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Catalina Cabana: "Para que tenga algún efecto, el paro debería ser por tiempo indeterminado"

La analista política Catalina Cabana reflexionó sobre el efecto que podría tener la convocatoria y aseguró que sólo se logra un cambio con una acción como la de los chalecos amarillos en Francia.

Gabriela Yalangozian
Gabriela Yalangozian miércoles, 24 de enero de 2024 · 14:31 hs
Catalina Cabana: "Para que tenga algún efecto, el paro debería ser por tiempo indeterminado"
La analista política e historiadora Catalina Cabana reflexionó sobre los efectos que podría tener el paro general Foto: Juan Mateo Aberastain/MDZ

El paro general convocado por las centrales obreras y al que adhirieron muchas entidades gremiales, institucionales, sociales y políticas para este miércoles, se convirtió en el primero en la historia en decretarse a tan pocos días de que un Gobierno asuma los destinos de la Nación.

Luego de cuatro años sin ninguna huelga, ya que la administración de Alberto Fernández no tuvo protestas de estas características, la convocatoria prevista para este miércoles parecería ser contundente y replicarse en distintos puntos del país, contra los alcances que podría tener el DNU 70/23 y la llamada "ley ómnibus", que viene debatiéndose en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados desde principios de año.

Ante el marcado giro histórico que pretenden realizar tanto el decreto como la Ley "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos", las preguntas que surgen son: ¿Qué puede frenar el paro y la manifestación en las calles que se realiza este miércoles? ¿Es la huelga una herramienta válida para lograr frenar estas medidas que impulsa el Gobierno de Javier Milei?

Para responder a estas inquietudes, MDZ consultó a la analista política e historiadora Catalina Cabana, quien reflexionó sobre la medida de fuerza que se desarrolla en la jornada de hoy.

-¿Qué efectos tuvieron a lo largo de la historia argentina los paros generales convocados contra los distintos gobiernos?
-Bueno, en realidad este es el primer paro que se da tan rápidamente, a días de haber asumido un nuevo Gobierno nacional. Si bien es cierto que en los últimos 40 años de democracia, todos los presidentes han tenido sus paros generales -salvo el de Alberto Fernández-, en cada caso tuvo que ver con las medidas que se iban tomando y que afectaban a los trabajadores y a los sectores más vulnerables.

Siempre suelen hacerse movilizaciones o manifestaciones, pero el llamado al paro general en otra cosa. Y en este caso, es el más rápido de la historia argentina porque también se da en reacción a que, ni bien asumió Javier Milei, a la semana sacó el DNU y a los 10 días dio a conocer la ley Bases. Eso hizo que la reacción sea tan rápida, porque es fuerte el calibre de medidas que está tomando y que nos va a afectar radicalmente.

Catalina Cabana reflexionó sobre los alcances que podría llegar a tener el paro general convocado para este miércoles. Foto: C. Cabana

-¿Hay en esta huelga algún nivel de desilusión del electorado cuando interpretó que la 'casta' eran los poderosos?
-Eso me parece que es importantísimo destacarlo. En algún punto, la campaña electoral de Javier Milei había sido que el ajuste lo pagaba la 'casta' y la gente entendió que hablaba de los políticos ricos. Pero 'la casta' terminó siendo el Estado, y ahí es donde nos damos cuenta que el Estado somos todos. De hecho, lo primero que hizo fue cerrar ministerios, lo que hizo que mucha gente se quedara sin trabajo. En estos últimos 45 días, la cantidad de gente que entró en situación de desempleo es altísima. Pero también ocurre que no hay un plan donde la gente vea que a estos desempleados los va a absorber el empleo privado o que van a ser todos emprendedores de un día para el otro.

Muchos electores creían que el plan era acabar con la inflación y las medidas generaron que creciera. Antes el 10% de inflación era un error y ahora se festeja que el 25% sea un "re-número". También ocurrió que mucha gente no quiso votar a quienes continuarían con el Gobierno anterior y no quiso hacerlo tampoco en blanco. Entonces eligió sin escuchar, ni siquiera comulgar con las ideas de Milei. Y ahora se da cuenta que esas ideas van en contra de sus propios beneficios. Pero no es que Milei hizo como (Carlos) Menem, que advirtió: 'Si yo les decía lo que hacía, no me votaba a nadie'. Milei lo dijo durante toda la campaña, y lo que está impulsando ahora, es un cambio radical y cultural. Es también por eso que se está llevando adelante este paro con una convocatoria sumamente masiva.

-En términos históricos ¿hubo algún paro general que haya logrado revertir medidas como las que impulsa la ley ómnibus o el DNU?
-No, en realidad un paro es como un llamado de atención. Es decir: 'Mirá, todos nosotros estamos en contra de lo que vos querés hacer'. No va a lograr que se detenga el tratamiento de la ley ómnibus o el DNU. Va a generar una reflexión o  conciencia en aquellos que todavía no la tienen de las consecuencias que tendrán estas normativas. Es una forma de mostrarle al Gobierno una oposición y que no puede ampararse todo el tiempo en que, como fue votado por millones de personas, puede hacer un cambio radical del juego democrático. No es así. Se está olvidando de un 44% que no lo votó, y esa es una oposición que hoy está en la calle.

De todas formas, no es que genere que mañana, después de esta convocatoria, vaya a cambiar algo. Históricamente para que haya un cambio, se debe llamar a una huelga indeterminada, indefinida, como hizo en Francia el movimiento de los Chalecos Amarillos. Se llama a un paro y no se vuelve a trabajar hasta que esto no cambie, como una medida de coerción.

-¿Alguna vez en la Argentina hubo un paro general por tiempo indeterminado?
-Hubieron huelgas, sí. Por ejemplo, hace un par de semanas se cumplió un nuevo aniversario de la Semana Trágica, ocurrida en 1918 en los talleres metalúrgicos Vasena e Hijos, en la que por varios días los trabajadores hicieron un paro porque pedían trabajar ocho horas, el descanso dominical, y condiciones salubres. Terminó con una gran cantidad de muertos. Ese tipo de medidas sucedieron en la historia argentina.

La historiadora señaló que para que produzca algún cambio, el paro debe ser por tiempo indefinido como ocurrió con el movimiento de los Chalecos Amarillos en Francia. Foto: EFE

Para lograr que suceda el cambio, es necesario que la marcha sea contundente. Por ejemplo, en el 2001, fueron varios días en los que la clase media salió a las calles con los cacerolazos. Y terminó con la represión del 20 y 21 de diciembre de 2001 donde hubo muertos y heridos. De hecho, en estos días se pidió que no haya represión y se presentaron hábeas corpus al respecto. De alguna forma, el Gobierno responde a esta convocatoria con declaraciones que generan violencia o una especie de enfrentamiento.

-¿Qué opinión le merece que el Presidente señale que quienes se oponen a estas medidas 'no la ven'?
-Esa frase es tremenda, porque es como si no tuvieran empatía con la gente. Si yo ´no la estoy viendo´, ayúdame a verla. Y no lo hagas con un soplamocos. Contame hacia dónde estamos yendo porque sino interpreto lo que yo quiero. Desarrollá cuál es tu plan, porque  la gente necesita entender qué es lo que querés hacer.

-¿Luego del paro, seguirá todo igual?
-Dependerá de los resultados de esta movilización, porque están las fuerzas policiales en Plaza Congreso y está activo el protocolo de Patricia Bullrich. Yo espero que no suceda ninguna desgracia, sino que la marcha se dé en la paz absoluta, y que se entienda que es un reclamo frente a esta situación, y nada más.

Un paro y una movilización siempre son una  medida democrática. Son las reglas del juego: 'Yo no estoy de acuerdo, me puedo manifestar'. Y mañana habrá que ver porque aparentemente comienza el debate en el recinto de la ley ómnibus. Por eso, la manifestación es en Plaza Congreso y no en Plaza de Mayo: Para hacerle entender al Congreso que si aprueban esto, se quedan sin trabajo ellos. Porque le van a dar poderes extraordinarios al Presidente por un año. Entonces, los que no la están viendo me parece que son los diputados.

Jamás en un gobierno democrático en los últimos 40 años pretendió ir tan lejos. En gobiernos de facto, lo primero que se hace es agarrar la Constitución y guardarla en un cajón. Pero en democracia, eso no se hizo jamás. No entra dentro del juego democrático delegar el poder en una sola persona, porque roza la monarquía, lo dictatorial. Nosotros vivimos en una República con separación de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Cada uno se encarga de lo suyo. Si no se respeta esa división de poderes, el país dejará de ser una República.

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