Paso internacional

La solución para evitar definitivamente los cierres del paso internacional

El arquitecto Carlos de Jong explica por qué es fundamental avanzar con el proyecto del Ferrocarril Trasandino Central (FCTC) que una Mendoza y Chile y cuyo recorrido ya está trazado.

Carlos de Jong viernes, 5 de agosto de 2022 · 07:06 hs
La solución para evitar definitivamente los cierres del paso internacional

El Proyecto del Ferrocarril Trasandino Central (FCTC) -sobre la traza original de esta ruta- está aprobado desde 2006 y tiene factibilidad certificada de circular sin interrupciones durante 353 días al año previendo que, por razones climáticas, sólo 12 días serán necesarios para tareas de despeje y limpieza de vía en los sectores críticos más afectados por temporales y acumulaciones níveas o aludes.

La fragilidad de la conexión vial entre Argentina y Chile ha quedado en evidencia en la reciente crisis de interrupción del tráfico y el colapso de la infraestructura existente. Entre de 6.000 y 7.000 camiones con su personal de conducción quedaron atrapados durante 12 días por los temporales y las obstrucciones por acumulación nívea que les impidieron acceder al Paso internacional Los Libertadores.

Es decir que un solo evento climático interrumpió el tráfico la misma cantidad de días que el FCTC suspendería -como máximo- durante todo el año para mantener su servicio. Los hechos demuestran que las obras de mejoramiento vial en marcha -que implican la ampliación del túnel ferroviario Caracoles con doble trocha vial, la reparación, refuerzo y mantenimiento del Paso internacional Los Libertadores y sus obras de conexión- son muy importantes para mejorar la fluidez del tráfico y aumentar la capacidad del corredor vial internacional pero, lamentablemente, son insuficientes para garantizar el tráfico ininterrumpido sin la ayuda de un adecuado servicio ferroviario.

Lamentamos que la obra de ampliación y adecuación para tránsito vial exclusivo del viejo túnel ferroviario prevea el retiro definitivo de la vía férrea existente y descarta su reemplazo por nuevos rieles de gran capacidad de carga a ras de pavimento, en disposición similar a las vías de tranvía urbano.

La decisión proyectual de eliminar la enrieladura constituye un error conceptual carente de cabida en el siglo XXI. Es inimaginable que un complejo de dos túneles paralelos que suman cuatro trochas de interconexión vial internacional niegue la posibilidad de circulación de trenes como único garante capaz de evitar los bloqueos que tantos riesgos y pérdidas generan.

La mejor noticia de conectividad que podríamos recibir “los trasandinos” de nuestros políticos de ambos lados es: "Vamos a ponerle nuevo rieles al Túnel Caracoles"

* Carlos de Jong es arquitecto

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