Opinión

Hablemos de salud mental: la importancia de buscar ayuda a tiempo

Los temas de la salud mental pueden sucederle a cualquier persona. Las más comunes son la depresión y la angustia. Se estima que una de cada cuatro personas tendrá un trastorno a lo largo de su vida.

Agustín Luján domingo, 29 de octubre de 2023 · 07:00 hs
Hablemos de salud mental: la importancia de buscar ayuda a tiempo
¿Necesitamos llegar a que se quiebre el pensamiento para solicitar asistencia en salud mental? Foto: MDZ

En la adolescencia pertenecí al selecto grupo de boludos que repetía frases hechas. Buscando en la memoria, recordé que las peores estaban relacionadas entre sí, y eran ¨los psicólogos son amigos caros  o el día que necesite un psicólogo sabré que no tengo más amigos con quienes hablar de mis problemas (parece que mientras más extensas, eran más boludas). Pero la vida tenía varias lecciones (o palos) para hacerme ver lo equivocado que estaba. Los sentimientos de desánimo, culpabilidad, desgano y enojo me atormentaron más de una vez. Pero es aquí donde aparece la heroína, mi madre, sugiriendo si no quería visitar a un psicólogo o psicóloga. Automáticamente reaparecieron las ¨bolufrases¨ de la adolescencia, pero por suerte las dejé de lado y consulté por primera vez un psicólogo. Pero, ¿dónde nace el rechazo a la búsqueda de ayuda por parte de un psicólogo? ¿Acaso la salud mental nos avergüenza? No creo que la gente se resista a ir a un traumatólogo si se quiebra un hueso, o ¿necesitamos llegar a que se quiebre el pensamiento para solicitar asistencia en salud mental?

No importa quién seas

Los apasionados del deporte solemos estar pendientes de los mundiales y los juegos olímpicos. Sobre todo estos últimos, porque son una especie de paraíso del deporte donde se exponen destrezas físicas producto de la evolución humana y su entrenamiento. En consecuencia se rompen récords conocidos que coronan a nuevos atletas. El atleta más premiado en la historia de los juegos olímpicos es el nadador estadounidense Michael Phelps, con 28 medallas olímpicas (25 oros, tres platas y dos bronces). Este medallero puede originar en el lector la creencia de que Michael debe sentirse la persona más exitosa o feliz del mundo luego de semejante hazaña. Pero Michael no sólo es conocido por sus logros deportivos, sino también por sus períodos depresivos, como tantos otros deportistas de alto rendimiento. Estrellas deportivas como el futbolista Andrés Iniesta, la gimnasta Simone Biles, o
la tenista Paula Badosa han manifestado sus afecciones depresivas durante sus carreras. Sin embargo, la imagen exitosa que solemos ver en los titulares cuando estos deportistas consiguen medallas o hazañas, no suele replicarse luego en sus períodos de depresión. Incluso, suele señalarse de manera negativa o despectiva ese período de turbulencia. A pesar de ello, las afecciones de la salud mental pueden sucederle a cualquier persona y son muy comunes, sobre todo la depresión y la angustia.

Las afecciones de la salud mental pueden sucederle a cualquier persona y son muy comunes, sobre todo la depresión y la angustia. Foto: MDZ

En el caso de la depresión, se estima que una de cada cuatro personas sufrirá un período de depresión mayor a lo largo de su vida. La depresión se caracteriza por sentimientos variados como la pérdida de placer, interés o ánimo, la perturbación del sueño, alteraciones en el apetito, entre otros. Cabe destacar, que el factor tiempo es muy importante, porque uno puede tener un mal día y sentirse deprimido, pero es distinto si ese sentimiento permanece durante semanas o meses. Esta alteración ininterrumpida comienza a afectar todos los aspectos de la vida de una persona, ya sean sus relaciones personales (pareja, amigos, familia), escolares, laborales o sociales. Pero ¿qué desencadena este cambio?

La depresión puede tener múltiples disparadores

Como acontecimientos estresantes continuos, la pérdida del empleo, el período post-parto (una de cada 10 mujeres experimentan
depresión luego del parto), eventos traumáticos, maltratos, bullying, abusos, y tantos otros. Para los trastornos de ansiedad o preocupación excesiva, lo que prima es una sensación de excesiva inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil, dificultad para concentrarse, irritabilidad, alteración del sueño, y otros. Se estima que más del 10% de la población mundial presenta síntomas de ansiedad.

En ambos casos, se presenta una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Entonces, ¿cómo frenamos esta ola mundial en crecimiento?

Trabajo en equipo

He aquí donde la mayor importancia debe centrarse en hablar del tema y saber diagnosticar dónde estamos parados. Generalmente, los trastornos relacionados a la salud mental necesitan abordajes multidisciplinarios. Pero vamos a explicar el por qué. Nuestro cerebro manifiesta sus estados emocionales basándose en unos paquetitos de información, llamados neurotransmisores, que se pasan de neurona a neurona. Es una forma de comunicación bastante dinámica, por lo cuál se necesitan
muchos paquetes en movimiento. Existen diversos tipos de neurotransmisores (serotonina, dopamina, y otros) y, como casi todo en biología, el correcto funcionamiento se logra cuando tenemos cantidades equilibradas de cada uno de ellos. No sirve de nada tener muchísimo de uno si me falta de los otros, en verdad no es cuestión de que sirva, sino de que el funcionamiento se verá alterado.

Por ejemplo, la serotonina está relacionada (mayoritariamente) con el buen humor y la dopamina con el placer. Niveles muy bajos de dopamina están relacionados con los trastornos de ansiedad; en cambio, en la depresión encontramos niveles bajos de serotonina y dopamina. Como dijimos antes, debemos poseer ambos neurotransmisores en niveles adecuados, evitando el exceso o la carencia, y ¿cómo logramos eso? Existen casos en que el tratamiento psicológico permite, a través de la comunicación de lo que nos pasa y del uso de herramientas de trabajo cognitivo, restablecer los niveles alterados de neurotransmisores y brindarnos estrategias para prevenir episodios futuros.

Los trastornos relacionados a la salud mental necesitan abordajes multidisciplinarios. Foto: MDZ.

Muchos trabajos científicos han demostrado que el ejercicio físico, el sueño y la dieta saludable, son grandes aliados para mantener los niveles fisiológicos de estos neurotransmisores. En otros casos, este abordaje necesita de un acompañamiento médico (el psiquiatra) para ayudar a restablecer los neurotransmisores alterados a partir de moléculas químicas (medicamentos), ya que los niveles son muy bajos. Si no restablecemos los niveles exógenamente (es decir, el aporte desde afuera), es muy difícil que el paciente pueda reconocer y trabajar sobre las causas que desencadenan esos sentimientos ansiosos o depresivos. Vamos a tratar de ejemplificar.

Cuando ponemos una olla a presión (como la famosa marmicoc de la abuela) al fuego comienza a aumentar la temperatura en el interior. Ese aumento de temperatura se acompaña de un aumento en la presión dentro de la olla. Si no tiene una válvula de
seguridad o de escape de la presión, al cabo de un tiempo, la temperatura elevará tanto la presión que la olla explotará. Haciendo una analogía entre la olla y nuestro cerebro, apenas la olla está al fuego calentándose, es el período en el cuál es factible identificar y tratar los síntomas mediante el abordaje psicológico. Si la olla sigue calentándose, necesitaremos arreglar la válvula de seguridad para que libere la presión, lo que se traduce como el psiquiatra restableciendo los niveles fisiológicos de los neurotransmisores mediante medicación. Pero si nada de esto sucede, existe un punto de no retorno, donde la olla explota. 

Las cartas sobre la mesa 

Algunos trastornos mentales que perduran en el tiempo sin ser diagnosticados y tratados a tiempo se relacionan con una alta tasa de suicidios. Hace mucho tiempo se pensaba que no hablar del tema era la mejor campaña para no incentivar a personas depresivas a tomar esta decisión sobre sus vidas. Pero si algo nos han enseñado el aumento de casos y las campañas sobre el aborto clandestino, es que cuando las discusiones no están puestas sobre la mesa, los índices de mortalidad no bajan y continúan
siendo temas tabú y fuera de la agenda sociopolítica. En el mundo, más de 700.000 mil personas se quitan la vida anualmente. Durante la década 2010 en Argentina hubo más de 31.000 fallecimientos por suicidios. La mala evolución de los trastornos de salud mental están íntimamente relacionados con el estigma social que los señala. Evidencia científica reciente indica que un mayor tiempo dedicado a las redes sociales se asocia con niveles más altos de síntomas depresivos. Además, y  como consecuencia de la pandemia de COVID-19, estamos transitando una pandemia de trastornos mentales, sobre todo por estrés, ansiedad y depresión.

Una de cada 10 mujeres experimentan depresión luego del parto. 

Paradójicamente, nos enorgullecemos con las victorias y las premiaciones de nuestros ídolos, pero los ocultamos o señalamos cuando más lo necesitan. Sin dudas, este es el eje fundamental que debe cambiar. La buena noticia es que ya está cambiando. Escuchar a referentes como las cantantes Martina ¨Tini¨ Stoessel y Mariana ¨Lali¨ Espósito, los futbolistas Lionel Messi y Emiliano ¨el Dibu¨ Martinez hablar sobre la importancia de la salud mental en sus trabajos, es un puntapié muy importante para abrir el diálogo. En nuestros ámbitos y espacios, podemos buscar o brindar ayuda, escuchar o ser escuchados, pero sobre todas las cosas no juzgar. En esto, la ciencia y la medicina nos brindan datos estadísticos y medicamentos para restablecer la parte biológica alterada de nuestros cerebros, pero con eso sólo no alcanza, ya que el componente psicosocial es fundamental y está en nuestras manos querer mejorar la calidad de vida de cada persona.

En lo personal, la primera materia desaprobada, una separación y una migración me hicieron volver a terapia con mayor rapidez y
menos prejuicios. Hablar de lo que siento con una persona que no me conoce, no me juzga y tiene herramientas profesionales y preguntas claves para acompañarme en el proceso de desestabilización que esté viviendo, ha sido clave para reordenar, intentar mejorar y seguir adelante. Si algo de este texto te hizo ruido o te sentiste identificado o identificada, te invito a consultar con un profesional. Si vos o algún conocido está sufriendo una crisis emocional de cualquier tipo, podés comunicarte de manera gratuita, personalizada y anónima al 0800-999-0091 (salud mental) o 0800-345-1435 (asistencia al suicida). No estás solo o sola, somos muchos los que nos hemos sentido así y tiene solución.

Si tienes dudas o consultas relacionadas al tema, no dudes en consultar a tu médico o médica, psicólogo o psicóloga de confianza. También puedes informarte en Instagram, a través de las redes de Tercera Ola (@psicoterapiasdeterceraola), del Hospital Nacional Laura Bonaparte (@hospitalbonaparte) o Agus Cosachov (psiquiatria_ac). 

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* Agustín Luján. Investigador postdoctoral del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, España.

agustinleonardolujan@gmail.com .

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