Monogamia vs. poliamor: el amor libre, ¿hasta dónde es libre?
El psicólogo Mauricio Girolamo, especialista en terapia de parejas, aseguró que "el amor abierto tiene sus complicaciones".
Las parejas pueden decidir hacer terapia por distintos motivos; uno de ellos tiene que ver con un planteo relativamente actual que es el del amor libre o “poliamor”. El psicólogo Mauricio Girolamo, especialista en terapia de parejas, habló sobre este tema en MDZ Radio: “El amor abierto tiene sus complicaciones. Algunas fantasías son para llevar a cabo y otras no, porque si no van a generar conflicto”, señaló.
En Según Cómo lo Mires, aseguró que “el ser humano no es monógamo desde el punto de vista genético. La pareja que abre sus límites no es abierta 100%, tiene que haber algún tipo de contrato” y señaló que “la infidelidad es no respetar el pacto”.
“El amor libre, entonces, ¿hasta dónde es libre?”, se preguntó y detalló: “Abrir la pareja no resuelve todo. Tiene que ver con formas muy coordinadas entre las dos partes. Hay personas que quieren la exclusividad, se sienten bien. La monogamia es un acuerdo y el amor libre también, siempre va a haber un límite y, por lo tanto, siempre va a estar la tentación de franquear el límite”.
Ante la consulta sobre si una de las partes no desea abrir la pareja, aclaró: “No hay que ceder para conformar a la pareja. En términos afectivos y sexuales, no se hacen favores”.
Girolamo también reconoció que “los conflictos más comunes tienen que ver con el desgaste de la vida cotidiana. El 70% de los conflictos tienen que ver con la comunicación”.
“Nosotros creemos que estar en pareja es un vínculo incondicional y es lo peor que podemos pensar. La incondicionalidad tiene que ver con lo patológico, no es sano. El desgaste, si no es reparado a tiempo, suele ser tarde”, sostuvo. Además, expresó que “las crisis personales pueden afectar mucho a la pareja. Me gusta pensar a la pareja como el lugar donde nos desnudamos tanto literal como simbólicamente, es donde mostramos nuestras cosas más brillantes y nuestras miserias. Lo interesante es poder anoticiar a la otra persona si no la estamos pasando bien”.
Sobre las diferencias entre el hombre y la mujer, indicó que “la mujer cuando tiene un conflicto necesita ponerle palabras, ser escuchada. Los hombres cuando tenemos un conflicto nos vamos hacia adentro, necesitamos procesar. Cuando la mujer tiene un conflicto y necesita expresarlo, los hombres cometemos el error de ponernos el ‘mameluco’ y querer resolverles el problema. Y ellas no quieren eso, quieren ser comprendidas. El hombre se pone en un lugar racional y la mujer está en modo emocional, están hablando dos idiomas distintos y no se comprenden, entonces se enojan”.
Y reconoció: “Los hombre tenemos que aprender a validar las emociones; la mujer no está inventando lo que siente, lo siente”.
Acerca de las consultas sobre la vida sexual, admitió que “es un tema muy sensible. Cuando hay conflictos, es un área de sutil impacto y la pareja se empieza a alejar, empieza esa frialdad a vivirse en la relación y se empieza a naturalizar que las relaciones sexuales empiezan a distanciarse”.
“Hay algunos hombres que no entienden que el deseo sexual de la mujer está muy mediado por lo emocional. Hay una frase que me encanta: ‘Si vos querés tener relaciones esta noche con tu mujer, le tenés que hacer el amor todo el día’. Tenerla en cuenta, la consideración, darse un tiempo para mirar a la otra persona”, cerró.