Rincón literario

Abril, una invitación a la nostalgia, al poema y al llanto casual

El inicio del otoño en Mendoza, las hojas de los álamos mutando del verde al rojo y después al amarillo. Noches más largas y un dejo de nostalgia que atraviesa los días.

Pablo Gómez domingo, 2 de abril de 2023 · 11:10 hs
Abril, una invitación a la nostalgia, al poema y al llanto casual
Las hojas de los álamos se tiñen de amarillo Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

El otoño se afirma en Mendoza y en todo el hemisferio sur; aunque acá, al parecer, no sería lo mismo. En el barrio, el sol se esconde más seguido que de costumbre entre algunas nubes que, por escasas, no dejan de ser a veces contundentes. Las horas diarias de luz natural son cada vez menos, y por consiguiente las noches se vuelven más largas, para poder en conjunto seguir cubriendo las veinticuatro horas que el reloj nos ordena completar antes de que un nuevo ciclo se inicie. El néctar extraído de las vides ya cumple en las bodegas sus primeros pasos para convertirse en un exquisito vino, y las hojas de los álamos van mutando del verde al rojo y después al amarillo, a la espera de alguna ventisca que las arranque de esas ramas ya agotadas de mecerse, desde aquella ya lejanísima primavera que las colmó de flores.

El pescado sube de precio, al parecer a la espera de Semana Santa, luego de la cual todo indicaría que debe volver a su valor histórico, aunque la verdad, por estos lares nunca se sabe. De todos modos, atendiendo a que el mar no se ha dignado en bañar nuestras tierras con sus aguas colmadas de peces, como regla general somos más de preferir alimentos de tierra firme; así es que, si la inflación hace de las suyas con la merluza, la abandonamos hasta el año que viene, y listo. Por su parte, y estos sí jugando de locales, los duraznos abrileños (también llamados cuaresmillos, dependiendo de la religiosidad de quien los nombre) se ofrecen en todo su esplendor para ser envasados en almibarados frascos, a la espera de algún evento familiar que amerite postre especial…

Abril se posiciona sobre nuestras vidas con su tristeza y su invitación a la nostalgia, al poema y al llanto casual, si es que fuera necesario. Las canciones que nos llegan desde el norte del planeta llaman al mes de las tristezas “octubre” porque, bueno, por allá son de tener el otoño en el momento equivocado del año. No hay nada que quienes habitamos al sur del Ecuador podamos hacer para subsanar ese inconveniente; ya bastante tienen con ser del primer mundo, pobres.

El primer trimestre ya se nos fue, una vez más, como tantas veces en la vida. Lo importante, al parecer, sería que esta vez no sea la última; lo demás, todo es negociable. Por otro lado, ya va siendo hora de sacar del armario las frazadas, y dejar más a mano las camperas; no siempre las vamos a necesitar, aunque sí es importante que vayan tomando su lugar de relevancia en áreas de fácil acceso por las dudas, que más vale que te sobre el abrigo y no que te falte. En relación a paraguas e impermeables, la cosa es muy distinta: somos personas que habitamos en el desierto mendocino, o sea, no tenemos de esas cosas; salvo quizá los adquiridos de urgencia en algún viaje a Buenos Aires, o los que han sido heredados de la abuela, que Dios la tenga en su santa gloria.

En definitiva, y pretendiendo sintetizar en algunas pocas palabras todo lo antes relatado, el pronóstico para este mes que recién comenzamos a transitar, bien podría ser el siguiente: parcialmente nublado, con leve descenso de temperatura, veredas crocantes de hojas esparcidas sin descaro, tristezas en aumento con probabilidades de lágrimas fáciles. Sueldo con chances de llegar hasta más cerca de fin de mes (atento a que el antes nombrado sólo tiene 30 días). Fin de semana largo avanzando desde precordillera, con pocas perspectivas de música sacra en la radio que siempre sintonizamos; excusa perfecta para cambiar el carísimo asado del viernes próximo con las amistades de siempre, por sacrosantos (y quizá algo más económicos) tallarines con tuco. Probabilidades de siesta: en aumento.

Archivado en