La tendencia que perjudica a millones de afiliados y prestadores de prepagas

La crisis económica actual y los altos niveles de inflación existentes impactaron de manera directa en la adquisición de diversas prestaciones médicas. Tanto afiliados a empresas de medicina prepaga y obras sociales como prestadores sufrieron las consecuencias de un sistema que poco a poco se torna expulsivo. 

El cimbronazo económico generado por la pandemia sumado a los altos niveles de inflación que registra Argentina, derivó en numerosos problemas que impactaron de forma directa en el acceso a la salud que hoy se ve condicionado por la realidad socioeconómica de los pacientes.

Los valores de las cuotas, la falta de coberturas y la reducción de las cartillas médicas de obras sociales y empresas de medicina prepaga son algunos de los factores que atentan contra el sistema de salud privado. La situación se complejiza para todas las partes involucradas: prestadores, afiliados, administradores de las empresas y el mismísimo Estado que debe garantizar el acceso a la salud.

Desde las obras sociales y empresas de medicina prepaga expresan que, desde hace tiempo y a pesar de los aumentos constantes, los ingresos que perciben a través de la cuotas de los afiliados son insuficientes para hacer frente a las obligaciones que deben cumplir todos los meses. Por otro lado, los pacientes reciben prestaciones más acotadas debido a los coseguros vigentes y la reducción de las cartillas médicas que afectan de manera directa la relación médico paciente.

Reducción de cartillas 

Los aranceles que reciben los prestadores de servicios de diagnóstico médico aumentan 4 puntos porcentuales por debajo de las cuotas que cobran las empresas de medicina prepaga y quedan 15 puntos porcentuales detrás de la inflación. Debido a esa problemática, muchos prestadores deciden cobrar coseguros o abandonar las cartillas médicas y pasar a cobrar las consultas y prácticas por fuera de la cobertura que ofrecen las obras sociales y prepagas.

La compleja situación se observa desde meses, se profundizó luego de la pandemia y mantiene una tendencia impacta en cada una de las partes del sistema sanitario. Los aumentos en los aranceles que recibieron los prestadores de servicios de diagnóstico médico durante el primer cuatrimestre alcanzaron el 24,5%. Mientras tanto, las alzas en las cuotas de las empresas de medicina prepaga fueron del 27,5%, y la inflación llegó al 32%. 

“Los aranceles están permanentemente por debajo del ritmo del crecimiento de las otras variables, lo que redunda en una situación crítica por parte de los prestadores de servicios de diagnóstico médico y laboratorios de análisis clínicos”, indicó Guillermo Gómez Galizia, presidente de Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME).

Los prestadores se ven perjudicados pero también los afiliados ya que, la reducción de las cartillas médicas producto de la falta de rentabilidad, impacta de manera directa en la relación médico paciente. Muchos argentinos tuvieron que modificar los seguimientos de sus tratamientos médicos buscando otros profesionales que estuvieran adheridos a las obras sociales y prepagas. 

Las proyecciones realizadas por la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME) sobre los incrementos para este mes indican que llegarán a 36,3% en el caso de los aranceles que reciben los laboratorios y centros de imágenes; a 40,9% en el de los aumentos de las cuotas de las empresas de medicina prepaga, y a 51,6% en el de la inflación.

“Es esperable que esta situación sea aún peor, dado que las variaciones fueron calculadas a partir de la obligatoriedad del traslado del 90% del aumento de cuotas de las empresas de medicina prepaga, lo cual no siempre ocurre”, continúa el vocero de CADIME y agrega: “El sostenimiento de este diferencial progresivamente creciente, en términos generales, entre inflación, aranceles y costos afecta negativamente el financiamiento y la rentabilidad de las pymes de la salud”.