precios. En contrapunto, la llegada del liberalismo de Javier Milei terminó con los controles de precios, acabando así con el desabastecimiento pero a costos altísimos para el consumidor promedio.
Más allá del asado para una familia tipo que suele usarse para establecer el valor de esta comida, el verano es un momento donde los grupos de amigos suelen reunirse para disfrutar de carnes asadas. En estas reuniones, lejos están de aparecer los cortes más económicos, sino los más rendidores o también algunos de primera calidad.
Si pensamos en una reunión, podemos imaginar que participen entre ocho y doce personas. Para calcular en un asado se descartan de la cuenta los embutidos y achuras, estimando medio kilogramo de carne con hueso por comensal, o unos 300 gramos si es sin hueso. A eso se sumará al menos un kilogramos de cada achura o embutido, teniendo en cuenta que en este tipo de reuniones se parecen más a las fiestas bacanales que a un asado familiar.
El "matrimonio" un infaltable del asado argentino
El embutido básico de un asado es el chorizo, teniendo dos opciones en la mayoría de las carnicerías: el "puro cerdo" y el "mezcla". El chorizo "puro cerdo" cuesta unos $5.500 por kilogramo, siendo un poco más caro en su versión "bombón" ($6.000), mientras que el "mezcla" se ubica entre $4.000 y $4.500, dependiendo entre el tradicional y el "bombón".
La morcilla también es uno de los favoritos, aunque con muchos detractores; más aún cuando se trata de la morcilla vasca. La criolla "atada" se vende por unos $3.000, mientras que su vesión "bombón" se vende a unos $3.500 por kilogramo. La vasca, también llamada "dulce" por llevar nueces y pasas de uva, se vende por unos $3.500 también.
¿Cuánto cuestan las achuras?
Las achuras son un "rubro" que ofrece gran variedad para la parrilla, teniendo también una amplísima diversidad entre los precios de sus productos. A pesar de ello, los chinchulines, las mollejas y el riñón son las más populares, aunque también se cuela la entraña, a pesar de ser este un corte de carne, pero que suele servirse junto con las achuras.

Los chinchulines y los riñones son los más económicos entre ellos, pero también existen algunos que no los prefieren. A pesar de ello, son infaltables en "los fierros" y su precio invita a que así sea: el kilogramo de chinchulines se ubica en torno a los $1.600, mientras que el kilogramo de riñones está unos $1.500.
Las mollejas son una especie de "caviar argentino" para los fanáticos del asado, pero también la más cara de las achuras. La más fácil de conseguir son las de la garganta de la vaca, como también la más barata, con un costo de unos $7.000. En cambio, las de corazón son las más buscadas, las más difíciles de conseguir y, también, las más caras, con un precio de $8.000 por kilogramo.
La entraña, a pesar de que su nombre haga pensar en algún órgano del sistema digestivo, son el diafragma de la vaca, teniendo un tejido fibroso como el de cualquier corte de carne. La entraña es mucho más cara que cualquier achura, costando por kilogramo unos $12.000, siendo este precio lo que invita a muchos a repetir la frase "antes la tiraban y ahora se puso de moda".
Existen otras dos achuras muy económicas pero que en muchas carnicerías no se consiguen: la tripa gorda y la rueda. La tripa gorda se vende a $450 por kilogramo, aunque no es el producto elegido por la mayoría de los comensales. La rueda es la parte central de los chinchulines, siendo un producto muy difícil de desgrasar pero que se vende a $650 por kilogramo.
La carne, la misión imposible del asado
La carne alcanzó precios altísimos desde el fin de los controles de precios, aunque también hay una mayor oferta y la baja de la demanda luego del primer incremento, terminó corrigiendo los valores. La tira de asado o costilla, según el lugar del país donde se compre, cuesta unos $6.600 por kilogramo. Aunque es el corte favorito a la hora de hacer un asado, muchos prefieren no hacerlo por el costo en relación al rendimiento, teniendo en cuenta la cantidad de hueso que tiene.
Otras opciones entre las favoritas de los cortes de vaca son el vacío y la colita de cuadril. El vacío, que históricamente salía lo mismo que la tira de asado, hoy se consigue por unos $8.500, mientras que la colita de cuadril puede conseguirse a unos $9.000 por kilogramo.
Ante los aumentos de la carne de vaca, la de cerdo es una opción que aparece como más económica, teniendo también tres cortes ideales para la parrilla: el pechito, la bondiola y el matambrito. El primero de ellos cuesta unos $5.000 por kilogramo.
El corte más rendidor es la bondiola, siendo también uno de los favoritos del consumidor, pero de los más caros del cerdo. Un kilogramo de bondiola cuesta unos $9.000, pero suele venderse por pieza, la cual suele pesar entre dos y tres kilogramos. El matambrito, también rendidor y de preferencia para la gente, cuesta unos $10.000 por kilogramo, aunque también suele venderse entero y pesar un poco más de de un kilo.
No faltan los que prefieren poner cortes de primera sobre la parrilla, como el lomo y el ojo de bife. El kilo de lomo vacuno cuesta unos $12.000, siendo un producto que se vende por pieza en la mayoría de las carnicerías, mientras que el ojo de bife cuesta unos $9.500 por kilogramo.
Otros costos del asado a tener en cuenta
Para empezar, algo básico para hacer un asado es el carbón, que se está vendiendo a $2.000 la bolsa de cuatro kilogramos. La leña, en cambio, se ofrece a unos $2.500, variando si se trata de madera de quebracho o espinillo. El kilogramo de pan, acompañamiento tradicional del asado, se vende a unos $1.800 por kilogramo. Un chimichurri de supermercado cuesta alrededor de $1.000, mientras que el sobre de especias para hacerlo en casa cuesta unos $600.
La picada es algo que también tiene su lugar en el típico asado argentino, generalmente para el tradicional "vermucito" mientras se va prendiendo el fuego. Un kilogramo de queso pategrás, clásico semiduro argentino, se vende a unos $10.000, mismo precio por kilogramo que el salamín, picado fino o grueso. La mortadela común, en cambio, se consigue a unos $7.000 por kilogramo. Para cuando ya hay fuego, la provoleta empieza a tomar su lugar, costando también unos $10.000 por kilogramo.
En cuanto a la bebida, el vino, la gaseosa, la cerveza y el fernet también son infaltables para "regar" la mesa entre amigos. Un vino de gama media no baja de los $2.000, mientras que la gaseosa más popular cuesta al menos $1.000. La cerveza lager, típica de nuestro país, cuesta unos $1.400 por litro, y la botella del fernet más vendido cuesta unos $5.500 en los supermercados. Para el "vermú", un bíter cuesta unos $6.000, un americano unos $3.800 y un vino fortificado unos $3.600.

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