El rubro que sobrevive a pesar de la crisis y de sus precios exorbitantes

Los eventos generalmente suelen marcar un momento importante para nuestras vidas. Ya sea un casamiento, un cumpleaños de 15, en el caso de las chicas, o de 18, si estamos hablando de varones. En fin, ese acontecimiento se disfruta al máximo, y queda guardado en la memoria.

En ese sentido, el salón termina siendo un aspecto clave en el disfrute de la fiesta. El problema es que los lugares para eventos son realmente costosos, y por eso hay mucha gente que los reserva con mucho tiempo de anticipación.

No resulta una novedad el hecho de que los salones de fiesta siempre fueron caros; pero en un contexto de inflación y devaluación, alquilar un salón para un evento se hace realmente cuesta arriba, teniendo en cuenta los precios exorbitantes.

En diálogo con MDZ, Luis, que alquiló un salón para su hija que pronto cumplirá 15 años, explicó de que manera se manejan los salones de fiesta: “Nosotros señamos primero el salón, que más que señar el lugar en sí mismo, uno seña la fecha en la que lo va a realizar. Eso lo hacés con 50.000 pesos aproximadamente”, señaló.

El cliente comentó que casi ningún salón te congela el precio, salvo que lo pagues en el momento. En ese sentido, argumentó que todos los lugares de eventos se manejan acorde a la inflación, y el precio total del mismo se termina pagando dos meses antes.

Lo cierto es que el valor de un salón depende de muchas variables, como el edificio mismo y la cantidad de invitados (precio de la tarjeta).

Costos de una fiesta

Para tener un panorama de lo costoso que puede significar realizar un evento, MDZ pudo averiguar el valor de la tarjeta en uno de los reconocidos salones de fiesta. El precio de cada una depende del menú que se seleccione y del día. Por otro lado, el salón pide un mínimo de 150 invitados a la cena para poder reservar el lugar. Además, cabe destacar que el lugar tiene los precios dolarizados, con la clara intención de no perder frente a la inflación.

En cuanto al menú informal, que por lo general se sirve en islas, el valor es de 38 dólares por tarjeta el día viernes, USD 40 en el caso de ser día sábado, y un precio de 32 dólares si el evento se lleva a cabo un día domingo.

Si hablamos del menú formal, que contiene carnes y vegetales a la parrilla, el precio por tarjeta es más costoso: USD 42 los días viernes, USD 44 los sábados y 35 dólares si se trata de un domingo.

Para invitar gente al baile, el salón exige un precio de 17 dólares por adulto, y de 11 dólares si es menor de 18 años. En el caso de los cumpleaños de 15, cada 100 chicos pagados al baile, se liberan 50 tarjetas. Asimismo, cabe destacar que los menores de 12 años abonan solo el 50% del valor de la tarjeta de un adulto, que los menores de 2 años no pagan, y que el valor de este presupuesto tiene una vigencia de 7 días.

Además del menú elegido, y consecuentemente, el precio final del salón, vale aclarar que, en algunos casos, vienen otros servicios incluidos en el monto total, como el personal de seguridad, la playa de estacionamiento, personal de limpieza, barra de tragos, sonido e iluminación (incluye DJ), etc.

Otra de los eventos más solicitados son los cumpleaños de 40 y 50 años, en esos casos, el denominador común es el pago de una tarjeta para afrontar de forma "colectiva" los gastos del festejo. "Cumplo 40 en octubre y alquilé un salón por 130 mil pesos. A eso debo sumar 50 mil de gastos de seguridad, 60 mil de DJ más los impuestos de Sadaic y Aadicapif que rondan los 75 mil pesos. Todo eso si contar bebida y comida", contó Cinthya.

La crisis económica es notoria, pero los salones de fiesta están colapsados de reservas: "Tenemos tanto trabajo, que si proyectamos a noviembre del año que viene, nos encontramos con que solo tenemos viernes y domingos disponibles como fechas tentativas para un evento", señaló Ariadna, encargada de dar toda la información para eventos en uno de los salones de fiesta.

A pesar de la inflación, la gente no deja de casarse ni de cumplir años; y entonces, aunque realizar un evento sea realmente costoso, con precios altísimos, los salones siguen trabajando sin pausa, siendo conscientes de que deben hacer valer ese precio, otorgando un servicio acorde a lo esperado por los clientes.