Triple crimen de Chascomús: el dolor de una ciudad que pide justicia por las víctimas
María Eugenia Suárez, de 47 años, Diego Reddy, de 44, y el hijo de ambos, Ignacio, de 11, fueron asesinados el viernes 29 en un campo ubicado en la Autovía 2. Bronca y tristeza entre los vecinos.
(Enviada especial) Dolores está acostumbrado a que enero sea trágico. La pequeña ciudad, ubicada a 218 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que crece tímidamente y se expande mientras deja atrás el apodo de pueblo vio sangre y tragedia varios veranos. Fue testigo del caso Cabezas, del juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa, del accidente del cantante de cumbia El Pepo y, ahora, miró de cerca el triple crimen de Chascomús y llora a las víctimas porque las vio nacer.
María Eugenia Suárez, de 47 años, Diego Reddy, de 44, e Ignacio Reddy, de 11, eran dolorenses. Fueron asesinados a tiros el viernes 29 de diciembre en el campo Los Pinos, ubicado en el kilómetro 129 de la Autovía 2, donde vivían y trabajaban como puesteros. Por los homicidios está detenido Francisco Waldemar Reddy, un joven de 20 años, policía, hijo del hombre acribillado. El allanamiento en su casa de la calle Olavarría, la avenida principal de la ciudad que se convierte en Belgrano a la altura del palacio de Tribunales, revolucionó a los vecinos.
El dolor es profundo. Nadie entiende qué pasó ni por qué. La Justicia y los investigadores aún no pueden explicarlo. Las versiones son muchas, las hipótesis, también, pero la gente se mide en sus comentarios y, mientras llora, pide que se sepa la verdad, que el o los responsables paguen.
"Tristeza inmensa", "Que se haga justicia", "Dolor gigante" son algunos de los dichos más recurrentes entre los habitantes del Primer Pueblo Patrio. Lo comentan en las carnicerías, las verdulerías, la calle y en redes sociales. Los velorios y los entierros de las víctimas fueron dramáticos, envueltos en profundo silencio y llanto.
Como suele ocurrir en las pequeñas ciudades, la gente se junta cuando hay un muerto porque conoce a alguien que conoce a alguien, como dice la canción. En este caso, además, por el estupor de lo sangriento de los decesos y porque una de las víctimas era apenas un alumno de educación primaria.
Ignacio Leonel Reddy tenía 11 años y había sido estudiantes de la Escuela N° 30 Juan Manuel Cotta, que calificó lo sucedido como un "trágico momento" y pidió elevar "una oración por su eterno descanso y el de su mamá".
María Eugenia Suárez tenía 47 años, era oriunda de Maipú, otra localidad bonaerense, pero se había mudado a Dolores años atrás. Tuvo una pareja anterior a Reddy con quien también tuvo hijos. Luego se separó y conoció al hombre con el que fue asesinada el viernes.
Diego Reddy trabajaba como puestero en Los Pinos, pero también se dedicaba al negocio de la carne, algo común en la zona por ser una región ganadera. Anteriormente había trabajado en varios campos. Tenía dos hermanos, uno de ellos policía como el hijo que está sospechado de haber cometido los crímenes.
El caso
El crimen de Suárez y de su hijo Ignacio Reddy se descubrió el viernes por la noche, luego de que efectivos policiales acudieron al lugar tras un llamado al 911 el administrador del campo que alertó acerca del fallecimiento de la mujer. Una vez dentro de la estancia, los agentes hallaron el cuerpo de la mujer en la cocina, mientras que su hijo se encontraba gravemente herido en un galpón, ambos como consecuencia de disparos de arma de fuego. El niño de 12 años fue trasladado de urgencia al hospital San Vicente de Paul, donde fue operado, pero finalmente falleció a raíz de las heridas de bala que sufrió.
En las últimas horas de ayer, fue hallado el cadáver baleado de su Diego Reddy dentro del mismo campo y fue detenido Francisco Waldemar Reddy, un hijo del hombre, policía, de 20 años.