Confirmada como ministra de Seguridad, Patricia Bullrich se unió al pedido de padres por un nuevo régimen penal juvenil

Poco después de ser confirmada como la próxima ministra de Seguridad en el gabinete del presidente electo Javier Milei, Patricia Bullrich compartió una foto con los padres de Joaquín Sperani, el chico de 14 años que fue brutalmente asesinado a fines de junio en la localidad cordobesa de Laboulaye por su compañero de escuela de la misma edad.

En el posteo que realizó en la red social X la excandidata a presidente por Juntos por el Cambio se unió al pedido de Mariela Flores y Martín Sperani de impulsar un proyecto de bajar la edad de imputabilidad en los menores.

"Recibí a los papás de Joaquín Sperani, adolescente de 14 años que fue brutalmente asesinado por otro de su misma edad en Laboulaye, Córdoba. Es claro, y siempre lo sostuve, que un menor de 16 años sabe si lo que hizo está bien o está mal. A ellos, como a tantas otras familias víctimas de un sistema injusto, los acompaño en su reclamo por una verdadera justicia y en el pedido de un nuevo régimen penal juvenil, que les ponga un freno definitivo a los delincuentes en el inicio de su carrera delictiva", posteó la futura ministra.

Emotivo posteo

Días atrás, junto a otros padres que perdieron a sus hijos o fueron seriamente lesionados por parte de otros menores de 16 años,  los padres de Joaquín Sperani elevaron una carta a las autoridades de la provincia de Córdoba para pedir bajar la imputabilidad de los menores de edad. 

Mariela Flores, mamá del adolescente asesinado, comentó en la ocasión que tras ser sido puesto en libertad el menor que se confesó autor del crimen de Joaquín, el juez solicitó a su familia mudarlo de localidad y colocó una orden de restricción para no acercarse a la familia Sperani. Aún así, Mariela insiste que no hay garantías que el asesino de su hijo vuelva a cometer un crimen similar. 

Cabe recordar que Joaquín Sperani salió de su casa el 29 de junio pasado para ir a la escuela Ipem N°278 "Malvinas Argentinas" de Laboulaye, dejó la mochila y su bicicleta estacionada frente al establecimiento, pero no concurrió a esa clase.

Fue interceptado por L. (el menor que se confesó su asesino) y juntos fueron hacia una vivienda abandonada a la vuelta de la escuela. Las cámaras de seguridad lo captaron unos 40 minutos después regresando a la escuela solo. 

Tras 48 horas desaparecidos, su prima encontró a Joaquín sin vida en aquella casa y luego de ser citado por el juez de menores Sebastián Moro, confesó haber matado a Joaquín. La autopsia que se hizo en la ciudad de Río Cuarto reveló que chico murió por un traumatismo de cráneo hecho con una barra de hierro cromado y un pedazo de ladrillo.

A ser menor de edad y tras las pericias psicológicas, psiquátricas e interdisciplinarias, el abogado defensor de L. solicitó que fuese liberado y restituido a su familia. Fue lo que finalmente sucedió luego de cuatro meses de estar alojado en el Complejo Esperanza.

Al cumplirse cinco meses de su asesinato, su madre compartió una emotiva carta en su muro de Facebook, dolida por la muerte de su hijo, los comentarios que hacen sus hermanos y hasta el comportamiento de la mascota familiar.