Una leona llamada Tigre: Marguerite Durand y el cementerio de animales
Marguerite Durand Actriz, periodista, política, feminista y propietaria de prensa, fundó el periódico La Fronda en 1897. Gracias a ella que nació la biblioteca feminista especializada de Paris.
“Cuando más conozco a los hombres, más amo a mi perro”, decía Lord Byron, quien le dedicó a su terranova llamado Boatswain uno de los epitafios más sentidos de la literatura, describiéndolo como un “ser que poseyó la belleza sin vanidad, la fuerza sin
insolencia y el valor sin ferocidad”. Pero no vamos a hablar de este noble can, sino de la leona de Marguerite Durand (1864-
1936), la fundadora del primer periódico escrito, pensado y dirigido por mujeres. Además de ser una convencida sufragista, Margarite compartía con el poeta un amor incondicional por los animales.
Además de conducir el diario “La Fronde” (fundado el 9 de diciembre de 1897), Durand fundó, junto al abogado Georges Harmois, el cementerio de perros y gatos en la localidad de Asnières-sur-Seine, una isla cercana a París. Era esta la primera necrópolis para
mascotas, que no solo incluía perros y gatos sino caballos (como Gribouille, que también pertenecía a Marguerite) y su célebre leona, curiosamente, llamada Tigre. Esta celebridad se debía a que Durand solía pasearse por las calles de París con Tigre y además la retrató más de una oportunidad en la portada de “La Fronde”.
Las iniciativas de esta actriz de la Comédie-Française, devenida en periodista después de su divorcio, no fueron exitosas o al menos duraderas. “La Fronde” solo salió por 8 años, aunque fueron tiempos tan intensos y revolucionarios como el movimiento político al que aludía el nombre del periódico (“Fronde” así se llamaron los actos subversivos contra el poder omnímodo del cardenal Richelieu).
Este Cementerio de perros y otros animales domésticos, tal su nombre, está ubicado en la llamada “Isla de las plagas” fue inaugurado en 1899 y entre sus habitantes eternos está el celebérrimo Rin Tin Tin (el primero, porque hubo otros canes con el mismo nombre que cumplieron su rol estelar), Moustache, el leal perro de Napoleón que lo acompaño en más de una batalla, y el monumento a un San Bernardo llamado Barry que salvó a más de 40 personas de morir congeladas en los Alpes (Barry está embalsamado en un museo de Berna, Suiza).
Sin embargo, a pesar de su popularidad, la sociedad creada por Marguerite tuvo, con los años, serios problemas económicos que la obligaron a cerrar sus puertas, aunque la comuna de Asnières adquirió el cementerio que continúa siendo el lugar donde los
parisinos, como Camille Saint-Saëns (quien compuso “El carnaval de los animales”, con su conocida pieza llamada “El Cisne”), Alexandre Dumas (dueño de varios perros tres monos, un gato y varias aves exóticas, incluido un buitre) y Sacha Guitry (su perro Lucien y su gata de angora Toa, aquí yacen), han podido dar descanso eterno a sus mascotas.
Más de 40.000 animales reposan sus restos en Asnières con más de cinco mil monumentos que testimonian el afecto de sus dueños, no solo de perros, gatos, caballos y la leona que da nombre a este artículo, además de un mono, una gacela, una vaca, varios chanchos, corderos, pollos, tortugas, hámsters, ratones y canarios .
A pesar de la enérgica campaña de Margarite para lograr el voto femenino, sus desvelos para equiparar los ingresos de las mujeres con los hombres (cosa que ella cumplía en su periódico) y de haber abierto la primera Oficina de Documentación de la Mujer, donde trabajó hasta su muerte en 1936 (desde entonces, la biblioteca lleva su nombre), el voto femenino no fue concedido a las francesas hasta 1946. “Nada sabemos de la admirable actividad de las mujeres, e incluso las feministas desconocen las tres cuartas partes de lo que han hecho sus antepasadas…” y Marguerite Durand se dedicó a juntar esta experiencia mientras se paseaba con su leona por París.
* Omar López Mato, es médico oftalmólogo e historiador argentino.