Finalmente, el señor Blanco no fue a votar
Luego de tanta incertidumbre, de tanto temor al fin de semana largo, de tantas especulaciones, de tanto tentarnos a no votar o hacerlo sin nombres, al fin llegó el domingo y el pueblo eligió.
El voto en blanco tan temido no estuvo ni decidió nada, pese a que buena parte de los dirigentes políticos buscó instalarlo. Los mismos dirigentes políticos que habían perdido una vez y otra, y a pesar de eso no supieron leer lo que dijeron las urnas antes del 19. Llamando a votar a la incertidumbre, a que la gente no participe, a hacerse visible en las calles a pesar de tener que entregar en la proximidad el Gobierno, diciendo que seguía escuchando a la gente. Llamando a votar en blanco. Fuera de toda realidad.
El ciudadano reflexionó, dejó de lado los viajes planeados, pensó a quién debía votar, y el domingo se hizo presente. Se había puesto toda una maquinaria en contra de Javier Milei, se habían gastado cerca de dos puntos del PBI, se habían contratado a diferentes equipos para asesorar al sector de Sergio Massa. Se había hecho la campaña del miedo si haber medido cuestiones éticas como la de la utilización de menores. Es decir, se gastó cuanta munición se tenía y la que no tenía se inventaba, pero fue terrible la campaña. Todo para poder preservar el poder. Igualmente, a medida que se arrimaba la fecha a votar se mostraba que el sector de Massa se desesperaba.
La fiscalización y la concientización que se solicitó a la ciudadanía para cuidar el voto fue clave en el día de la votación y eso Patricia Bullrich lo sabía. Ella supo escuchar a las urnas y se puso inmediatamente a disposición para que Javier Milei pueda desarrollar todo aquello que creyó necesario para el sector de La Libertad Avanza. Pero claro, los datos no eran solo eso. Eran realidades en cada hogar, era el estómago apretado, el futuro de sus hijos hipotecados. La inseguridad de sus bienes y de la propia vida cada vez que se sale de la calle, la educación por el piso, del sistema de salud también haciendo agua. Todas esas circunstancias lo decían todo. Por más que hayan dicho que este no era su gobierno, pero la realidad es que es ministro de Economía hace mas de un año. Pero la inflación, que era su responsabilidad, seguía creciendo; la inseguridad igual, la pobreza
también. Todo indicaba que con las mismas recetas las cosas iban a estar igual o peor.
La gente se hartó y fue a votar, dejó el viaje y votó a un candidato en manera contundente y ese candidato fue Javier Milei. La dupla presidenciable de Milei y Villarruel fue aplastante y ganó en lugares impensables para muchos. Pusieron su impronta en las urnas. La gente mostró su bronca y quiso el cambio. Ya en las elecciones anteriores se estaba manifestando que el pueblo quería un cambio. El domingo 19 votó el cambio y votó a La Libertad Avanza. No importó la clase social; los más pobres lo votaron a Javier Milei, también la clase media y las más altas.
Argentina tiene muchos bienes, muchas riquezas para estar distintos, para estar bien, para ser un país pujante. Solo hace falta un cambio y ese cambio lo pueden dar Milei y Villarruel. Argentina tiene una nueva oportunidad de resurgir, tiene la oportunidad de ser ese país pujante que supo ser en el siglo IXX. Tenemos todo: mentes, bienes, todos los climas, paisajes hermosos, gente bonita, solo falta arrancar. Ya se puso en marcha y el motor sonó como el rugido de un león.
* Fabián Díaz Robledo. Abogado.