Opinión

Vinicius somos todos

Qué lamentable que tengamos qué estar nuevamente pasando por situaciones como éstas. ¿No estaba ya superado el racismo? ¿No había quedado atrás? Lucrecia Sáenz reflexiona en MDZ y nos deja su opinión.

Lucrecia Sáenz de Santa María miércoles, 24 de mayo de 2023 · 16:27 hs
Vinicius somos todos
Vinicius Jr. Foto: Foto: Youtube

Hoy me encuentro nuevamente convocada a escribir sobre una temática muy recurrente en nuestros días. Una temática que no deja de ser tapa de diarios. Me sorprende ver cómo en lugar de estar mejor, algunas veces me da la impresión de que estamos retrocediendo. Seguimos reflexionando, hacemos talleres, escuchamos a muchísimos expertos, pero pareciera qué no hacemos mella en lo qué sucede realmente. No nos hacemos responsables y ahí comienza el problema mayor. La responsabilidad la ponemos afuera, jamás en nosotros mismos. Nos cuesta darnos cuenta qué también estamos contribuyendo a que esto no se detenga.

El día qué aprendamos qué el cambio lo hacemos entre todos, que cada uno debe aportar su granito de arena, lograremos mejorar muchas cuestiones. "Es demasiado grave. Insultan todo el tiempo a Vinicius y luego le sacan roja. Estoy muy triste. Es una Liga con grandes equipos, pero esto tenemos que quitarlo. Estamos en el 2023. La única manera es parar el partido. Es verdad que hay un protocolo, pero hay que irse a casa",

El entrenador italiano entró en detalles y salió a defender a su dirigido luego del duro momento que atravesó en el estadio Mestalla. "He hablado con él durante el partido porque el ambiente era muy caliente y muy malo. Le he preguntado si quería seguir. No quería quitarlo porque el ambiente es racista. Nunca me ha pasado. Así no. Es inaceptable La Liga española tiene un problema que no es Vinicius. Él es la víctima. ¿Que hay que hacer? No se puede jugar al fútbol así.

Carlo Ancelotti salió a defender a su dirigido.

Diría lo mismo si hubiéramos ganado". No se pudieron a pensar en por qué tiene qué aclarar: “Diría lo mismo si hubiésemos
ganado”. Pareciera qué se está justificando. Tiene qué aclarar qué no defiende una injusticia por el solo hecho de serlo. Me quedo pensando en esta frase, me resuena en la cabeza, hasta este punto hemos llegado. Un hecho qué debería ser reprendido al momento debe trascender para qué se los escuche. Tiene qué justificarse para poder defenderlo.

Esta vergonzosa situación vivida en el fútbol mundial en los últimos días demuestra cómo estamos ante el racismo, el bullying y el acoso. En el instante que se dio la situación no se hizo nada y luego, al ver las consecuencia, al ver cómo repercutió en los medios y en la sociedad, ante las denuncias y la exposición del hecho se toman cartas en el asunto. Me pregunto, ¿Se le habría dado tanta importancia de no haber sido mediático?.

Todo esto solo nos demuestra cómo estamos hoy en día, cómo pareciera qué avanzamos pero por el contrario seguimos cayendo en los mismos errores, las mismas injusticias y la misma discriminación. Entiendo que no todos estamos en la misma sintonía, hay gente más y menos involucrada en defender los derechos humanos, en trabajar en contra del bullying, el racismo y el acoso,
pero en líneas generales, nos olvidamos de trabajar en lo cotidiano, en el día a día. Porque para lograr qué un señor no se pare en frente de una cancha y le grite “ Mono” y tantas cosas más, antes deberíamos trabajar en cuestiones menores.

¿Se le habría dado tanta importancia de no haber sido mediático?

Lo qué sucede todos los días, en un bar, en la fila del subte, en el banco, en tantos lugares en donde escuchamos expresiones como esta: “Esa gorda no pasa por ahí”, “negro tenia qué ser, pero digo negro de alma” (aún no entiendo a qué se refieren), “eso le pasa por ser tan petiso”... y podría seguir con muchísimos ejemplos más. Situaciones como estas se dan a menudo entre nosotros. Tal vez no les damos importancia o pareciera que no nos afectan, pero son pequeños granos que vamos aportando para que
todo esto siga creciendo.

Nos quejamos del bullying, pero…¿nos ponemos a pensar si no lo hacemos?. ¿Qué nos pasa cuando alguien piensa distinto de nosotros? ¿Qué nos pasa cuando no tienen nuestras mismas creencias? ¿Qué nos pasa antes la diferencia? En lo personal me ha tocado vivir situaciones en las cuales me sentí juzgada, mirada, señalada con el dedo. Malas decisiones, errores, momentos de la propia vida. Me costó y me cuesta mucho asumir dichas equivocaciones, pero no tanto por mi, sino por temor a la mirada de los demás, por sentirme menos qué ellos, por sentir qué van a pensar mal de mi. Los demás siempre juzgan, miran, nos señalan y eso nos pesa en el día a día.

Como mujer, como madre y como profesional he aprendido qué no debemos estar tan pendientes de los demás. Vivimos en una sociedad que goza del error ajeno, qué se regocija, pareciera por momentos, viendo sufrir a otros. Nos reímos cuando alguien se cae, cuando algo no le sale, cuando es distinto. ¿Será qué lo diferente nos asusta? ¿Será qué nos expone con nuestra propia debilidad?. ¿Qué nos está pasando?. Vinicius somos todos, pero también sus agresores lo somos. Todos hemos sido y somos
víctimas, y todos fuimos y somos agresores. Si nos detenemos en distintos momentos de nuestras vidas podemos ver como hemos estado en ambos lugares. Y aún habiendo estado como víctimas nos cuesta salir del lugar del agresor.

Vinicius somos todos, pero también sus agresores lo somos.

En el caso qué nos compete podemos distinguir muy bien al agresor, las víctimas y los espectadores. Vinicius claramente es la víctima, se lo agrede reiteradamente. Los agresores quedan más que demostrados quienes son, pero… ¿y los espectadores?
¿Somos capaces de detectarlos?. Los espectadores somos todos, desde los qué estaban en la cancha, sus compañeros de equipo, hasta nosotros mismos. Somos espectadores que aún seguimos con los brazos cruzados y sin poder o querer, en el peor de los casos, hacer nada. Nos cuesta involucrarnos, nos da miedo.

Ante este acontecimiento no puedo más qué cuestionarme: ¿Y luego nos preguntamos por que los niños hacen bullying en la escuela? ¿Seguimos pensando qué los responsables son los más pequeños? ¿Seguimos pensando que solo hay que trabajar con ellos?. Situaciones como las vividas en el fútbol son las qué se dan a diario en las escuelas, lo qué viven nuestros hijos. Uno es cargado, burlado, por su condición física, por su manera de aprender; por lo general niños qué les cuesta defenderse y con una autoestima dañada. La víctima soporta, soporta, hasta qué un día explota, y ahí se lo acusa y se lo señala con el dedo. Casos extremos ya hemos visto por demás, aquellos jóvenes qué entran armados y tiran contra todos. Matar es su única salida.

Las agresiones pueden ser tanto físicas como verbales. Ambas son terriblemente ofensivas y terriblemente graves para los implicados. No dejemos de darle importancia a las expresiones verbales. Estamos acostumbrados a enseñarles a nuestros hijos que la violencia verbal está bien, que se pueden defender de la misma manera, que cargar no es malo y que reírse de otro menos. Nosotros mismos lo hacemos.

Cómo sociedad no podemos estar ajenos a todo lo qué está sucediendo. Este, como otros tantos hechos que se dan hoy en día, nos muestran cómo todo empieza con nosotros, los adultos. Somos los responsables, somos el ejemplo, las guías y andamiaje en el aprendizaje de los más pequeños. Hasta que no trabajemos con nosotros mismos no lograremos un cambio.

Lucrecia Sáenz

* Lucrecia Sáenz de Santa María. Psicopedagoga y especialista en Crianza
@mejumaro.crianza.
mlsantamaria@gmail.com

 

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