Argentinos en Israel: "En ningún momento se nos pasó volver al país"
Un padre y su hija, oriundos de Misiones, dejaron la provincia hace dos años y se instalaron en Eliat, al sur del mar rojo. La mirada de la guerra a través de sus ojos.
Guillermo Procupez (53 años) nació en Córdoba, pero los últimos 30 años de su vida residió en la ciudad misionera de Bernardo de Irigoyen, frontera seca con Dionisio Cequeira, Brasil. Hace un año y medio dejó su tierra de adopción y se instaló en la ciudad de Eilat, Israel.
“Yo llegué a Israel en forma definitiva hace dos años (ya había estado unos meses en 2002). Hubo un llamado introspectivo que decía que debía venir a vivir a esta bendita tierra”, cuenta a MDZ Guillermo, quien cumplía funciones como coordinador de la oficina de empleo del municipio y se mudó a Eilat donde, de inmediato consiguió empleo en el sector de mantenimiento del Aeropuerto Internacional de esa ciudad. “Ahora estamos cono solo con tres vuelos internacionales y con algunos vuelos de cabotaje”, agrega.
Al poco tiempo de residir en esa ciudad balnearia llegó su hija Johana (31 años) quien viajó a Israel a través un programa para jóvenes de ascendencia judía llamado Taglit (en castellano Descubrimiento). “Ella decidió quedarse en Israel. Tengo dos hijos más: una joven de nombre Florencia (25) que vive en Bernardo de Irigoyen y Rodrigo (15) que reside en Posadas", precisa Procupez.
Eliat, el día después del ataque
Sobre la situación en Israel frente al conflicto en la Franja de Gaza, Guillermo contó que “en Eilat seguimos con la vida cotidiana con mucha seguridad, pero con algunas restricciones”. “A nivel país cambió mucho el estilo de vida, según la ciudad se toman diferentes medidas de seguridad”, dice.
Eilat está a unos 250 kilómetros de la Franja de Gaza. Al momento del ataque terrorista, Guillermo y su hija habían llegado unos minutos antes a sus domicilios luego de participar de una fiesta similar denominada Latina en una disco de Eilat. “Ese mismo día y a la misma hora se estaba realizando un evento latino en una disco de Eilat. Yo había participado, pero junto a mi hija ya nos encontrábamos cada uno en su casa. Me acosté con la alegría de haber bailado en esa disco junto a mi hija y cuando me levanté me enteré de lo sucedido. Ese ataque podría haber sido también en Eilat”, destaca.
Procupez no tiene previsto regresar a la Argentina, a pesar de que sus hijos que residen en Misiones se lo piden. “Mis hijos que viven en Misiones me piden que regrese, pero a la vez saben que estamos muy seguros en Israel. En ningún momento se me pasó por la cabeza regresar a la Argentina porque a pesar de lo que está sucediendo me siento muy seguro aquí”, subraya.
“Yo estoy dejando un legado en Israel. Lo que más quiero es que ellos vengan a conocer su tierra”, sostiene aunque reconoce que "este hecho nos tocó psicológicamente a todos”.
Respecto a los refugiados dice que “hay familias diezmadas". "Se los ve bien físicamente pero muy mal psicológicamente”.
Tras la jornada laboral voy a uno de los refugios a colaborar”, describe.
Johana: "Siempre soné con vivir en Israel"
La hija de Guillermo, Johana, llegó a Israel en marzo de 2022 y luego de recorrer todo Israel decidió quedarse. “Desde chica amo a Israel y siempre soñé en visitar esta tierra. Lo hice por el programa para jóvenes Taglit y luego decidí quedarme y hacer Aliá (en castellano adoptar la nacionalidad israelí). Me quedé porque como judía siento que este es mi país", enfatiza en diálogo con MDZ.
Johana aclara que es judía de parte de su padre. "No vengo de vientre judío por eso tomé la decisión de convertirme al judaísmo. Soy judía por adopción”, remarca.
La joven es maestra jardinera, pero en Eilat trabaja en un shopping, en un negocio de ropa. "El domingo comenzamos con los horarios normales. Luego del trabajo colaboro en la atención de los refugiados”, cuenta.
“Luego del ataque terrorista se me cruzó por la cabeza regresar a la Argentina, pero luego lo pensé y primó quedarme en Israel al que considero, al igual que la Argentina mi país”, confirma.
Su trabajo con los refugiados consiste en colaborar en la cocina y como maestra jardinera estar con los chicos. “Los chicos me encantan, juego, me tocan las trenzas, hacemos dibujos, jugamos a los colores, etcétera. Hay muchos refugiados en la ciudad. Gente que fue atacada en el kibutz o en sus propias casas. Todos nos estamos ayudando mutuamente. Estamos buscando a la gente que vive tanto en Norte como en el Sur para llevarla a los refugios”, relata.
Encierro y desesperación
Johana recuerda que el sábado 7 de octubre había estado en una fiesta latina, similar a la que se estaba llevando a cabo en la que irrumpieron los terroristas de Hamás. “Estaba durmiendo cuando a eso de las 9:00 un amigo me llamó por celular, no lo atendí y cuando me desperté tenía cientos de mensajes contándome lo sucedido", recuerda.
“A partir de ese momento me encerré en mi casa. Por televisión nos pedían que no le abriéramos la puerta a nadie porque podría haber terroristas dispersados por todo el país. Allí comenzó mi pánico porque no sabía cómo reaccionar ante la posible presencia de terroristas en mi casa. Donde me iba a esconder, etcétera. Estuve encerrada durante tres días", cierra.