Los pasatiempos que nacieron en pandemia y hoy son un salvavidas en la crisis
Durante la pandemia, muchas personas abrazaron pasatiempos que sirvieron para mantenerse ocupados y esto se vio reflejado en un incremento en las ventas en rubros artísticos. Con la apertura de las actividades, esta tendencia no retrocedió y esos pasatiempos hoy ayudan tener ingresos extras.
“Nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas”, fue con esas palabras que Alberto Fernández anunciaba el inicio del aislamiento obligatorio el 19 de marzo de 2020. A poco más de tres años de lo ocurrido, el contexto de desconcierto y angustia en el que se tomó la medida hoy resulta –afortunadamente- muy lejano y hasta ajeno.
La pandemia de coronavirus irrumpió en la vida de los argentinos y marcó un punto de inflexión. Es que, millones de personas que día a día salían de sus casas para ir a estudiar, trabajar, practicar deportes o realizar trámites de repente se vieron obligadas a permanecer en sus hogares.
El paso al mundo virtual se realizó paulatinamente, como en el caso de las clases y la implementación de la modalidad home office en el mundo laboral, sin embargo, en algunos rubros esto fue imposible de aplicar.
En este nuevo escenario muchas personas comenzaron a adoptar –o retomar- actividades que solían ser pasatiempos o hobbies. Así se desempolvaron máquinas de coser, pinceles o cuanto utensilio sirviera para ocupar esas horas que parecían no tener apuro en transcurrir. Pero la pandemia se fue extendiendo semana tras semana mientras los bolsillos comenzaban a sufrir las consecuencias y es aislamiento continuaba complicando el regreso a los trabajos, la escuela o, simplemente, a actividades recreativas.
Buscando en qué ocupar el tiempo
Esta “nueva realidad” –concepto que se puso de moda en esa época- comenzó impactar rápidamente en el comercio. Y se dio un fenómeno particular ya que, mientras la mayoría de los rubros padecían del aislamiento no pudiendo abrir sus negocios, otros comenzaron a notar un incremento en sus ventas. Se trataba, principalmente, de aquellos dedicados a trabajos manuales.
Tejidos, confección de bijouterie, macramé, pintura, cerámica, fueron algunas de las tareas que comenzaron a ganar adeptos o a volver a enamorar a aquellos que alguna vez las habían desarrollado.
“Fue un boom”, concuerdan comerciantes mendocinos que proveen insumos para este tipo de actividades y que, rápidamente, buscaron adecuarse a las circunstancias que imponía la pandemia para poder dar una respuesta a este público que iba en aumento.
Lo que la pandemia dejó
A pesar de panorama desalentador, la llegada de las vacunas permitió que lentamente se retornara a la rutina que se había dejado atrás. Sin embargo, los pasatiempos que colaboraron a mantener una estabilidad emocional durante meses, en algunos casos, ya se habían convertido en emprendimientos y resultaron una importante oportunidad para las debilitadas economías familiares.
“Después de la pandemia la gente siguió con sus proyectos”, asegura Ramiro de Ortega Lanas, quien observó que, durante los años que duró esta situación, comenzó a recibir clientela mucho más joven que abrazaron esta práctica a través de diferentes modas: “Las mantas nórdicas siguen a full, los amigurumis también”. Pero esto no fue lo único que se modificó respecto a sus ventas: “Antes teníamos una clientela que consumía más por hobby, hoy en día la mayoría de la gente que nos compra es porque tiene un emprendiendo. Mucha de ellas se lanzó a tejer en la pandemia y ahora vende”.
Ramiro hace esta evaluación luego de observar que, a pesar de que se regresó a las rutinas laborales, sus ventas se mantienen no sufrieron una caída marcada tras el boom de los años de coronavirus y, aquellos clientes que comenzaron siendo virtuales, hoy continúan haciendo sus compras de forma presencial.
Gabriel Grinvald, de Dalma Hipermercería, es otro comerciante mendocino que ha tenido una experiencia similar y esto ha provocado que algunos productos hayan comenzado a tener mayor protagonismo en sus mostradores. “Hubo una baja pero no ha sido importante. El aislamiento ayudó mucho al rubro de trabajos artesanales y esto se mantuvo. El movimiento continúa, actualmente, le hemos dado un lugar importante en los mostradores y una persona dedicada exclusivamente a estos insumos”, detalló.
“Muchas personas empezaron sin saber lo que era un acrílico y hoy logra hacer proyectos hermosos que vende en ferias o en internet”, sumó Damaris de El Almacén del Artesano, quien aseguró que lejos de perder clientes ha notado un interés en avanzar y especializarse en nuevas técnicas para poder ampliar su campo laboral.
“Muchos partieron de pinturas acrílicas y ya pasaron a la laca vitral. Hoy es furor la resina para hace llaveros, souvenirs y hasta adornar fiestas”, agregó.
Reinventarse
A Mónica la pandemia la sorprendió y la dejó sin ninguno de los dos empleos que le permitían pagar las cuentas ya que sus días se dividían entre tareas de gastronomía en un boliche y como entrenadora de hockey. Ambas actividades –como tantas otras- quedaron suspendidas. “Fue muy drástico”, asegura. Esto la llevó a buscar una contención emocional y así fue que abrazó la pintura, un pasatiempo que alguna vez había experimentado.
Así fue cómo inició algunos proyectos de pintura en artículos de MDF. “Empecé pintando casitas y cosas para niños; luego llegaron las figuras de yeso. Cuando empezaron las aperturas, un amigo me recomendó poner un puesto en la plaza Marcos Burgos, de Las Heras, y me fue muy bien”, recuerda.
Este perfil artístico no fue el único al que echó mano Mónica durante los meses de aislamiento, pero sí fue el que eligió para mantener en el tiempo. Es que, en un principio también se dedicó a cocinar tortas y postres que repartía a domicilio. “La comida era lo que, en principio, más salida tenía, pero cuando empecé a pintar fue como que me superó. Más allá de que la comida se vende bastante, había una demanda muy grande de personas que quería redecorar sus casas. Eso me llevó a dedicarle más tiempo y terminé optando por la pintura porque, desde lo emocional, me ayudaba mucho más”, comentó.
Ya inserta nuevamente en sus empleos habituales, que ahora comparte con este emprendimiento, Mónica explica que no quiso abandonarlo debido a la satisfacción personal que le brinda, además de haberse convertido en un ingreso de dinero con el que le hace frente a la crisis, por este motivo asegura: “A pesar de haber regresado a mis trabajos, la situación económica de hoy te empuja a buscar otra salida”.