Elecciones 2023

"Es la primera vez que no voto": la reflexión de un argentino que emigró

Juan se fue de Argentina hace un año y medio. Reportero gráfico, decidió emigrar cuando se dio cuenta de que estaba lejos de alcanzar cierto bienestar en el país. No vota y explica por qué.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen domingo, 22 de octubre de 2023 · 11:43 hs
"Es la primera vez que no voto": la reflexión de un argentino que emigró
Emigró a España y reflexiona sobre la coyuntura del país Foto: Shutterstock

"Estamos aquí hace un año y medio y la verdad es que no está siendo nada fácil", dice Juan instalado con su pareja en España. Es reportero gráfico y aun no logró conseguir trabajo como tal en ese país. Sin embargo, no se arrepiente de haber dejado argentina. En el marco de las elecciones, explica por qué emigró y reflexiona sobre el presente y el futuro del país. 

Para empezar, el correntino aclara que siempre tuvo ganas de emigrar a España. "Tengo muchos amigos que están aquí, algunos desde hace 20 años y otros 15 años y siempre me contaban", dice y cuenta también que nunca se sintió muy "incluido" en la sociedad correntina en la que nació y creció. "Ya más de grande me inserté un poco pero apelando a contactos políticos y cosas así. Nunca quise ser parte de un acomodo laboral dentro del Estado pero en determinado momento de mi vida me di cuenta de que tenía que insertarme así o nada", confiesa.

El punto de inflexión para Juan fue cuando se dio cuenta de que su vida profesional no legaba a estabilizarse a pesar de tener "estudios pertinentes, contactos, un oficio muy marcado y mucha experiencia laboral". Incluso, aclara, logró sentirse parte de esa sociedad a la que alguna vez cuestionó. "El tema es que en un momento me ví llegando a los 40 años y pagando un alquiler no entendible, buscando dólares hasta por debajo de la tierra para poder ahorrar para invertir en equipamiento de trabajo que a veces es imposible de conseguir en Argentina, sin insumos y con una cartera de proveedores injustos y clientes inciertos la mayoría", detalla.

Su realidad era la de millones de argentinos: "Sin casa propia y con un sueldo raquítico pero sin deudas". Tenía 15 años de trayectoria laboral, en la que debió reinventarse dentro del mismo oficio. "Tenía mucho trabajo. Y estaba feliz con lo que hacía pero ganaba poco dinero. Entonces conocí a mi esposa, ella estaba en una situación muy parecida a la mía, nos casamos para aunar trámites de residencia dentro de Europa, elegimos rumbo, vendimos todo y nos vinimos decididos", cuenta.

Tiene ciudadanía italiana y eso era clave para facilitar el proceso de emigrar que muchas veces resulta costoso en múltiples niveles, no sólo por lo económico sino también por lo legal y, más aun, lo emocional.

"Todavía no nos podemos dedicar a lo que sabemos hacer y aún no pudimos estar ambos trabajando: primero trabaja uno y luego consigue trabajo el otro y así nos venimos apoyando entre los dos", dice y sigue con el impacto que tuvo emigrar en sus vínculos. "Nuestros amigos nos dejaron de lado (algunos bien y otros mal). Ahora conocimos buena gente pero vivimos en un entorno muy rural lleno de gente muy especial y muy buena pero con muy poca oportunidad laboral".

En busca de mejores oportunidades, está planeando instalarse en Bilbao. "Acá no es fácil tampoco, pero se vive mejor", sentencia y reflexiona sobre la coyuntura argentina. "La gente está muy viciada y llena de odio y rencor. Todos se ponen de un lado político o de otro y no pretenden convivir", piensa y sigue: "La gente que ves en el supermercado o en la verdulería está comprando triste y decidiendo si lleva azúcar o pan, harina o leche y huevos, si lleva carne o aceite y gastándose todo en una bolsa chica de mercaderías".

A pesar de que aun no haya logrado en España la estabilidad que busca, reconoce que "acá eso no nos pasa. No ganamos bien pero nos alcanza para llenar la heladera y las alacenas, equiparnos y pensar en nuestro oficio más seriamente, ahorrando aunque sea lo mínimo indispensable y pagando todos los impuestos (que son muy altos)".

La experiencia de emigrar no fue fácil. No lo dice expresamente, pero se descubre en sus declaraciones. "Vamos cometiendo errores, un día uno y otro día otro pero vamos aprendiendo y creemos que es un poco mejor".

Por otra parte, ama a su país y a su gente. "Confiamos en que Argentina se va a mejorar porque la mayoría de la gente es buena y es trabajadora. No creo que el argentino sea ni planero, ni chanta, ni vividor ni nada de todo eso que se dice. Pero por ahora necesitaba pegar un respiro y empezar otra vez de nuevo, pero está vez con un poco más de perspectiva", reconoce.

Siempre votó. Estas son las primeras elecciones en las que no ejercerá su derecho a voto. Decidió no cambiar la dirección de su DNI a España porque entonces dejaría de tener ciertas ventajas que tienen en argentina los ciudadanos que mantienen su domicilio allí. Pero además, cree que no hay opciones entre los candidatos. "Todas las opciones tienen que ver con las que representan un vínculo con el FMI y todo lo que conllevan, más inflación, más ajuste, más desindustrialización y deuda. Salvo Bregman".

Siguió atentamente los debates presidenciales. Y cree que la actuación de los candidatos en los mismos no estuvo a la altura de lo que se espera de ellos. "Pareció más un programa de chimentos y los ví matándome de la risa. Solo fueron unas tiradas de trapitos al sol. Bullrich no entiende lo que dice, Milei transmite ese odio visceral hacia el que piense diferente a él, Massa apareció con un guion armado, el otro creyendo que estaba en un debate a Gobernadores de Córdoba... Por eso pienso Bregman fue la más coherente porque fue la única capas de sostener su discurso (más allá de que si me guste o no la candidata) pero fue la única preparada para un debate de esa envergadura", concluye. 

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