La alternativa a la que apuestan los argentinos por la crisis económica

En medio de la constante devaluación de la moneda argentina, los ciudadanos se enfrentan a un desafío económico sin precedentes. La inflación galopante erosiona el poder adquisitivo de las personas, haciendo que sus salarios parezcan cada vez más insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.

Ante esta situación, ha surgido una nueva tendencia en el comportamiento de compra de los argentinos: la migración de la gran compra mensual en supermercados hacia compras más frecuentes y pequeñas en almacenes y kioscos locales.

Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros, compartió sus perspectivas sobre este cambio significativo en los hábitos de compra de los argentinos: "Sabemos que hay muchas familias que tal vez manejaban la compra mensual, quincenal, semanal en un hipermercado y que se han decidido, digamos a volver al almacén de barrio, al autoservicio de proximidad, pero es algo que vemos hace tiempo y uno en lo posible trata de tener los productos y los precios acorde al bolsillo del consumidor más allá de que bueno por un lado están las primeras marcas también están las marcas Pymes".

"Recordemos que hoy en día llenar un changuito en un hipermercado está por arriba de los cien mil pesos y eso no es para cualquier bolsillo de un trabajador", agregó.

Sin embargo, esta tendencia no solo refleja una preferencia por los comercios locales, sino que también responde a la cruda realidad económica que enfrentan los argentinos. El constante deterioro del valor de la moneda impactó significativamente en el costo de vida, lo que ha llevado a una reducción en las ventas no solo en los supermercados, sino también en almacenes, librerías, carnicerías y ferreterías, explicó Savore.

"Pasamos el peor agosto de nuestras vidas con un aumento a la primera semana entre un seis y un ocho por ciento, después de las PASO vino hace veinticinco barra treinta, o sea que literalmente la mercadería subió más de un treinta por ciento. Y ahora comenzamos un septiembre con aumentos entre un cinco y un seis por ciento", comentó.

"Todas estas subas hacen que sigamos depreciando y destruyendo el bolsillo del trabajador", concluyó. 

Otro hábito que surgió entre los argentinos como respuesta a la ardua crisis económica fue la adopción del consumo en pequeñas dosis. En lugar de comprar un kilo completo de pan ahora se adquiere solo lo imprescindible para el día. Este enfoque también se extendió a la compra de huevos y llegó incluso a casos extremos, como la venta de un saquito individual de café o té. Esta adaptación es un claro ejemplo de cómo los argentinos se siguen ambientando a la preocupante situación económica, que sería impensada por los ciudadanos del mundo.

Agustina García, una joven de 25 años que tiene una cadena de verdulerías, comentó cuáles son los cambios que ha visto en sus compradores: "Hoy en día vemos que la gente ya no compra por kilo y compran hasta lo que les alcance. Además de que compra menos gente y por ende se compra menos".

"Antes estaba mas accesible todo y podían “darse un gustito” con la palta por ejemplo. Ahora llevan lo justo y necesario y solo lo del día a día", agregó. Algo similar comentó Nahuel Díaz, un almacenero: "Por lo general las compras que se hacen son las chicas, me falta queso cremoso, vienen y compran para esa comida, o el papel higiénico, vienen y compran por unidad porque es solo lo que les alcanza. Los precios suben tan rápido que la gente viene con la idea de comprar un par de cosas y cuando llegan acá se dan cuenta que no les alcanza para todo".