Riesgos y cuidados para las mujeres embarazadas durante el verano
Las altas temperaturas pueden multiplicar los riesgos de golpes de calor, deshidratación y de partos prematuros para las embarazadas.
La ola de calor trae consigo una serie de riesgos como la insolación y la deshidratación; y las mujeres embarazadas forman parte del grupo de riesgo. Frente a esto, algunos profesionales de la salud hablaron con MDZ y dieron una serie de recomendaciones a tener en cuenta durante el verano.
El cuerpo de una persona gestante está diariamente trabajando, y gran parte de su energía se destina al feto. Ante temperaturas extremas, hay que tener ciertos cuidados, pero lo cierto es que con el cambio climático el calor es más intenso y duradero.
Los riesgos para las embarazadas durante las altas temperaturas
La ginecóloga y obstetra Silvia Orenstein (MN 129913), del Centro de Referencia en Embarazo de Alto Riesgo (CREAR), explicó que el principal riesgo gira en torno a la deshidratación, pues ya de por sí necesitan mayores cantidades de líquido. En consecuencia, pueden sufrir desmayos, caídas y mismo deshidratación fetal.
Francisco Von Stecher (MN 105500), especialista en Ginecología y Obstetricia del hospital CEMIC, explica que las embarazadas también son más propensas a la hipertermia, la hipotensión y a los golpes de calor, por los cambios fisiológicos. Tienden a aumentar su frecuencia cardíaca, tener bajas de presión arterial, falta de aire y anemias fisiológicas.
Estos cambios hacen que la deshidratación sea más sintomática y dolorosa que para una persona que no está gestando: con episodios de hipotensión, cefaleas, piel seca o enrojecida y taquicardia. También, indica que favorece los edemas de los miembros inferiores, que a pesar de ser frecuentes en los embarazos y no implicar riesgo, con el calor molestan más y cuesta que se vayan.
Cómo impacta el calor en las malformaciones o los partos prematuros
El médico comentó que existen ciertos lugares donde las temperaturas muy altas o los golpes de calor extendidos en el tiempo generan partos prematuros. Y las mujeres más propensas a sufrir esto suelen ser o muy jóvenes o mayores de 40 años, y/o de nivel socioeconómico medio bajo.
Asimismo, tienden a tener antecedentes que aumentan el riesgo, como un parto prematuro previo. La obstetra Veronica Gayoso (MN: 86675) señala que la exposición a temperaturas extremas en las últimas semanas del embarazo aumenta las posibilidades de mortinato (que el bebé nazca muerto), de un parto prematuro, o del nacimiento de un bebé con bajo peso.
Sin embargo, con respecto a las malformaciones fetales, los doctores concuerdan en que es un tema más controvertido. Si bien algunos trabajos evidencian la relación entre algunas malformaciones cardíacas y las altas temperaturas o la deshidratación durante el primer trimestre, Orenstein destaca: “Tienen que ser temperaturas muy extremas y la realidad es que es poco frecuente”. Y como argumenta Von Stecher, en la Argentina aún no se observa.
¿Es aconsejable realizar actividad física con temperaturas altas?
En general, se recomienda hacer actividad física durante todo el embarazo, independientemente de la época del año, debido a que mejora el retorno venoso y disminuye la presencia de edemas en miembros inferiores. Pero, si bien el ejercicio físico (yoga, natación, gimnasia para embarazadas, caminatas) es muy bueno durante la gestación, los especialistas aclararon que no se debe hacer la misma actividad que uno hace fuera del embarazo o la que hace en momentos donde no hace tanto calor.
Además, es importante la hidratación previa, durante y después de la actividad física. La obstetra Orenstein añade que cualquier actividad extrema podría implicar riesgos de caída debido al cambio del punto de equilibrio materno y Gayoso advierte que el ejercicio intenso incrementa el volumen y el gasto cardíaco, lo que predispone aún más, al agotamiento de la embarazada.
Qué trimestre del embarazo es preferible transitar durante el verano
Cada trimestre tiene sus cambios fisiológicos que hacen que el calor afecte de diferente forma. Von Stecher sostiene que probablemente, el segundo trimestre sea el mejor momento, porque es cuando la mujer tiene menos síntomas. Explica que durante el primer trimestre la embarazada sufre de hipotensión, mareos, vómitos y presenta el riesgo de malformaciones. A su vez, las náuseas dificultan tolerar el líquido, por lo que es más propensa a la deshidratación.
Por su parte, indica que en el tercer trimestre empieza a haber algunas contracciones, la panza es más grande, el peso es mayor, la presión tiende a bajar, y por lo tanto hay más riesgo de hipotensión, deshidratación y edemas muy marcados y obviamente el riesgo de parto prematuro. Orenstein añade que en el último trimestre, hay mayor gasto metabólico, mayor demanda de parte del feto, por lo cual de por sí hay un aumento de la temperatura corporal.
Qué riesgos implican las altas temperaturas durante el período de lactancia
La obstetra Orenstein describe que durante el período de lactancia, de por sí hay una mayor pérdida de líquidos de la mujer lactante, por lo que las altas temperaturas incrementan aún más el requerimiento de la reposición de líquidos. El ginecólogo Von Strecher agrega que el bebé, al igual que los adultos, tiende a deshidratarse cuando hace calor, entonces requiere más lactancia (con mayor frecuencia) para reducir ese riesgo de deshidratación.
Sin embargo, insiste en que no hay que tener miedo, pero hay que buscar que sea algo placentero para que tanto la madre como el bebé estén cómodos. Las recomendaciones para la lactancia durante el verano son casi las mismas que el resto del año, pero teniendo en cuenta el tema del clima. Entre ellas: buscar lugares frescos y cómodos, donde el bebé no transpire, e hidratarse bien antes, después y a veces durante la lactancia.
Tips para las mujeres embarazadas durante el verano
- No exponerse al sol durante los períodos más dañinos para la piel y para el cuerpo, generalmente entre las 10 y las 16 hs.
- Protegerse del sol con un buen protector, mayor a 50, debido a que la piel de las embarazadas es particularmente sensible a las manchas del sol.
- Mantener la temperatura corporal adecuada, refrescarse constantemente: ducharse con agua tibia, llevar un abanico y un atomizador con agua para momentos de sofoco, resguardarse a la sombra y evitar salir en las horas más calurosas del día.
- Hidratarse bien, con un mínimo de dos litros de agua por día. Se puede tomar bebidas isotónicas y consumir alimentos ricos en agua, como las frutas.
- Llevar una alimentación saludable y respetar las comidas. No dejar de comer por el calor porque tendrá efectos negativos para el embarazo.
- Utilizar ropa holgada, preferentemente de algodón y de colores claros. Tratar de restringir el uso del nylon.
- Cuidarse de las enfermedades vinculadas a picaduras de insectos que suelen aumentar con el calor extremo.
- Controlar que haya una buena diuresis, es decir, que se orine con la frecuencia habitual.
- Consultar al médico por los suplementos vitamínicos durante el transcurso de todo el embarazo, especialmente la Vitamina D, que favorece el sistema inmunológico, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras.
Por sobre todo, la principal recomendación es consultar al médico de confianza frente a cualquier duda o signo de problema para cuidar la salud y seguridad de la madre y su bebé. Al disminuir los riesgos, se asegura que el embarazo sea una experiencia placentera para ambos, aún durante los meses más cálidos.