Crónica

Misterio, negocios y muertes detrás de la comunidad coreana que vive recluida en Mendoza

Los vecinos de Nueva California, en San Martín, no pueden salir del asombro generado por el femicidio de Yoo Kyunga. Cientos de historias se desprenden de la comunidad surcoreana que allí reside. Accidentes, muertes y litigios con puesteros de la zona.

Juan Ignacio Blanco
Juan Ignacio Blanco martes, 21 de febrero de 2023 · 13:00 hs
Misterio, negocios y muertes detrás de la comunidad coreana que vive recluida en Mendoza
El Club Nueva California es un de los pocos lugares que tiene los vecinos para socializar. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

El pueblo de Nueva California se vio sacudido: sus no más de tres mil habitantes, desperdigados en su geografía rural, no pueden salir del asombro por el asesinato de la mujer surcoreana de 49 años Yoo Kyunga, víctima del femicidio ejecutado por su pareja, Seong Jim Kim (64). El asesino intentó descartar el cuerpo de la víctima enterrándolo en la zona de la alameda del campo perteneciente a la firma Nuevo Cosmos S.A. en el distrito sanmartiniano fundado en 1919. Ese hecho puso de relieve otros misterios.

Luego de varios días, Seong Jim Kim confesó el crimen (quedó registrado por el circuito cerrado de cámaras y arrojó que fue el viernes en la siesta), no sin antes intentar quitarse la vida consumiendo un poderoso herbicida, razón por la cual tuvo que ser trasladado, en horas de la madrugada del lunes 13 de febrero, al hospital Perrupato del departamento de San Martín. El hombre coreano, que mantenía un vínculo con la víctima, confesó dentro de la comunidad el femicidio y desde ese momento se puso bajo la lupa a la comunidad surcoreana que ocupa el campo de 80.000 hectáreas que posee la firma en el Este provincial.

Intentar armar el camino que realizaron los surcoreanos hasta Mendoza es una tarea casi imposible ya que hubo varios intentos de acercamientos hacia la comunidad y en cada uno de ellos la negativa fue rotunda. En este momento no son más de 15 los que viven en el lugar, entre hombres y mujeres (no hay niños), pero en época de temporada de producción, llegan contingentes de varios compatriotas para trabajar las tierras destinadas a los frutos secos como nueces, almendras, avellanas, castañas, entre otras.

El acceso al campo de los surcoreanos está fuertemente vigilado por cámaras de seguridad. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Los vecinos del paraje sanmartiniano no salen del asombro por lo que sucedió, aunque todos consideran que poco se sabe de ellos y que el casi nulo contacto se da cuando los surcoreanos salen a comprar. "Antes, hace unos cuatro años, solían venir un poco más a comprar y a tomar algo al negocio", dice la dueña de un pequeño almacén de Nueva California. Y agrega: "Pero después del accidente de la chica del tractor dejaron de verse y sólo venían los que por ahí lograban escaparse para comprar algo".

La dueña del almacén hace referencia a un hecho puntual: la muerte de Lee Eunnsuk de 67 años, quien mientras trabajaba, según la pesquisa de aquel momento, cayó de un tractor y perdió la vida tras ser aplastada por el mismo. Seis años pasaron de ese hecho y son seis los años en los que la comunidad surcoreana, asentada en Nueva California desde hace poco más de una década, es un rompecabezas difícil de descifrar.

En la zona hay pocos almacenes, lugares donde generalmente se abastecen los surcoreanos. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

"Son gente muy educada", explica otro vecino sin salir del asombro provocado por el femicidio Yoo Kyunga. Y agrega: "Antes la empresa era Nuevo Cosmos y ahora, tengo entendido, es Los Nogales porque se declararon en quiebra. Antes eran muchos más los que vivían en el lugar. Solían venir colectivos de dos pisos, de a tres o cuatro por vuelta, con mucha gente. Se hacían fiestas. Muchos venían directamente desde Corea del Sur y eran profesionales: ingenieros, ingenieros agrónomos, maquinistas. La mujer que falleció en el tractor era conocida, ella se encargaba de manejar máquinas".

"Todos los movimientos se daban en la noche", suma el vecino del campo de los surcoreanos. "Luego del asesinato de la mujer hay mucho menos movimiento y eso de que no hablan castellano no es tan así, hay algunos que hablan muy bien y se daban con la comunidad, pero viste como es, después de lo que pasó se cerraron", se sincera.

Dentro del extenso campo hay poco movimiento. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Nueva California, tras el femicidio quedó en boca de todos, no solo de la sociedad mendocina, sino también a nivel mundial. Por eso, el hombre que se dedica a las labores en el campo, explica que "hemos salido en los diarios dos veces, una con el Dakar y ahora por un hecho lamentable".

Otra comerciante de la zona explica que más allá de ser una comunidad cerrada, cada vez que van a comprar "exigen que les demos el comprobante de la compra (ticket o factura), en eso son muy prolijos evidentemente". 

"Antes salían mucho más, ahora los que salen es porque se escapan por otro lado y no por el acceso principal del campo", declara otro vecino, dejando en claro lo que se ve en el acceso de la propiedad ubicada en Sullivan y Onetto: casilla de seguridad y varias cámaras de vigilancia que custodian fuertemente el portón principal del campo donde se cultivan y cosechan frutos secos.

Otro dato que da un vecino de la zona es que ese campo perteneció a la familia López, la cual en su momento era dueña de la firma propietaria de supermercados Metro. Tras varios años de posesión, el extenso predio, que fue en principio de la firma Platinum, la cual aprovechó las frondosas alamedas para talar todos los árboles y confeccionar muebles que luego salieron al mercado, fue vendido a la trasnacional surcoreana.

El extenso campo cuenta con un gran galpón. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Otras voces están molestas con la presencia de la comunidad surcoreana en Nueva California, paraje que fue nombrado así porque lo consideraron como una tierra fértil y próspera. "Ellos a nosotros no nos favorecen como pueblo. Cuando ese campo era de Platinum, en la década del ´80, era otra cosa porque generaban trabajo para nosotros", expresa una mujer dentro de uno de los pocos almacenes que hay en la zona. Y agrega, de manera tajante, que "seguro que hay algo raro en ese lugar. Nadie sabe lo que hacen. Para mí hay un negociado muy grande ahí adentro". "Son como trabajadores golondrinas, pero sin libertades. Dicen que no los dejan salir y los pocos que lo hacen es porque se escapan del campo", agrega otra persona del lugar.

El movimiento en Nueva California es poco. Los vecinos aprovechan para hacer las compras en la mañana. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Hace poco más de 10 años, Nuevo Cosmos S.A., con fecha de inicio de actividades en Mendoza desde mayo de 2010, se hizo del campo y comenzó con los trabajos para el cultivo, principalmente de almendras. Aunque el 28 de noviembre de 2011 quedaron, por primera vez, en el ojo de la tormenta: la compra se realizó con 20 familias poseedoras adentro del campo, las cuales se dedicaban a la cría de cabras, caballos y vacas.

Además, en octubre de ese año, las familias puesteras realizaron denuncias en Recursos Naturales de la provincia por el desmonte que la empresa surcoreana realizaba en el lugar, lo que aumentó aun más el conflicto de partes y terminó con una tarde de violencia dentro de los terrenos. Algunas crónicas de aquel año detallan que los empleados de Nuevo Cosmos S.A. arremetieron contra las familias con armas de fuego y con una violencia innecesaria para el reclamo que llevaban adelante.

De ese episodio habló puntualmente un vecino, aunque no dio muchos detalles. "Son cerrados porque también la gente quiso aprovecharse de ellos. Hace unos años tuvieron problemas con la gente del fondo del campo, quienes les cortaban los alambrados y les robaban animales y parte de la cosecha. También en algún momento fueron de darles trabajo a la gente de la zona, pero se cansaron de que les roben. La gente es mala y se aprovecha. No saben cuidar las oportunidades", se sincera.

Los vecinos de Nueva California no salen del asombro. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

Un lugar que suelen frecuentar los coreanos es la ferretería del pueblo donde consideran que son buenos clientes. "Tienen todo en regla y son buenos pagadores", comentan los empleados, y agregan que "hay muchos mitos. Han inventado cosas como que se ha matado gente ahí adentro, pero es por el propio conflicto de hace unos años con la gente del campo de atrás quienes empezaron a inventar cosas".

Nueva California no es más que un paraje clásico rural de Mendoza. En verano se vuelve verde y próspero y en invierno crudo y marrón. El "centrito", como suelen decirles los vecinos, gira en torno a la plaza, donde hay algunos negocios, un jardín de infantes y una pequeña parroquia, y sobre la calle Thomas Sullivan, donde se encuentra el destacamento de la Policía Rural, el registro civil, un saloncito de fiestas, el centro de salud, el Club Nueva California y dos escuelas, una primaria y otra secundaria.

Parte de la maquinaria con la que los surcoreanos trabajan la tierra. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

El centro de salud es un lugar al que muchas personas concurren, aunque la doctora de turno declara que "hace cuatro años que trabajo acá y nunca (los de la comunidad surcoreana) han venido a hacerse atender. Ojo, y eso no solo lo digo yo, mis compañeros del turno tarde tampoco los han visto".

Luego de que el femicida Seong Jim Kim decidiera intentar quitarse la vida tomando el potente herbicida, situación que se dio en la madrugada del lunes, fue trasladado directamente al hospital Perrupato, lo cual deja ver que cuando tienen algún problema se dirigen a centros asistenciales más grandes.

Detrás del camión que sufrió el desperfecto en plena calle Thomas Sullivan, se puede observar el destacamento de la Policía Rural. Foto: Juan Ignacio Blanco/MDZ

La comunidad de Nueva California está en shock. Quedar en el ojo de la tormenta por un brutal femicidio es algo que no les ha hecho bien a los vecinos de la zona, más allá de que algunos digan que es "algo que no sorprende porque somo constantemente víctimas de la inseguridad".

 

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