Con alma cuyana

El rincón de Buenos Aires donde ya empezó la vendimia y en el que las vides se multiplican cada año

Inaugurado hace poco más de un año, el Distrito del Vino de Buenos Aires es el lugar predilecto para compartir los secretos del buen vino argentino. Justo allí, en el corazón de Devoto, comenzó la vendimia porteña, una fiesta de gratitud y esperanza.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen martes, 24 de enero de 2023 · 07:10 hs
El rincón de Buenos Aires donde ya empezó la vendimia y en el que las vides se multiplican cada año

"Un pedacito de Mendoza en Buenos Aires", decían hace poco más de un año cuando se inauguró, en el barrio de Devoto, el Distrito del Vino de la Ciudad de Buenos Aires. La identificación de ese circuito de vinotecas, distribuidoras y espacios gastronómicos sigue fortaleciendo su identidad. Tanto es así que hace un año, y en el marco de la Fiesta de la Vendimia, llegó a la Ciudad la imagen de la Virgen de la Carrodilla

Este año, mientras Mendoza se prepara nuevamente para celebrar la cosecha, que promete shows espectaculares, en el Distrito del Vino de Buenos Aires ya se vive esa celebración de gratitud y esperanza. "La Fiesta de la Vendimia es la celebración del fruto que produce la tierra y el trabajo del hombre", dice Carlos Borbore tras cosechar los primeros racimos de las vides que tiene en Buenos Aires.

Comparten su alegría al cortar los primeros racimos de la temporada. "Porque lo bueno se comparte y de esta manera no solo compartimos un hermoso momento junto a nuestros clientes y amigos, sino que también logramos que muchas personas que no tienen la posibilidad de viajar a conocer un viñedo en las provincias productoras del país, pueden hacerlo muy cerca de su casa", justifica. Y en un tono algo pedagógico comenta que esto permite "ver el ciclo de la vida de la vid de cerca hace que la gente pueda aprenderlo, incorporarlo y difundirlo de otra manera. Es una cadena de aprendizaje y comunicación del vino, una cultura que uno va generando con un simple acto". 

De familia de bodegueros, este sanjuanino que tiene una vinoteca en Devoto, no sólo vive la tradición de la Vendimia sino que comparte las raíces de esta fiesta: "Es un momento para agradecer y celebrar con alegría la dedicación y el cuidado que le dimos a la planta todo el año", reflexiona y acota: "Es una satisfacción enorme ver el crecimiento de las uvas, su maduración, su color, para nosotros, para cualquier persona que tenga una sencilla vid, y hasta para los enólogos y bodegueros más prestigiosos que producen en grandes cantidades. Es una fiesta".

Carlos Borbore y los primeros racimos de esta vendimia porteña

Ya pasaron 20 años desde que sembró su primera vid en Devoto. "Además hay otras dos de pinot gris que nos regaló la bodega Lurton y tienen 19 años", dice. Cuenta que hace 16 años hicieron los espaldares con postes que trajeron de Mendoza y que "allí crecen cepas de cabernet y de uva criolla. Hace poco sumamos también una cabernet franc que ya asoma sus primeros brotes y también una glera, variedad que se utiliza para elaborar el Prosecco, ambas fueron un obsequio de Alfredo Roca, quien las trajo personalmente el año pasado. Las cepas de malbec fueron un regalo de Patricia Ortíz, actual presidente de Bodegas de Argentina; y las de torrontés, del dueño de Bodega La Puerta. Fuera del espaldero también tenemos una pinot noir".

Apasionado por la vitivinicultura, Borbore explica que "cada variedad es diferente y se expresa año a año de distinta manera, sus frutos tienen que ver con el cuidado que le dimos durante todo el año: el poco riego gracias al clima de Buenos Aires, la protección de plagas, la poda en invierno y la poda en verde, pero muy especialmente lo fundamental para que crezcan es ¡protegerlas de los pájaros!". 

Para eso, contó con la ayuda de su hija Paula, que hizo unas bolsas de organza cristal -un tejido transparente y abierto- "para cubrir cada racimo y que las aves porteñas no los puedan comer antes de madurar". Esto les permitió cosechar unos 15 o 20 racimos de las plantas más grandes, como la de pinot noir. 

Felices con sus raíces y sus vides, y con algo de nostalgia por su terruño, los Borbore buscan multiplicar las vides en la Ciudad de Buenos Aires. "Cada año cuando hacemos la poda de invierno de nuestras vides, clientes, vecinos y amigos pueden llevarse estacas con 5 yemas para plantar en sus casas. Eso lo venimos haciendo hace varios años, así que deben existir muchas más vides plantadas en Buenos Aires de las que nos imaginamos", comentan felices de que el amor por la uva se siga multiplicando.

Si bien no tienen viñedos propios, están trabajando en un proyecto con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires para producir un vino con las uvas de nuestro jardín. La universidad tiene su propia bodega de más de 100 años de antigüedad, así que sería una linda manera de identificar al Distrito del Vino de la ciudad", confiesa Carlos Borbore.

Distrito del vino: un proyecto a largo plazo

"El Distrito del Vino es un proyecto de aquí al 2035, eso hace que los cambios que se vayan dando sean paulatinos", revela Borbore y sigue: "Lo ideal es que este proyecto genere un cambio no tanto en los consumidores sino en la visión comercial de las provincias productoras, las bodegas, las vinotecas y toda persona que se dedique a la comercialización del vino".

Explica que esta "es una oportunidad única que tenemos como país para reunir en una sola ciudad todos los vinos del país". Y ahí sí, se atreve a soñar con la certeza de que Argentina tiene una rica y variada industria vitivinícola. "Imaginate la cantidad de cosas que podríamos hacer: dedicar calles enteras del Distrito del Vino, por ejemplo, a los vinos de Salta o Jujuy y generar un polo gastronómico alrededor de eso. Armar un espaldero en la calle Chivilcoy, entrada directa al Distrito del Vino. Ampliar la señalética y la cartelería: en las bajadas de la autopista y los accesos al distrito. Crear un espacio de ferias permanentes para Bodegas Pequeñas. Colocar viñedos en todo el frente de la estación de tren. Y tantas ideas más", dice y remata: "¡Hay mucho por hacer!". 

La vinoteca de los Borbore se convirtió en un lugar de encuentro donde se transmite la cultura y la tradición vitivinícola

Mientras esos sueños toman forma y comienzan lentamente a materializarse, sigue realizando en su vinoteca (Av. Mosconi 3654, CABA) encuentros para enseñar sobre viñedos, cuidado de las vides, producción y consumo de vinos. "Llevamos más de 800 eventos con el vino como protagonista", contabiliza y adelanta que durante la Vendimia habrá en el Distrito del Vino charlas y degustaciones para que todos puedan conocer la identidad del vino argentino. 

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