Por qué la vitamina C es esencial en el invierno
La vitamina C es un potente antioxidante soluble en agua que se asocia con varios efectos beneficiosos en el sistema inmune, minimiza y retrasa el proceso de envejecimiento, entre otros numerosos beneficios.
Ya se va el invierno y cuando pienso en él es imposible no remontarme a los de mi infancia en mi Reconquista natal, allá por los años ochenta. Tuve la suerte de vivirla en una casa con un patio enorme con plantas de mandarinas, naranjas, pomelos amarillos y en el centro de esas plantas un hermoso limonero.
¡Qué bendición la mía!. Recuerdo las tardes en la que mi madre dormía su siesta, como es costumbre en el interior; el momento justo para las travesuras de niños! Con mis amigos Seba y Rocío nos acomodábamos sentados en pequeños sillones debajo de la planta de mandarinas y arrancábamos una por una y comíamos las que teníamos al alcance de la mano hasta no dar más. Y así la mayoría de los días hasta agotar cada planta. ¡De más está decir que casi nunca vimos a un pediatra en ese tiempo.
Seguramente en esa época era poco lo que sabíamos de la vitamina C o ácido ascórbico y hoy digo…. ¡Qué suerte tuve!. Tenía el patio lleno de salud. Qué sabia es la naturaleza que nos aporta lo que necesitamos en el momento justo, el invierno es época de infecciones respiratorias y gripes; son virus que por lo general viven en éste tipo de temperaturas y también es la época en que la naturaleza nos brinda alimentos ricos en vitamina C, vitamina antiinfecciosa por excelencia.
Fuentes de vitamina C (o ácido ascórbico):
- Cítricos (naranja, mandarina, pomelo, limón, lima).
- Kiwi.
- Frutillas.
- Vegetales verde intenso: acelga, espinaca, brócoli, repollo blanco y colorado, repollitos de Bruselas.
- Tomates, ají.
Los mencionados son frutas y vegetales que tienen mucho contenido en vitamina C, aunque la mayoría de las frutas y vegetales la contienen en menor cantidad. Es una vitamina hidrosoluble, protectora de la salud por sus múltiples beneficios:
Beneficios o funciones principales:
- Antiinfecciosa, potencia el funcionamiento del sistema inmune y ayuda a prevenir enfermedades infecciosas y virales
- Interviene en la formación de una proteína importante llamada colágeno, utilizada para formar la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos
- Sanar heridas y formar tejido cicatricial
- Reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes
- Ayudar a la absorción del hierro
- Es uno de muchos antioxidantes. Los antioxidantes son nutrientes que bloquean parte del daño causado por los radicales libres, estos con el tiempo son ampliamente responsables del proceso de envejecimiento, el cáncer, la enfermedad del corazón y los trastornos como la artritis.
El cuerpo no puede producir la vitamina C por sí solo ni tampoco la almacena. Por lo tanto, es importante incluir muchos alimentos que la contengan en la alimentación diaria. Es una vitamina lábil, se pierde fácilmente en cocción porque no resiste altas temperaturas y también se pierde cuando está mucho tiempo en contacto con el aire. Con esto quiero decir que lo ideal es consumir alimentos que la contengan en el momento, a partir de frutas y vegetales frescos, es la mejor forma de aprovecharla y que cumpla sus múltiples beneficios en la salud.
Además por ser sumamente importante en el crecimiento y desarrollo es importante incorporar estos alimentos desde el inicio de la alimentación complementaria (desde los 6 meses de edad) y durante toda la vida para aprovechar sus múltiples beneficios y así
mantenernos saludables.
* Silvana Franco, licenciada en Nutrición MN: 6309
lic.silvana.franco@gmail.com