Las medidas urgentes que buscan resguardar a los lobos marinos que aparecen en la playa
"En la gran mayoría de los casos los animales solo quieren descansar en sus trayectos migratorios anuales, para renovar su pelaje, o por estar enfermos", expresaron desde Fauna Argentina.
La aparición de lobos marinos, y otras especies, en las playas de la Costa Atlántica, muy frecuente durante la temporada de verano, motivó una solicitud de medidas urgentes para resguardarlos y que el reingreso al mar pueda ser por sus propios medios o, de requerirlo, con personal especializado.
"En la gran mayoría de los casos los animales solo quieren descansar en sus trayectos migratorios anuales, para renovar su pelaje, o por estar enfermos o accidentados", expresaron desde la Fundación Fauna Argentina, la ONG que envió un proyecto al Concejo Deliberante de General Pueyrredon, cuya ciudad cabecera es Mar del Plata.
El millar de lobos marinos muertos a fines de 2023 por la influenza aviar, cuya expansión fue controlada según los registros de los organismos oficiales, requirió de un pedido cada vez más enérgico para indicarle a los bañistas que se alejen de un animal que se haya reposado a descansar en la arena.
Ante algunas apariciones recientes, marplatenses y turistas quisieron "ayudar" animales y se vivieron momentos de tensión que hicieron rememorar a la foto del delfín de Santa Teresita donde extrajeron al cetáceo de la orilla para sacarse selfies y alzarlo como un trofeo. También hubo incidentes entre perros que confrontaron a los animales.
El proyecto dirigido a la presidente del cuerpo deliberativo, Marina Sánchez Herrera (UCR), que lleva la firma del titular la ONG, Juan Lorenzani, se fundamenta en los reiterados casos de presencia en la costa marplatense de elefantes marinos del sur (Mirounga leonina) en particular, así como de otras especies de pinípedos, tanto de otáridos -lobo marino de un pelo (Otaria flavesens), lobos marinos de dos pelos (Arctocephalus australis, Arctocephalus tropicalis y Arctocephalus gacella) y de otros fócidos como la foca cangrejera (Lobodon carcinophagus) y la foca leopardo (Hidrurga leptonyx).
Según los datos de exploradores y cartógrafos se registran "desde hace más de seis siglos" la existencia de grandes apostaderos de pinípedos en la costa bonaerense. "Sin embargo, con el paso del tiempo, las actividades humanas fueron disminuyendo las poblaciones de lobos marinos y elefantes marinos", agregan los especialistas.
Favorecido por la aplicación de leyes de protección de la fauna y de sus hábitats, junto con el uso turístico sustentable, se posibilitó la progresiva recuperación de las especies, como es el caso de la presencia, con mayor asiduidad en nuestras playas, de ejemplares de elefantes marinos del sur.
La Fundación Fauna Argentina, que trabaja en Mar del Plata, Miramar y Mar Chiquita desde 1985, subraya el constante incremento de avistamientos y -aseguran- que el seguimiento y control de los individuos que salen a las playas permite comprobar que "éstos se corresponden principalmente con el período de muda de pelaje entre los meses de diciembre y marzo, existiendo registros ocasionales fuera de dicho lapso de tiempo".
La coincidencia entre el período de muda y el masivo uso turístico veraniego costero determina una coexistencia, lo que obliga a establecer medidas de protección a los ejemplares de mamíferos marinos que acceden desde el mar a sectores de la costa del Partido de General Pueyrredon, regulando la interacción entre las personas y esos animales.
Los consejos de Juan Lorenzani ante la aparición de animales en la playa
Por desconocimiento de la forma de actuar ante esos casos, muchas personas -creyendo ayudar- tratan de forzar el retorno al mar de los ejemplares o les arrojan agua. Más aún, se aproximan a los mismos para tocarlos u obtener fotografías; actitudes imprudentes y no apropiadas, ya que en la gran mayoría de los casos los animales solo quieren descansar en sus trayectos migratorios anuales, para renovar su pelaje, o por estar enfermos o accidentados.
Se debe recomendar a las personas no molestarlos: no tocarlos ni acercarse a los mismos; siendo conveniente delimitar en la arena un área de entre 5 y 10 metros alrededor del animal, en lo posible con una cinta o cordel y con una nota de aviso precautorio. Los guardavidas de los balnearios aplicarán dichas medidas, informando a quienes estén utilizando la playa con fines recreativos.
Dicho conjunto de recomendaciones son adoptadas por primera vez por la Fundación Fauna Argentina a fines de 1980, dando resultados positivos con respecto al comportamiento del público para casos similares y con la finalidad de proteger a los animales. Por tal motivo, los especialistas en la materia solicitan a los gobiernos locales con costa marítima, incorporar normas que regulen ese tipo de interacciones, mediante información sobre cómo deben proceder las personas en general, así como el personal o entidades con jurisdicción o dedicadas a la protección de la fauna marina.
El pedido de una ordenanza que promueva estos fines hace extensivo el cuidado de otras especies de la fauna marina que ocasionalmente llegan a las costas y que requieren de un manejo especial y apropiado en cada situación, tal es el caso de los cetáceos de la familia de las ballenas –ej. Ballena franca austral (Eubalaena australis)-, o de los delfines –Delfín común (Delphinus delphis), Tonina (Cephalor hynchus), Delfín del Plata o Franciscana (Pontopora blainvillei), etc.-; que pueden quedar varados entre el sector de rompiente y la playa.
En ese mismo sentido, se debe contemplar la forma de actuar en los casos de aves contaminadas con petróleo, especialmente las del orden esfenisciformes como el Pingüino de Magallanes (Sphiniscus magellanicus), que se sitúan sobre la playa al estar afectados por ese u otros motivos.
La experiencia de la Fundación Fauna Argentina respecto a la presencia de ejemplares de elefante marino del sur en nuestras playas, ha dado lugar a que diversos casos particulares fueran presentados en congresos internacionales. Entre ellos: “Salidas reiteradas a la playa de un ejemplar macho de elefante marino del sur (Mirounga leonina) en Mar del Plata, Argentina”, Juan Lorenzani y J. Lorenzani, Fundación Fauna Argentina, en la 6ª Reuniáo de Trabalho de Especialistas en Mamíferos Aquáticos da América do Sul, Florianápolis – Brasil 1994 (Universidade Federal de Santa Catarina); y “Primer nacimiento de una cría de Mirounga leonina en fecha para la Provincia de Buenos Aires, Argentina”, Lorenzani J,A. y J.C. Lorenzani, Fundación Fauna Argentina, en la “9ª Reunión de Trabajo de especialistas en mamíferos acuáticos de América del Sur”, Buenos Aires – Argentina 2000.
El primero de los casos citados en el párrafo precedente refiere a un ejemplar de 4,60 m de longitud que, luego de permanecer descansando 3 días en la playa, regresó al mar, siendo avistado un mes más tarde a 2,5 km del punto anterior con una permanencia de 7 días. Retornó a tierra tiempo después a 3 km del primer sitio, observándose que estaba en muda. Se registraron luego otras 3 salidas del mismo individuo con una permanencia de 3 a 8 días.
El segundo de los casos correspondió a la detección, por integrantes de la Fundación -el 27/9/99-, durante un relevamiento costero del Parque Provincial Dunas del Atlántico (40 km al norte de Mar del Plata), de un ejemplar hembra de Mirounga leonina con una cría de aproximadamente 2 días de nacida.
Las bases del proyecto de ordenanza
El artículo primero insta a declarar de "interés municipal" la protección de mamíferos marinos que, por causas biológicas -descanso, muda de pelaje, heridas o enfermedad-, se sitúen transitoriamente en playas, espigones o sectores rocosos de la costa del municipio.
El segundo brinda una serie de recomendaciones para la aparición de los animales en sectores donde convivan con los bañistas o la gente que está en la arena, tales como "no tocarlos ni acercarse a los mismos; no arrojarles agua ni alimentos; no tratar de regresarlos al mar; y alejar a perros que pudieran atacarlos o inquietarlos. "A fin de hacer efectivas las medidas, se demarcará un área de entre 5 y 10 metros alrededor del animal, a efectos de limitar la proximidad de personas", especifican.
"Cuando el sitio de avistamiento corresponda a un balneario intervendrá en primera instancia: personal guardavidas de servicio en el lugar; mientras que en los demás sectores serán las autoridades con jurisdicción en el área", especifican en el tercer artículo, seguido por otro que indica que "en todos los casos se deberá comunicar el hecho a las entidades gubernamentales o no gubernamentales con conocimiento en materia de protección de especies de la fauna marina, a saber".
También buscarán que el Departamento Ejecutivo lleve un registro de los casos que se vayan detectando por las diversas entidades, en especial en los casos de avistamiento de mamíferos marinos del orden cetáceos, pertenecientes a los grupos de las ballenas y de los delfines, que se encuentren varados sobre la playa o encallados entre la misma y la rompiente.
"Cuando sean observados en las playas ejemplares de aves marinas, tales como pingüinos, empetrolados o con signos de daños o enfermedad, se evitará molestarlos y se dará aviso a las autoridades", indicaron, antes de referirse a los cadáveres: "Cuando se visualicen animales muertos, se evitará tomar contacto con los mismos, ante posibles riesgos de contagio de enfermedades, debiéndose notificar a los organismos mencionados en la presente ordenanza, dándose intervención también al Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA)".
"El Departamento Ejecutivo, a través de los medios que considere convenientes, informará a guardavidas, concesionarios de balnearios, personal de servicio en sectores costeros y población en general, sobre la importancia de la protección de los mamíferos marinos y de los procedimientos establecidos por la presente ordenanza", concluye el pedido.