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Salud renal: crecen las enfermedades, pero hay cada vez menos especialistas

Muchos habitantes del país sufren algún grado de Enfermedad Renal Crónica (ERC). Las principales causas son la diabetes y la hipertensión arterial pero también se deben tener en cuenta los antecedentes familiares.

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MDZ Sociedad lunes, 4 de septiembre de 2023 · 07:04 hs
Salud renal: crecen las enfermedades, pero hay cada vez menos especialistas
La ERC a menudo no presenta signos ni síntomas durante sus etapas iniciales, sin un diagnóstico y un tratamiento oportuno de las causas que la originan. Foto: MDZ

La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública en todo el mundo ya que entre el 10 y 13% de la población mundial la presenta. Es fundamental su detección precoz y su tratamiento temprano para evitar las complicaciones en etapas más avanzadas de la enfermedad. En Argentina, la 4ta. encuesta nacional de factores de riesgo efectuada en 2018-2019 determinó que entre los mayores de 18 años existe una prevalencia de la ERC del 12.7%, es decir 1 de cada 8 argentinos la presenta.

La ERC a menudo no presenta signos ni síntomas durante sus etapas iniciales. Sin un diagnóstico y un tratamiento oportuno de las causas que la originan, esta enfermedad tiende a progresar hasta la falla total del órgano y requerir tratamientos de reemplazo de la función renal como la diálisis y/o el trasplante. La diabetes y la hipertensión arterial, estrechamente vinculadas con la obesidad, son las principales causas de ERC. De allí la importancia del diagnóstico precoz y del tratamiento temprano, para lo cual es imprescindible contar con recursos médicos y sanitarios debidamente articulados de atención primaria de la salud, médicos clínicos y nefrólogos para actuar en tiempo y forma, y así evitar o enlentecer la progresión de la enfermedad y disminuir la morbimortalidad principalmente cardiovascular que la acompaña. 

La Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) ha registrado en la última década una disminución progresiva del número de médicos en formación en nefrología y un aumento de las plazas vacantes en las convocatorias a inscripción en muchos centros formadores del país, de lo que se puede inferir que cada año hay menos interesados en realizar una especialización en nefrología” asegura la Dra. Alicia Marini, coordinadora del comité de certificación SAN-Hospital de Clínicas José de San Martín. 

La SAN ha registrado en la última década una disminución progresiva del número de médicos en formación en nefrología.

Por tal motivo, en el año 2022 el comité de certificación, evaluación y acreditación de la SAN, realizó una encuesta nacional dirigida a los 44 centros formadores del país, para caracterizar y dimensionar los programas vigentes de especialización en nefrología. Argentina ofrece una variedad de programas formativos, que se categorizan, según su modalidad, en residencias y carreras de especialización universitaria. Datos arrojados por el trabajo realizado afirman que la formación de especialistas en nefrología tiene una duración entre 3 y 4 años, y que, en el año 2022, realizaban su formación nefrológica 208 médicos/as en todo el país, de los cuales 119 (57%) eran argentinos y 89 (43%) eran de procedencia extranjera, egresando anualmente una media de 59 nuevos nefrólogos (34 argentinos y 25 extranjeros). En relación con la cobertura de las plazas disponibles para los programas formativos ofrecidas en el quinquenio 2017-2021, se cubrió solo el 81%.

El total de nefrólogos/as en formación ha caído más del 30% en los últimos 15 años según registros de la SAN. “Esta disminución en la formación de nuevos nefrólogos en la Argentina puede ser más preocupante si se tiene en cuenta la alta proporción de residentes del extranjero que en general retornan a su país al finalizar su formación y la propia migración de muchos de los residentes nacionales a países que ofrecen mejores oportunidades económicas y laborales”, afirmó el Dr. Javier Robaina, integrante del comité de certificación SAN- Hospital de Clínicas José de San Martín.

En la misma línea, el Dr. Carlos Bonanno, presidente de la SAN, aseguró: “Es muy preocupante las plazas disponibles que han quedado vacantes especialmente en las provincias alejadas de la Capital, muchas de las cuales han manifestado públicamente su necesidad de contar con más nefrólogo/as formados para cubrir adecuadamente sus demandas”.

“La crisis sanitaria, social y económica actual no excede a las especialidades médicas. La nefrología está atravesando una compleja y preocupante situación al igual que otras. Particularmente en lo que respecta a nuestra especialidad, podemos evidenciar un aumento desproporcionado del impacto de las enfermedades epidémicas crónicas no transmisibles como hipertensión arterial y diabetes, que en el tiempo generan enfermedad renal crónica en la población de todo el mundo, y de la Argentina en particular. Esto se encuentra agravado por el crecimiento cada vez mayor de la pobreza”, continuó el Dr. Bonanno.

En este mismo sentido, la Dra. Cristina Vallvé, médica nefróloga miembro de la SAN y jefa de servicio del servicio de nefrología y diálisis del Hospital Durand de la Ciudad de Buenos Aires, confirma que “la atención nefrológica ha aumentado en la última década porque lamentablemente hay cada vez más pacientes con deterioro de la función renal, es decir, enfermos renales crónicos. Dada la situación del país, los pacientes no tienen una buena información y educación sobre salud renal, por lo que aún faltaría trabajar en una buena difusión sobre la importancia que tiene la función renal”.

El total de nefrólogos. en formación ha caído más del 30% en los últimos 15 años según registros de la SAN

La pandemia de enfermedades epidémicas crónicas no transmisibles que continúa en aumento se estima que será la 3era. causa de muerte para el año 2050. Ante esta situación, nos encontramos con una curva descendente de profesionales médicos que eligen la especialidad y deberán enfrentar las patologías propias de la especialidad, lo que no se corresponde con el incremento de pacientes y el requerimiento de profesionales capacitados para contener ese crecimiento a futuro.

El Dr. Raúl Pidoux, secretario de la SAN y jefe de la unidad de trasplante del Hospital Dr. Arturo Oñativia de la ciudad de Salta, es contundente al afirmar que “hay un déficit de profesionales en todas las áreas y nefrología no es la excepción. Es poco el interés de los médicos en la formación académica de la especialidad y son varios los factores que influyen en esto. Formarse implica tener un año de clínica médica, después hacer nefrología durante tres años. Eso lleva a que los profesionales no se formen, ya sea por una cuestión económica, del tiempo que implica, del esfuerzo que eso conlleva; entre otros factores”.

Pidoux coincide con el panorama general de que “en paralelo a esta situación, se incrementa la cantidad de pacientes con enfermedad renal, sobre todo por la pandemia de diabetes que se observa en el último tiempo a raíz de los hábitos de vida, consumo de alimentos ultra procesados, falta de ejercicio físico y otros factores que hacen que la obesidad aumente, al igual que la diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad renal”.

Seguramente, y tal como ha quedado expuesto en infinidad de encuestas a médicos jóvenes sobre los motivos por los cuales no se seleccionan determinadas especialidades médicas, se destacan la baja remuneración económica y una falta de perspectiva de progreso personal y familiar, en relación con el esfuerzo que ya representa un extenso período de formación de una carrera de grado, al que se le agrega una prolongada formación de posgrado.

“La especialidad de nefrología es muy dura en el ejercicio profesional, dura en el aprendizaje ya que abarca mucho conocimiento de la medicina interna y dura en la experiencia del paciente a tratar, quien atraviesa por distintas instancias en el ciclo de su enfermedad que requieren de un acompañamiento, no solo del profesional de la nefrología, sino también de profesionales de otras áreas de la salud y de una contención de su entorno más cercano” afirma Bonanno. 

En la misma posición agrega la Dra. Vallvé “es una especialidad que requiere muchos años, en la que se trabaja de lunes a lunes porque hay guardias activas o pasivas de veinticuatro horas, incluso los feriados porque los pacientes que están en tratamiento sustitutivo renal como la hemodiálisis no pueden dejar de realizarse las sesiones dialíticas y el médico tiene que estar constantemente atendiéndolos”. Además, agrega “Por suerte, las autoridades empezaron a visibilizar la importancia de la nefrología con la pandemia del COVID, cuando muchos pacientes hacían insuficiencia renal aguda o los crónicos que ya estaban en diálisis se contagiaban y tenían que seguir su tratamiento internados. Esto hizo que las autoridades pusieran más el foco en la importancia que tiene tanto la especialidad como la vulnerabilidad de los pacientes renales crónicos”.

Aun así, el Dr. Bonanno, reconoce que hay un horizonte por delante con la reciente puesta en marcha del programa integral de abordaje de la enfermedad renal crónica avanzada (ERCA), una iniciativa del Incucai en conjunto con la SAN que propone la creación de consultorios de abordaje ERCA (CERCA) y del Registro de los mismos (Renerca). “Sin duda, esta iniciativa significa para la nefrología argentina un cambio de paradigma en la atención a pacientes, ya que aspira a trabajar de manera preventiva en la salud y no solo con foco en la enfermedad. Pero, además, representa un paso dado en la jerarquización de la especialidad, que vuelve a llevar al médico nefrólogo al consultorio para trabajar con el paciente de manera integral en la mejora de su calidad de vida”.

Si hablamos de futuro de la especialidad, el presidente de la SAN afirma que “en la medida que todo el sistema de salud logre ser equitativo, donde exista el reconocimiento a la especialización, capacitación y formación de excelencia, lograremos su funcionamiento integral, no solo de la nefrología sino también de todas las áreas médicas. Donde también se de visibilidad, dentro del capítulo de la “salud renal”, a los pacientes con esta patología”.

Ante esta realidad, como sociedad científica, la SAN expresa gran preocupación, entendiendo que solamente con profesionales capacitados e integrados en un equipo transdisciplinario de salud, se podrá mitigar el enorme crecimiento de esta enfermedad, evitar su desarrollo y progresión, y reducir el elevado costo en recursos humanos y económicos que representan las etapas más avanzadas de la enfermedad.

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