Zorzal colorado

El pájaro fisura: qué se sabe del ave que rompe el silencio de la madrugada

Se trata del zorzal colorado, un ave que se considera exótica en Mendoza, pero cuya población se ha logrado establecer en toda la zona urbana de la provincia. Su canto es su mayor particularidad ya que es muy potente y lo realiza antes del amanecer.

Andrea Pellicer
Andrea Pellicer sábado, 2 de septiembre de 2023 · 09:03 hs
El pájaro fisura: qué se sabe del ave que rompe el silencio de la madrugada
La primera vez que se pudo documentar la presencia del zorzal colorado en Mendoza fue en 1993. Foto: Pixabay

Quienes deben despertarse antes de que el cielo comience a aclarar lo conocen bien, o al menos a su canto. Y quienes trasnochan también, es por eso que en algunos lugares se le dado el curioso nombre de “el pájaro fisura”. Se trata del zorzal colorado, un ave cuyo canto no pasa desapercibido no solo por lo intenso y reiterativo -aunque melodioso-, sino porque casi se lo escucha en soledad antes del amanecer. La particularidad de su canto también le ha hecho ganar el mote de “chalchalero” en el norte del país.

Científicamente se lo denomina Turdus rufiventris y se la considera el ave nacional de Brasil desde el 2002, año en el que el país carioca realizó una importante campaña con la que se buscaba evitar que las personas cazaran y mantuvieran en cautiverio a este pájaro. Es que, su mayor atractivo, también resulta su condena y la idea de encerrarlo en jaulas para poder escuchar su canto resulta atractiva para muchos.

Si bien no hay muchos estudios locales, en Mendoza se cree que llegaron hace poco tiempo ya que su hábitat natural se extiende desde suroeste de Brasil hasta el Litoral argentino, tomando el oeste de Bolivia, Uruguay y Paraguay. La veterinaria y presidenta de la fundación Cullunche, Jennifer Ibarra, indicó que se presume que fue debido al tráfico de fauna, y posterior escape de algunos ejemplares, que lograron establecerse en la provincia.

Hábitat del Zorzal Colorado según UICN

“No descartamos que su establecimiento pueda deberse a cambios en el clima, pero creemos que la razón principal de su establecimiento en Mendoza se deba a posibles fugas”, destacó.

Aquí conviven con el zorzal gato (turdus amaurochalinus), una especie autóctona y, según Ibarra, hasta el momento no se ha registrado una rivalidad entre ambos ni por alimento, ni por territorio. Esto puede deberse a que este último prefiere establecerse en zonas cultivadas y parques, mientras que el zorzal colorado no muestra mayores problemas de convivencia en zonas urbanas, incluso es muy popular en la Ciudad de Buenos Aires donde su canto impacta entre los edificios haciéndolo aún más notorio.

Según señala la Asociación Biota, el primer avistamiento documentado de esta especie que se considera “exótica” en Mendoza fue en 1993 en el parque General San Martín. Durante un periodo se creyó que su comunidad se limitaba a vivir en el pulmón verde de la Ciudad, aunque con los años se hizo evidente traspasó estas fronteras y se reprodujo en áreas urbanas y suburbanas.

Así, actualmente, puede verse y, sobre todo, escucharse a lo largo de todo el Gran Mendoza donde opta por espacios con jardines, árboles y enredaderas para establecerse.

Algunas particularidades

Este pájaro es de porte pequeño, se estima que su tamaño promedio no supera los 23 centímetros. Su vientre es de color naranja o marrón rojizo, característica que fue asociada a su nombre. También tiene como particularidad su costumbre de caminar, esto lo hace en cortas carreras –bastante rápidas- acompañadas de pequeños saltos.

Es durante los periodos que se encuentra en tierra que aprovecha a alimentarse de invertebrados y arácnidos. Su dieta se complementa con bayas o pequeños frutos, su capacidad de escupir las semillas de estos lo ubican como una de las causas de esparcimiento de algunas especies de plantas.

El canto del zorzal colorado lo ha convertido en una especia muy propensa a ser cazada para comercializar como mascota.

Su canto: intenso y de madrugada

A fines de agosto se inicia la etapa de reproducción y es cuando los machos buscan una pareja. Este periodo, que se puede extender hasta marzo o abril, es cuando más se escucha su canto ya que forma parte del proceso de seducción de la hembra y se caracteriza por hacerlo antes del amanecer. La melodía es potente e insistente y, aunque no es la única vocalización que realiza, sí es la más particular.

La melodía que emite esta ave lo ha llevado a ser protagonista en la cultura popular guaraní donde se relata una leyenda que explica su surgimiento. Allí, la melancolía de su canto se relaciona con una trágica historia de amor.

Disfrutarlos sin intervenir

Desde la Fundación Cullunche indicaron que, entre diciembre y enero, se suele recibir varios ejemplares huérfanos que la comunidad recoge y acerca hasta la institución por temor de que sean atacados. Ibarra recomendó no realizar este tipo de acciones ya que los animales sufren de un gran estrés.

“Generalmente lo que recibimos son los volantones, que son crías con algunas alas que aprendiendo a volar. Muchas personas creen que pueden ser víctimas de predadores o gatos y los recoge, pero esto no es lo mejor. Usualmente, estas crías están siendo acompañadas por sus padres, así que lo aconsejable es dejarlas o, si están en algún lugar que pueden sufrir un daño, se los puede poner en un jardín o planta que esté cerca”, detalló.

La veterinaria hizo hincapié en que está prohibido mantener en cautiverio a las aves e, incluso, está penado por ley, por lo tanto, se debe disfrutar de su belleza y canto en libertad.

Leyenda del Zorzal y Agüai

Hace mucho tiempo existía un hombre, llamado Zorzal, que había llegado a los niveles más profundos del amor como resultado de coincidir con Agüaí, una doncella de belleza anecdótica.

El tiempo y el destino se pusieron a favor de los enamorados, quienes lograron consentir al corazón haciendo realidad los imperativos más sagrados del espíritu. Se dice que todos los elementos de la naturaleza fueron testigos de aquella poderosa unión.

El zorzal colorado es protagonista de múltiples leyendas y canciones. 

Los rumores del vínculo se propagaron con presteza, hasta llegar a los oídos equivocados. Un hechicero, de reputación consagrada, recibió la noticia en medio del descontento de los celos. Motivado por las fieras de su interior, se dirigió hacia el cacique y le vaticinó una serie de desgracias que tomarían lugar en el pueblo en caso de continuar la historia de Zorzal y Agüaí.

Abrumado por los augurios de catástrofe, el cacique resolvió tomar la vida del enamorado. En el acto, Zorzal fue atado a una colosal piedra, en la cual recibiría su violento final. Un grupo de guerreros, armados con arcos, rodearon al condenado, expectantes a la instrucción.  Llegado el momento, el torrente de flechas se incrustó en el pecho del acusado.

Al día siguiente, Agüaí, con el pesar de la tragedia, acudió al lugar. Para su sorpresa, se encontró con un ave de pecho rojo y dulce canto que jamás había visto. De alguna manera supo que aquel ser, que recordaba por sus sonidos a la música de Zorzal, era el hombre que ella había amado, entregado por los dioses a la naturaleza en una nueva forma.

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