El futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones

Como cada año, se celebra el 23 de marzo en más de 180 países, porque un 23 de marzo de 1950 se creó la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Es una fecha relevante porque destaca la importancia que tiene la atmósfera en el delicado equilibrio medioambiental que rige la vida de nuestro planeta. Es una fecha que nos invita a tomar conciencia de aquél delicado equilibrio, y del papel que tenemos nosotros frente a la realidad actual que vive nuestro planeta: la contaminación y el cambio climático.

Cada año el Día Meteorológico Mundial viene con un lema centrándose en un tema de interés para la humanidad; el de 2023 es: “El futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones”. Este lema pone el énfasis en los avances logrados desde el siglo XIX, pasando por las actuales tecnologías y los futuros avances, los cuales son claves para los pronósticos meteorológicos y los sistemas de alerta temprana.

Pero ¿qué se entiende por meteorología? La meteorología es la rama de la ciencia que estudia todos los fenómenos y procesos que ocurren en la atmósfera, la delgada capa de gases que recubre nuestro planeta. Pero, al estudiar la meteorología, es fundamental tener en cuenta otras ramas de la ciencia como la oceanografía, la hidrología y otras ya que la atmósfera es parte de un gran sistema -el sistema climático- en el que todo interactúa constantemente entre sí.

La meteorología y el cambio climático

Hoy por hoy, casi todo el mundo conoce o sabe que nuestro planeta viene calentándose desde la revolución industrial. De hecho, su temperatura media subió 1.1°C en los últimos 120 años, con una notable aceleración de dicho aumento desde la década del ’80. Pero no todo el mundo sabe lo que hay detrás del cambio climático, como el aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos. Los eventos climáticos extremos pueden ser peligrosos y generar un gran riesgo en zonas de vulnerabilidad; pueden ser muy variados: desde una intensa ola de calor, como la que Argentina vivió recientemente, a una inundación o intensa sequía.

Los eventos climáticos extremos siempre existieron, es decir, son naturales, pero sabemos que un planeta más caliente los vuelve más intensos y más frecuentes. Además, no podemos dejar de tener en cuenta que en la medida que un territorio no se encuentre adaptado al cambio climático, un evento climático extremo puede tener graves consecuencias sobre dicho territorio, acentuando el riesgo existente.

Si bien la temperatura mundial ha aumentado 1.1°C en los últimos 120 años, este aumento es dispar, es decir, no es igual en todas las regiones de nuestro planeta. Por ejemplo, la región que registró el mayor aumento de temperatura media del hemisferio sur en las últimas décadas es la Península Antártica, justamente la porción del continente blanco que reclama la Argentina según el Tratado Antártico firmado en 1959. El aumento de la temperatura media en dicha región se ubica por encima de los 2.5°C en tan sólo 60 años.

Es un aumento muy pronunciado. Un cambio que prácticamente se puede ver a simple vista. Lo dicen los que saben, los que han estado allí. Es notable cómo el hielo está retrocediendo rápidamente en una de las regiones más mágicas que tiene nuestro planeta, caracterizada por una flora y fauna muy particular. Una de las pocas regiones en el mundo en donde se puede llegar a experimentar el silencio absoluto o la oscuridad total, uno de los pocos lugares en el mundo en donde se puede aprender de verdad el significado de un verdadero compañerismo o una perdurable fraternidad.

* Alpio Costa, Meteorólogo, especialista en cambio climático y estudioso de la Antártida.