Son inestables, estos signos no saben controlar sus emociones

El horóscopo nos ayuda a conocer a las personas ya que suele haber características importantes que son propias de cada signo. Aunque muchos elementos de la personalidad puedan estar determinados por la familia, el entorno, los amigos, la infancia o vivencias personales, el signo también rige fuertemente esta característica.
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Hay personas que parecen una roca: son muy estables emocionalmente y, a simple vista, que nada los perturba. Pero también existe su contraparte: personas muy inestables emocionalmente. Ya que no todo el mundo sabe manejar y expresar adecuadamente sus emociones, ni controlar los estados de ánimo, por lo que, para algunas personas conseguir un estado de equilibrio es una tarea imposible. Estos son los tres signos más inestables del zodíaco.
Escorpio: Los escorpio son los más pasionales de todo el zodíaco. Esto hace que sean muy dedicados para las cosas que los afectan, tanto de manera positiva como, en este caso, de manera negativa. Es el típico caso en el que una gran virtud puede transformarse en un arma de doble filo. Las personas de este signo se entregan totalmente al otro, al trabajo, o a cualquier cosa que lo apasione realmente. Lo malo es que si algo sale mal se derrumben como una torre de naipes. Muchas veces no pueden controlar lo que siente y terminan entregándose de más cuando no es conveniente hacerlo, por lo que otros podrían aprovecharse de ellos.
Piscis: Las personas de este signo tienen una estabilidad que depende mucho de los demás. Pueden contagiarse fácilmente de las personas que están a su alrededor. Esto hace que tengan cambios repentinos dependiendo del momento que esté atravesando la otra persona. Su empatía es una característica muy positiva pero a veces les puede jugar en contra, ya que, a pesar de ser muy receptivos, les afecta mucho cuando un ser querido está pasando un mal momento anímico.
Sagitario: Quienes nacieron bajo este signo suelen ser muy entusiastas, se emocionan muy fácilmente ante situaciones diferentes. Esto podría ser una cualidad excelente si no fuera porque se desaniman tan rápido como se entusiasman. Si ven algo que no les gusta o un tema los desalienta, se vienen abajo muy rápido y sin mediar acción. Su valor es al mismo tiempo su defecto: con la misma rapidez con la que se interesan por algo, se desencantan sin ninguna explicación. Por eso, lo que un día los atrae al siguiente puede ser motivo de aburrimiento o abulia.