A la espera del Papa

Qué hay detrás de las demoras en los nombramientos de la Iglesia, mientras el Gobierno busca traer a Francisco

La Iglesia argentina espera los nombramientos del Papa en diócesis clave tras la polémica en Mar del Plata y el Gobierno viajará a Roma con la misión de traer a Francisco.

Gonzalo Barrera
Gonzalo Barrera miércoles, 31 de enero de 2024 · 09:00 hs
Qué hay detrás de las demoras en los nombramientos de la Iglesia, mientras el Gobierno busca traer a Francisco
Papa Francisco La figura clave para el Gobierno mientras la Iglesia espera nombramientos. Foto: EFE

La Iglesia Católica corre tiempos de cambios a nivel nacional, mientras se espera una potencial llegada del papa Francisco a la Argentina. Al mismo tiempo, el Sumo Pontífice se reunirá con Javier Milei, quien espera volver de Roma con la noticia de un viaje confirmado al país. En ese contexto, dos de las principales arquidiócesis del país esperan nombramientos de obispos clave en centros populares y de gran peso político: Buenos Aires y Mar del Plata.

En Argentina, según reconocen desde el clero, no alcanzan los sacerdotes para cubrir todos los cargos y, a futuro, la pendiente a la baja se mantiene, pero ahora también le faltan obispos, mientras Roma sigue sin nombrar prelados en lugares clave del país. Al mismo tiempo, el Gobierno no hace más que buscar la aprobación de la Santa Sede para una visita del papa Francisco, a pesar de mantener una postura más conservadora que la del papado.

La Ciudad de Buenos Aires busca completar su plantel de obispos

En Buenos Aires, la principal arquidiócesis del país, la llegada de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva como arzobispo generó revuelo por un supuesto posicionamiento político a favor del kirchnerismo. Desestimado esto por el mismo sacerdote, en sus homilías críticas al entonces Gobierno nacional y frases contundentes cercanas las elecciones, la arquidiócesis siguió con cambios y designaciones.

La designación de García Cuerva generó dudas en un principio, pero tuvo fuertes pronunciamientos contra el Gobierno anterior. Foto: Télam.

Uno de los principales cambios fue la salida de monseñor Enrique Eguía Seguí de la vicaría general, lugar que ahora ocupa Gustavo Carrara, anteriormente "obispo villero", cargo suprimido actualmente. Luego de esta partida, tras su designación en la Prelatura de Dean Funes, Córdoba, le siguió la partido de José María Baliña, quién era obispo zonal del Centro y encargado de Cáritas, a Mar del Plata, diócesis que cuenta con su párrafo aparte.

Al mismo tiempo, la Vicaría de Devoto continúa sin una designación formal, ocupando el cargo de forma interina el presbítero Alejandro Puiggari. En Flores, donde hasta hace semanas estaba a cargo Ernesto Giobando, también quedaron acéfalos los sacerdotes, con la designación del mismo para administrar de forma interina Mar del Plata.

Tres obispos en dos meses para Mar del Plata

En la mencionada ciudad balnearia, tras la designación de Gabriel Mestre como reemplazo de Víctor Fernández en La Plata, Baliña no llegó a asumir ya que renunció por motivos de salud, por lo que Roma designó al claretiano Gustavo Larrazábal tras el interinato del padre Luis Albóniga, párroco de Asunción de la Santísima Virgen. Larrazábal no llegó a asumir en el cargo, que cayeron sobre el denuncias de acoso y abuso de poder en tiempos que el trabajó en Mar del Plata como sacerdote, por lo que terminó quedándose en la diócesis de San Juan de Cuyo donde se encontraba trabajando.

Larrazábal, el segundo reemplazo para Gabriel Mestre en Mar del Plata que no prosperó y generó polémica. Foto: Archivo.

Tras la polémica, Albóniga no volvió a asumir el cargo como interino, sino que Francisco apeló a un clérigo de la Compañía de Jesús, misma orden a la que pertenece: Ernesto Giobando. El mismo, que hasta hace semanas estaba en Flores, asumió a mediados de enero, pero ya tiene una mala noticia para su feligresía: Albóniga fue designado a Jujuy, movimiento que marcaría una pronta oficialización en el cargo para el jesuita.

La noticia de la partida de Albóniga fue súbita y dada por el vicario de la parroquia Asunción de la Santísima Virgen, sin tener oportunidad el párroco de despedirse de muchos de los que pertenecen a su comunidad. Esto también se da en medio de un momento de fragilidad para la Iglesia Católica, no solo por la renuncia total de las asignaciones estatales para sus sacerdotes, sino también enfrentando una clara falta de sacerdotes para cubrir todo su territorio.

El rol clave de los obispos para la Argentina

A pesar de ello, el Vaticano creó una nueva diócesis en la Argentina, la de Trelew, siendo la Patagonia un lugar de difícil trabajo para la Iglesia, donde las largas distancias no ayudas al "pastoreo". Vale aclarar también que allí se encuentra vacante la Diócesis de Comodoro Rivadavia, ahora vecina de la flamante Trelew, que solo cuenta con el obispo emérito Joaquín Gimeno Lahoz en la popular ciudad patagónica.

Todo esto podría ser un simple tiempo de cambio que no afecta al común de la gente si no fuera por dos puntos: el rol clave en la organización territorial de la Iglesia, dado por la sucesión apostólica, y la crisis económica que azota a todo el país, donde esta entidad religiosa cumple una función trascendental para la asistencia de primera instancia a ciudadanos de a pie y, la falta de obispos, puede demorar decisiones y conformación de agendas en distintos lugares.

El Gobierno y la obsesión con un viaje del papa Francisco

Además de esto, la falta de nombramientos puede ser interpretada también como una instancia de negociación entre Roma y la Casa Rosada. Los agravios de Javier Milei hacia el papa Francisco durante la campaña alimentan la expectativa por su encuentro en febrero, cuando el presidente llegue al Vaticano para la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina y con fuerte arraigo popular.

También, se suma a estas diferencias con la Santa Sede, la designación de Francisco Sánchez como secretario de Culto del Gobierno de Javier Milei, el cual se paró en la vereda contraria del papa Francisco en la arena política que existe entre los católicos. Tiempo atrás, cuando el exministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Eugenio Zaffaroni fue nombrado a cargo del Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales Fray Bartolomé de las Casas, Sánchez fue contundente en Twitter: "Como católico, todo mi repudio a la designación de un ser oscuro como Zaffaroni en el Vaticano. No tiene explicación política ni mucho menos teológica la promoción del mal. Caso para estudiosos encontrar un Papa que haya hecho tanto daño". Además fue categórico con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner: “12 años por robar impunemente es casi nada. El año pasado presenté un proyecto de ley para que este tipo de delitos sean considerados traición a la Patria. Merecen la pena de muerte, no una liviana prisión domiciliaria”.

Foto: Captura de pantalla.

Al mismo tiempo, la vicepresidente Victoria Villarruel, acorde a su fe, se empeña en mantener los vínculos con las altas esferas de la Iglesia Católica y los sectores conservadores que fueron fundamentales para la asunción de Milei. En cuanto al clero y su relación con las políticas de asistencia de la Iglesia, el gesto sigue siendo "mantener abierta" la caja del Ministerio de Capital Humano, dando sustento a Cáritas y el Hogar de Cristo en su tarea social.

Javier Milei en su asunción, tras una jornada con discursos cargados de espiritualidad. Foto: Arzobispado de Buenos Aires.

Entre toda esta enmarañada situación política, el Gobierno insiste en lograr que el papa Francisco llegue al país, pensando que su llegada de aires de pacificación al ya enrarecido clima social y político del país. Aunque el objetivo todavía parece lejano y un viaje en abril, como circuló en un principio entre los cercanos a la Santa Sede, parece imposible, el vinculo entre Javier Milei y el obispo de Roma sigue dando que hablar y parecen no estar del todo sentadas las posiciones de la Iglesia Católica frente al Gobierno nacional.

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