El lagarto cordobés que cambia de color y brilla por un motivo muy particular
Una investigación de la UNC descubrió el particular comportamiento de este lagarto que habita en la Pampa de Achala. El hallazgo permitió detectar que el cambio de coloración solo se da en los machos.
Una investigación llevada adelante por un grupo de especialistas del Laboratorio de Biología del Comportamiento del Instituto de Diversidad y Ecología Animal de la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet, descubrió un curioso comportamiento por parte del llamado "lagarto de Achala" (Pristidactylusachalensis).
Se trata de una especie endémica de las Sierras Grandes de Córdoba (el único lugar del mundo en el que habita) y se lo encuentra principalmente en la Pampa de Achala hasta incluso en la cima del cerro Champaquí.
Desde el año 2018, la investigación de un grupo de especialistas buscó determinar cuál era el periodo de reproducción de la especie (octubre a diciembre), su hábitat natural (lugares montañosos de gran altura) o evaluar mordida de los machos durante la época reproductiva, entre otros aspectos.
Fue recabando estos datos que se dieron con un sorprendente hallazgo: los cambios en la coloración del lagarto de Achala macho. Esto se daba luego de contiendas entre miembros de su especie. Según pudo visualizarse, el lagarto “ganador” en el enfrentamiento, se tornaba de un color verde brilloso, mientras que el lagarto “perdedor” viraba a un verde oscuro y opaco.
Sergio Naretto, investigador del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (Idea) y uno de los responsables del descubrimiento, informó a la agencia de divulgación científica de la UNC que el cambio de color estaba involucrado en la comunicación intrasexual, es decir, la comunicación entre machos. "Estas transformaciones son a la vez señales que provocan una mejor resolución del conflicto, porque los contendientes evalúan al oponente a distancia, sin necesidad de interacción física”, explicó.

Además, a modo de anécdota, mencionó que fue un guía de montaña quien comentó al grupo de investigadores "el avistamiento de un lagarto particularmente oscuro, casi negro”. El dato llamó la atención ya que en estudios previos se había descartado el cambio de color de lagartos frente al peligro por depredadores.
Un curioso comportamiento
Fue entonces que se estudió que "el mecanismo de cambio de color" no era utilizado con el fin de camuflarse. "Se simularon ataques o aproximaciones de un depredador (con un halcón embalsamado) pero los reptiles no cambiaron de color. Su principal estrategia fue huir en vez de quedarse quietos”, detalló el biólogo. A partir de aquí, el equipo se detuvo en una nueva hipótesis: la utilidad del cambio de color para la comunicación entre individuos de lagarto de achala.
“Nos preguntamos si era posible un mecanismo de cambio de color rápido y si el mismo se relaciona con los enfrentamientos o interacciones agonísticas entre los machos”, resumió Naretto. Según señaló, entre animales es común evaluar la capacidad de lucha de sus oponentes para limitar el costo de las interacciones.
Fue entonces que se simuló con un experimento consistente en enfrentamientos de machos de similar tamaño, una especie de "torneo", en el que "cada lagarto participaba en tres enfrentamientos". De la primera contienda surgían los ganadores y perdedores; en las contiendas subsiguientes los ganadores peleaban entre sí y los perdedores entre sí para compensar la experiencia de los competidores”, describió el biólogo.
Para Naretto esa información fue clave: “Antes de cada pelea se observaron colores similares entre los oponentes y al final de la contienda, los ganadores aumentaron el brillo de su coloración mientras que los perdedores se oscurecían. En este flujo también se observó un cambio de coloración reversible. Es decir, después de la primera ronda, el color volvía a un tono intermedio para el inicio de la segunda ronda”.
Para el equipo de investigación, especialista en estos reptiles, la importancia del descubrimiento radica en el dinamismo del mensaje. “El tamaño del cuerpo y la cabeza son características que predicen el resultado de las competencias entre machos, pero estas señales son estáticas. Por el contrario, la coloración y algunos comportamientos pueden ser rasgos dinámicos que cambian durante las interacciones, siendo un mecanismo potencial de evaluación de oponentes actuales o futuros”, apuntaron.
Según Naretto, esto permitiría una comunicación entre los oponentes durante la competencia con la finalidad de manifestar la retirada. “Una buena comunicación permite no escalar el enfrentamiento a niveles que provocaría daños y reduce los costos para ambos ejemplares. Así, los machos con mayor habilidad competitiva no deben invertir tiempo y energía en la pelea si entienden la retirada del oponente, y los machos de menor habilidad se benefician de la reducción de costos de lastimaduras o la muerte”, aseguró el especialista. Dichos resultados se publicaron recientemente en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology.
Por último, Naretto agregó una reflexión: “Nos asombramos de la naturaleza y las increíbles estrategias y características de los animales cuando vemos documentales. Con ellos conocemos datos como el cambio de color de los camaleones, el tamaño de los dragones de Komodo o la toxicidad de las cobras, pero desconocemos sobre las especies autóctonas y sus comportamientos. Ampliando nuestro conocimiento sobre las especies nativas, aumenta nuestro compromiso por conservarlas".

Atención: quiénes cobran este jueves el bono que entrega Anses

Tiempo en Buenos Aires: a cuánto llegará la máxima este jueves 13 de febrero

Los tres signos zodiacales más caprichosos según la astrología

Cuáles son las atracciones más populares de Argentina según Google Maps

Desde plazas hasta capacitaciones: cómo conseguir $120 millones para tu barrio

Caluroso e inestable: así estará el tiempo en Mendoza este jueves

Insólito: lo devoró una ballena y luego lo expulsó en el sur de Chile
