La importancia de la muestra Warhol - Basquiat en París
En distintas oportunidades nos ocupamos en estas columnas del rey del pop americano Andy Warhol (1928-1987). Símbolo máximo de la arremetida estadounidense en la historia grande del arte de occidente, la muestra que lo une a Jean-Michel Basquiat, el graffitero de New York, es un fabuloso golpe de escena que ratifica que el siglo XXI corre con su propio aire.
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París, como siempre ofrece un amplio abanico de exposiciones de altísima calidad. Desde Alphonse Mucha en el Grand Palais (inmersiva) hasta Picasso, pasando por el más amplio catálogo del impresionismo y sus derivaciones, la escultura y las nuevas tendencias.
Dentro de este panorama, la muestra que hoy comentamos destaca por la contundencia desenfrenada de un arte que sin ningún desparpajo arremete contra la belleza, el oficio y cualquier otro valor establecido.
Presentada desde abril pasado por la Fundación Louis Vuitton, “Basquiat x Warhol. Painting four hands” reúne 80 pinturas (y cientos de documentos) que entre 1984 y 1985 crearon en conjunto ambos artistas.
Basquiat (1960-1988) por entonces solo se destacaba en el submundo del graffiti de New York. Presentado a Warhol por su marchante formaron rápidamente un tándem que incluyó al pintor italiano Francesco Clemente y algún otro.
La asociación no sólo fue prolífica sino además muy marketinera. Warhol escribió una nueva página en su manual de auto-promoción y Basquiat cambió de andarivel en su carrera artística.
La fundación Louis Vuitton ya había presentado años atrás una muestra de Basquiat. Fue también en el fabuloso edificio diseñado por el arquitecto canadiense Frank Gehry y financiado por Bernard Arnault (dueño de LVMH, tercera fortuna mundial según Forbes). Imposible encontrar un escenario más indicado para esta nueva muestra. Recordemos las polémicas que generó el despliegue arquitectónico ultramoderno en el Bois de Boulogne de Paris.
Así, hasta fin de agosto Paris rendirá pleitesía a un arte disruptivo que, como el de Duchamp o el mismo Picasso, la historia (y el mercado) terminará consagrando
* Carlos María Pinasco es consultor de arte.

