Hipersexualización publicitaria: ¿necesidad o exceso?
Desde hace años, cada 21 de septiembre, la ciudad se empapela con afiches publicitarios de una empresa fabricante productos de uso íntimo sexual. ¿Es necesario transgredir para efectivizar el mensaje?
Uno se pregunta si publicar opiniones al respecto no es una forma más de reconocer el éxito de tal publicidad. Que da que hablar, da que hablar. Y esa es una de sus intenciones. Pero tampoco, podemos privarnos de decir lo que corresponde porque la vía pública es de todos, grandes y chicos. Los afiches en cuestión pueden suscitarnos tres tipos de reflexión. La primera hace a la forma. La segunda al fondo, la tercera a quién se hace responsable.
Vamos a las formas
A primera vista, las imágenes de tono subido, no son lo más apropiado para que se expongan sin restricción ante los niños. Porque si bien la publicidad no va dirigida a ellos, son de todas maneras receptores pasivos como todo transeúnte. ¿Por qué ya no se considera el cuidado de los menores? ¿Por qué se expone a los padres a tener que explicarles lo no les competen por su edad ni su madurez? ¿Por qué se insiste en hipersexualizar a los niños?
Vamos al fondo
Como dijimos, las primeras campañas de esta empresa, sugerentes al principio, año a año se fueron recargando, haciéndose más explícitas y descaradas. El eslogan de ahora invita a “festejar” la primavera con uno mismo. La sexualidad como don y apertura a otro ha quedado encerrada en sí misma. De Eros a Onán. La involución del sexo.

¿Hay alguien allí?
La declaración de principios del código de ética y autorregulación publicitaria afirma: “La publicidad debe respetar los principios de la moral y las buenas costumbres…”(art. 1); en sus disposiciones generales sostiene: “… la publicidad no debe contener expresiones o representaciones visuales o auditivas, ni alusiones impropias que: ofendan la moral o las buenas costumbres prevalecientes en la sociedad…(art. 5); “…debe evitar toda expresión, actitud o insinuación que lesione la intimidad de las personas o pueda causar mortificación a su núcleo familia (art 8). ¿Cuál es el límite entre la libertad y el libertinaje?, Cuando se transgrede lo aceptable ¿Quién se hace responsable?
* Dra. Myriam Mitrece de Ialorenzi, psicologa Social

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