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Separados a los 60: una nueva tendencia que marca un cambio de paradigma

Muchas parejas se reencuentran pero se desconocen ya que durante años pasaron a un segundo plano debido a la crianza de los hijos. La jubilación se torna como un detonante de las crisis de pareja y cada vez más mujeres emprenden un camino solas.
Lo que pareciera ser producto de la casualidad se torna como un efecto propio de movimientos internos que se dan en hombres y mujeres que pasaron los 60 años. Foto: shutterstock.com
Lo que pareciera ser producto de la casualidad se torna como un efecto propio de movimientos internos que se dan en hombres y mujeres que pasaron los 60 años. Foto: shutterstock.com

Las situaciones de la vida cotidiana suelen provocar un desgaste en las parejas que llevan muchos años de convivencia. A pesar de que el conocimiento mutuo es grande, no faltan los desacuerdos sobre determinadas situaciones que se transformaron en hábitos que impactan de manera directa en la posibilidad de empatizar y lograr la armonía con el otro.

La esperanza de vida es mayor y muchos hombres y mujeres de 60, hoy están posicionados de otra manera, tanto por su profesión como por su independencia económica. En el caso de las mujeres, el cambio se percibe desde hace un tiempo, con más tiempo disponible, ya que la crianza de los hijos es parte del pasado, comienzan a pensar en sí mismas, en sus deseos y los proyectos que no son siempre compartidos.

La concepción de las generaciones más jóvenes respecto a la autonomía, independencia y formas de vincularse con un otro se transformaron en un horizonte para muchas mujeres mayores de 50 años que hoy se replantean la vida en pareja de la forma que la concibieron en su juventud. 

"Después de los 60, las personas se encuentran con que todavía tienen muchos años por delante. Se mantienen activos, lúcidos y físicamente se sienten perfectos como para poder seguir pero cuando miran para los costados se encuentran con una pareja  con la que no quieren estar y surgen las preguntas sobre lo que han hecho con sus vidas, desafíos, situaciones que no quieren y el interrogante sobre qué van a hacer después de la jubilación", explicó la psicóloga y sexóloga, Mariana Kersz.

La partida de los hijos e hijas es un momento clave que puede ser determinante para las parejas que se reencuentran después de años de crianza compartida donde la pareja durante un tiempo pasó a un segundo plano, sin embargo, hay factores que pueden ayudar o, por el contrario, decretar el fin de la relación.

"Parejas que antes tenían sus conflictos pero estaban tapados por los horarios laborales o por otras ocupaciones, como criar hijos chicos, se encuentran con una persona que prácticamente no conocen y surgen muchísimas dificultades en las relaciones que no fueron bien construidas a lo largo del tiempo", destacó la profesional y agregó: "Todas las parejas atraviesan por crisis, la pareja perfecta no existe, eso es parte natural de la misma evolución de los vínculos, eso no tiene que ser una dificultad. Hay muchas situaciones que influyen en la pareja, una puede ser el nido vacío y otra la jubilación".

En primera persona

"Hace un tiempo comencé a platearme la posibilidad de separarme. Me resultaba difícil imaginar una vida diferente a la que conocía desde hace más de 35 años pero entendí que la necesidad de un cambio era mayor que la inercia en la que estaba. No tenía que ver con el cariño hacia quien era mi pareja sino con las limitaciones que me generaba estar a su lado", expresó Cristina (68 años).

"Es inevitable sentir temor a muchas cosas que tengo que enfrentar ahora que están pasando y son difíciles, pero más miedo tengo de no poder disfrutar en plenitud la vida que me queda"

Graciela se separó hace poco más de un año luego de 40 años de casada, una familia numerosa y decenas de proyectos realizados. "Estoy disfrutando de mi soledad. Tengo más miedo a la amargura que a la soledad. Es inevitable sentir temor a muchas cosas que tengo que enfrentar ahora que están pasando y son difíciles, pero más miedo tengo de no poder disfrutar en plenitud la vida que me queda", dijo.

Al ser consultadas por los motivos de la separación, ambas coincidieron en que, desde hace años, vivían una situación de insatisfacción y desencuentros permanentes. Relegar las elecciones personales de manera constante y una disponibilidad exclusiva hacia la familia, fueron algunas variables que pusieron en consideración a la hora de pensar la posibilidad de separarse.

"Cuando me casé era mi deseo profundo satisfacer a ese hombre que yo quería sin cuestionamientos, siempre estar disponible para todo y para todos, me sentía muy frustrada incluso en cosas cotidianas pero con el tiempo empecé a ver las cosas de manera diferente a partir del encuentro con otras mujeres que atravesaban la misma situación. La mirada sobre la mujer que tenía nuestra generación era sobre la eficiencia, el poder con todo, la sumisión...Hasta que un día pude darme cuenta del malestar y me pregunté ¿cuánto me queda de vida y cómo quiero pasar ese tiempo?", contó Cristina y agregó: "Me tomó mucho tiempo poder decirle que el matrimonio no era lo que quería para mi futuro porque tenía la idea de que él iba a tener conmigo una actitud despectiva y yo no toleraba, no soportaba la idea de ser despreciada por él. Pasaron meses en los que estuve inmersa en mi propia cobardía y sufrimiento hasta que tuve la fuerza para tomar la decisión ".

La situación económica muchas veces es determinante a la hora de tomar la decisión de separarse. "Muchos matrimonios se caerían mucho antes si no hubiera proyectos pero como en esta sociedad hay que estar tanto tiempo esperando para tener una casa, trabajando para tener tu auto...son muchos años de esfuerzo y trabajo que no dejan lugar para el pensamiento de estoy bien o podría estar mejor, podría ser de de otro modo...", manifestó Olga (70), quien se separó hace tres años de su pareja de toda la vida.

"No sé cómo se dará en el resto mujeres pero hasta acá en mis años de vida, conozco tres mujeres que dicen estar muy satisfechas con su marido, sólo tres y mirá que conozco cientos. En las reuniones o juntadas prevalece la crítica e insatisfacción con sus parejas", agregó.