Seis trucos efectivos para poder tener una memoria excelente
Existen muchas recomendaciones y métodos para ejercitar nuestra capacidad para retener recuerdos. Simples acciones de nuestra vida cotidiana pueden también ayudar a mejorarla
La memoria es la gran maltratada de nuestra era. Tener acceso a tanta información desde las nuevas tecnologías es la principal causa de su pérdida de valor. ¿Para qué vamos a estar continuamente recordando si con un click tenemos delante y sin esfuerzo ese dato que necesitamos?. En una célebre carta a su nieto, Umberto Eco, a contracorriente del pensamiento actual, hacía una defensa apasionada de esta capacidad cognitiva.
Advertía el semiólogo y novelista de que el riesgo estaba en que "como tu ordenador te lo puede decir en cualquier momento, puedes perder el gusto por almacenar el recuerdo en la cabeza". Eco realizaba una interesante metáfora al afirmar que era como si pensáramos que no fuera necesario caminar de una calle a otra, tras haber aprendido que podemos desplazarnos sin esfuerzo utilizando el autobús o el metro.
Tendemos a recordar según la importancia que tenga un hecho para nosotros. Este es el principal motivo por el que olvidamos cosas en apariencia banales. Ejercitar la memoria puede ser una prevención contra enfermedades como el alzheimer. Cuando la comenzamos a perder sentimos que con ella se va una parte de nuestra vida. Si te has dado cuenta de que quizás estás descuidando esta capacidad, puede ser que haya llegado el momento de dedicarle algo más de atención. Fuera de los ejercicios que los expertos recomiendan para mantenerla en forma.
Seis útiles consejos que ayudan a estimularla y volverla a activar
- Da relevancia al recuerdo que quieres almacenar: tendemos a recordar según la importancia que tenga un hecho para nosotros. Este es el principal motivo por el que olvidamos cosas en apariencia banales, como el lugar donde hemos puesto las llaves del coche. Si las dejamos en cualquier sitio de manera automática, no tenemos la oportunidad de procesar ese evento. Emplear algo de tiempo meditando sobre una determinada información nos ayudará a transferir esa imagen, o ese pensamiento, a la memoria a largo plazo. Según Benedict Carey, autor de 'How We Learn: The Surprising Truth About When, Where, and Why It Happens'el recuerdo ocurre "cuando reflexionamos sobre algo que es importante para nuestra supervivencia. De este modo estás enseñando al cerebro que algo es fundamental, sirviéndote de una considerable energía mental".
- Dibuja los recuerdos: es frecuente utilizar la escritura como estrategia de recuerdo. Mejor aún es hacer un boceto sobre el papel que lo exprese de alguna manera. Quienes hayan jugado alguna vez al Pictionary se habrán dado cuenta de lo complicado que es a veces plasmar una palabra de manera gráfica. Cuando se trata de algo complicado, como dibujar una acción, se puede comprobar que el esfuerzo efectuado permite guardar mejor lo que quieres archivar en tu mente. Dormir juega un papel esencial en la consolidación de nuestros recuerdos. Si quieres cuidar de tu memoria, olvídate de trasnochar. Es lo que afirma un estudio publicado por el 'Journal of Experimental Psychology' llevado a cabo por un equipo capitaneado por el psicólogo Jeffrey D. Wammes. El trabajo afirma que somos capaces de recordar más del doble de palabras de una lista cuando las dibujamos que cuando las expresamos por escrito. Señala Wammes que dibujar anima a integrar el recuerdo de manera semántica, visual y motriz lo que le otorga una fuerza mucho mayor.
- Mantén tu cerebro activo: varias escuelas de pensamiento sugieren que el cerebro funciona de manera similar a un músculo y, como tal, necesita ser trabajado. Los populares autodefinidos, palabras cruzadas, sudokus, sopas de letras, etc. no serían tan banales como sugiere el término general que los engloba: "pasatiempos". La Clínica Mayo apunta en esa dirección, ensalzando la capacidad de esta simple actividad para mantenernos mentalmente activos. Lo relevante, según esta clínica, es salir de lo común, pues eso hace que el cerebro no se acomode. Pequeños cambios en nuestras costumbres como utilizar una ruta diferente para llegar al trabajo, aprender un nuevo idioma, realizar una ocupación voluntaria... En definitiva, efectuar cualquier tarea que se salga de lo cotidiano todos los días incrementará, al mismo tiempo, nuestra memoria.
- Duerme bien: dormir juega un papel esencial en la consolidación de nuestros recuerdos. Si quieres cuidar de tu memoria, olvídate de trasnochar. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas al día de sueño. Lo importante, en todo caso, es descubrir la cantidad adecuada de tiempo para dormir que nuestro cuerpo requiere. La falta de sueño, o la perturbación del mismo, puede tener importantes consecuencias cognitivas. Según un estudio llevado a cabo por el departamento de Biopsicología de la Universidad de Zurich, El tiempo que pasamos en la cama, desconectados del mundo, permite asentar los eventos importantes que han sucedido a lo largo del día y hacerlos pasar a la memoria a largo plazo.
- Haz ejercicio físico: mens sana in corpore sano. La actividad física estimula el flujo de sangre al cerebro y con ello mejora también nuestra memoria, reduciéndose además los riesgos de padecer demencia. Según los investigadores de la Universidad British Columbia, practicar deportes aeróbicos (es decir caminar, correr, nadar o montar en bicicleta) aumenta el tamaño del hipocampo, el área del cerebro que se encarga de la memoria verbal y del aprendizaje. Los resultados no son los mismos por lo que respecta a otro tipo de ejercicios como los de musculación. Según este trabajo, la cantidad de ejercicio recomendada es de 150 minutos a la semana de actividad física moderada. Considera que los trabajos domésticos entran también dentro de esta categoría. El ejercicio mejora nuestro estado de ánimo y nuestro sueño y reduce nuestro estrés y nuestra ansiedad, factores que actúan como un obstáculo para el funcionamiento de nuestra memoria.
- No descuides tu vida social: tendemos a pensar que entrenar la memoria tiene que ver con realizar trabajos serios y metódicos. Una ocupación tan normal como interactuar con nuestros amigos y familiares ayuda también a alejar posibles enfermedades como la depresión o el estrés, factores íntimamente ligados con la pérdida de memoria. Caer en una depresión dificulta mantener la concentración y ya hemos visto lo importante que es este factor para retener recuerdos. Los estados mentales relacionados con la tristeza impiden que la memoria a corto plazo funcione como debería, por lo que los recuerdos se ven impedidos también a desplazarse a la memoria a largo plazo. Las relaciones sociales estimulan nuestro cerebro. Si no puedes quedar con los demás utiliza por lo menos otros canales como el teléfono o las redes sociales. No descartes tampoco el valor que tiene una mascota en casa.
Puede ser que ocurra porque no prestas atención cuando te hablan, que tengas tantas cosas en la cabeza que te cuesta retener todos los datos o incluso que realmente tengas un problema diagnosticado, pero el hecho es que no consigues acordarte de casi nada.
Si estás cansado de tener manos y brazos llenos de recados escritos para no olvidar las cosas que tienes que hacer, te resultarán muy útiles estos cinco consejos para que la sangre fluya por tu cerebro y tu memoria trabaje correctamente. Deja de quedar fatal en tu día a día. Puedes acabar con tus lapsus mentales y, encima, pasártelo la mar de bien.
* Lic, Daniela Rago, licenciada de Psicopedagogía, RRPP, Creadora de Mujeres 5.0
Twitter: @Mujeres50
Instagram: @DanielaRago4