El más grande de la Ciudad

Cementerio de la Chacarita: historia, personajes célebres y leyendas

Se creó en 1886 tras el colapso que generó la emergencia sanitaria de la fiebre amarilla. Descansan allí los restos de personajes que van de Gardel a Cerati.

Redacción MDZ Online sábado, 21 de enero de 2023 · 09:00 hs
Cementerio de la Chacarita: historia, personajes célebres y leyendas

El origen del Cementerio de la Chacarita está directamente ligado a la epidemia de fiebre amarilla. En el año 1871 la capacidad de los cementerios existentes hasta ese momento comenzó a colapsar ante la emergencia sanitaria. En ese contexto fue necesaria la apertura de una nueva necrópolis en la actual Ciudad de Buenos Aires.

Así, en 1886 la intendencia de Torcuato de Alvear encargó al ingeniero y arquitecto Juan Antonio Buschiazzo la planificación de un monumental enterratorio. El mismo se inauguró en diciembre del mismo año y recibió el nombre de “Cementerio del Oeste” que, desde 1948, pasó a ser “de la Chacarita”.

En 1893 se inició la construcción de los mausoleos. Una década más tarde se inauguró el crematorio que se encuentra dentro del predio y la primera cremación realizada allí tuvo lugar en el año 1904. Al año siguiente, se dio apertura a la primera galería con nichos murales en el recinto.

Actualmente el crematorio del cementerio de la Chacarita es el único que da servicio en la Ciudad.

El aporte de Clorindo Testa

El Cementerio de la Chacarita se destaca por sus enormes dimensiones y está ubicado en la Av. Guzmán, entre las Av. Elcano, Garmendia, Del Campo, Warnes y Jorge Newbery.

La entrada principal es un gran peristilo de estilo neoclásico de 24 columnas que da acceso a un espacio funerario dividido en 4 secciones, de 9 manzanas cada una. Asimismo la traza dispone de 16 secciones destinadas a sepultura en tierra.

Por su valor patrimonial se destacan los mausoleos familiares de diversos estilos arquitectónicos que responden a la idea de “última morada familiar” propia de la cultura funeraria de fines del siglo XIX a mediados del XX.

Resultan emblemáticos los panteones de elaborada arquitectura correspondientes a diversas colectividades de inmigrantes, también de oficios, gremios y congregaciones religiosas.

Entre 1940 y 1960, ya vigentes ciertos cambios de concepción en la costumbre funeraria, se diseñó un segundo trazado para el cementerio. Así, se reformuló la circulación de los servicios fúnebres abriendo un acceso directo desde la Av. Jorge Newbery que llega al centro del cementerio y se construyeron tres nuevas capillas para los responsos.

En ese período, ante el problema de falta de espacio para la inhumación de fallecidos, se resolvió realizar un proyecto general de diseño de ingeniería, arquitectura y urbanismo para la construcción del sexto panteón. Se construyeron 9 galerías subterráneas de nichos, con una concepción de la arquitectura moderna y con criterios de funcionalidad.

La arquitecta Ítala Fulvia Villa fue la encargada de dirigir el proyecto, en el que también participó el célebre arquitecto argentino Clorindo Testa, concretando así la obra modernista más imponente del Cementerio de la Chacarita.

Los personajes célebres

Panteones sociales, como el de Artistas y el de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) propiciaron la llegada a Chacarita de ídolos de la cultura con gran acompañamiento popular, generando así numerosas y constantes conmemoraciones y homenajes a las personalidades de la cultura.

En el año 1937 y diseñado por el escultor Cullén Ayerza, se inauguró el mausoleo de Jorge Newbery, cuyos restos fueron trasladados desde la Recoleta a la nueva ubicación .

En 1948 se inauguró un predio especialmente destinado a celebridades y personalidades destacadas de la cultura nacional. Entre ellas figuran artistas, músicos -memorables talentos del tango argentino- y escritores como Alfonsina Storni, Benito Quinquela Martín, Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Roberto Goyeneche, Carlos Di Saldi, Luis Sandrini o Gustavo Cerati.

El mausoleo de Carlos Gardel, artista fallecido en 1935, es uno de los sitios más visitados del Cementerio de la Chacarita. La devoción popular deriva en la celebración de eventos de homenaje y conmemoración permanente.

La leyenda del taxi de la muerte

En diálogo con MDZ el escritor Víctor Coviello, autor de “Buenos Aires es leyenda” (editorial Planeta), relató “la leyenda del taxi de la muerte”, un clásico vinculado al Cementerio de la Chacarita.

“Se trata de un taxi que uno se toma, acongojado o triste, luego de ir a ver un pariente o un amigo al Cementerio de la Chacarita. En días brumosos, donde oscurece temprano, pasa este taxi medio destartalado. En la chapa o en la licencia ya hay un problemita: es el 666. Adentro del taxi, de repente, hace un frío que cala los huesos. Si le pedís al chofer que baje el aire acondicionado te vas a dar cuenta que el conductor es excesivamente flaco. Pero el taxista ni siquiera contesta, sigue el camino y maneja con sus manos totalmente 'huesudas'.Cuando le tocás el hombro para insistir en que apague el aire notás que tu mano también es 'huesuda'. Entonces la sacás rápidamente, te olvidás del frío y te querés bajar. Y te das cuenta que no está yendo por el lugar que le dijiste sino por cualquier lado. Cuando le decís que te bajás en el próximo semáforo, no contesta. Querés abrir la puerta y no se puede. El taxista no se detiene. Y ves que empezás a pasar por lugares donde ya estuviste. De repente, está llegando otra vez al cementerio. Vuelve a entrar y ahí recién habla: con la voz más quejumbrosa del mundo te dice 'hemos llegado a destino'. Y ahí te das cuenta que vos también vas a formar parte de la necrópolis porteña”.

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