Xilografías

Leonardo Gotleyb: la poética del hierro y el desgarro del hormigón armado

Leonardo Gotleyb artista visual, profesor de la Universidad Nacional de las Artes, dedicó su vida al arte llegando al virtuosismo. Hace más de dos décadas viene desarrollando una técnica de grabado única: la tecno xilografía. A partir de hoy exhibe en Solidarizarte, una muestra de arte solidario.

María Teresa Andrés
María Teresa Andrés jueves, 25 de agosto de 2022 · 13:05 hs
Leonardo Gotleyb: la poética del hierro y el desgarro del hormigón armado
Foto: Foto de Lucía Riera, gentileza Leonardo Goleyb

El reconocimiento internacional es apabullante. Leonardo Gotleyb arrasó con cuantos premios se otorgaran en más países de los que podamos citar aquí. En Argentina le fue otorgado el máximo galardón al que un artista pueda aspirar: el “Gran Premio de Honor del Salón Nacional” (2006). En el año 2007 recibe el “Premio a la Excelencia” del Honorable Senado de la Nación Argentina. Esto significa un trabajo duro y una gran tenacidad. Formado en variadas ramas del arte, que explican su solidez intelectual, focalizó su tarea en el grabado y más precisamente en la xilografía, desarrollando desde 1999 lo que dio en llamar la tecno xilografía, técnica experimental de grabado

Me fui encontrando periódicamente con la obra de Leonardo Gotleyb, y siempre me despertó una gran admiración. Su obra es inconfundible, es lo que todo artista desea: que con solo verla se distinga a su autor, porque no se parece a nadie más.

Lo conocí personalmente en los comienzos de su carrera y lo volví a ver, después de tantos años, el mes pasado. Un ser afable que se presta con simpatía a recibirme en su inmensa casa-taller en el barrio de La Boca. Me abre la puerta esta figura de 1,80 de altura acompañado de su educadísimo perro Arturo, así comenzamos una charla coloquial que lo mostrará en su cálida dimensión humana.

La xilografía, eje de la obra de Gotleyb

La xilografía es un método de impresión realizado con una plancha de madera donde se talla a mano, con una gubia, lo que se quiere plasmar. La palabra proviene del griego xylón que quiere decir madera y grafé que significa inscripción. Tendría su origen en China alrededor del año 220, de allí en más se expande a otras regiones y tiene una larga e interesante historia.

-Parece haber una idea conductora en toda tu producción artística...

-Mi tesis de licenciatura fue muy esclarecedora, muy importante, porque no solo cumplí con la consigna de la tesis sino que significó una reflexión muy profunda sobre mi producción y sobre mi obra. Mi tesis para la licenciatura en arte nace de una pregunta: ¿La xilografía, antecedente medieval del libro, puede ser portadora de una estética contemporánea? Esa pregunta atraviesa toda mi producción, todo mi pensamiento, mis investigaciones en el campo del arte, y fundamentalmente en el mundo de la gráfica que es el mundo donde yo me moví con más soltura. Obviamente que mi respuesta es sí, la xilografía puede ser portadora de una estética contemporánea.

-Tengo entendido que viajaste muchísimo...

-Viajé mucho y de una manera muy particular, ya que en general los países que fui conociendo no fueron por elección mía, sino que mi obra me llevó, mi obra me pidió conocer determinados lugares del mundo. Especialmente donde el grabado es muy importante, donde participé de importantísimas bienales internacionales de gráfica. 

La mano de Fátima de Leonardo Gotleyb

-Por ejemplo…

-La bienal de Liubliana capital de Eslovenia en la ex Yugoeslavia, un país que se independizó en el año 1992, donde funciona uno de los concursos internacionales, y una de las bienales más importantes del mundo.  La importancia radica en que la ex Yugoeslavia se unía en el límite con Italia, era el lugar que permitía que se abriera una ventana a través de la cual la “Bienal de Liubliana”, que tiene tantos años como la segunda guerra mundial, fuese el mecanismo que permitía se pudieran conocer,  a través del arte, las cosas que estaban pasando detrás de la cortina de hierro  y viceversa; ya que era un momento en que en la Unión Soviética todo estaba cerrado. Por eso es que es tan clave y tan importante, además de ser una importantísima bienal también servía para fines políticos 

-¿A que otros lugares fuiste y por qué, que te llevó?

-Entre tantísimos hubo uno realmente extraordinario, por bello y por tremendo, fue haber conocido la ciudad de Lublin. Me hace recordar un libro “El mago de Lublin”, de Isaac Bashevis Singer primer escritor judío que gana un Premio Nobel escribiendo en idish, y este es uno de sus libros que yo leí. Conocí Lublin una ciudad hermosa, pequeña a unos cien kilómetros de Varsovia, dónde yo gano un primer premio en un concurso internacional, pero hete aquí que no era la ciudad de Lublin exactamente donde se hacía la bienal, sino que era en las afueras de la ciudad, en un lugar tristemente célebre  que llama Majdanek, que fue un centro de exterminio de la maquinaria nazi. Fue un lugar donde se mató a la mayoría de los judíos que habían sido capturados por los nazis. Y los artistas de allí, los artistas de Lublin, decidieron hacer  una bienal de arte donde hubo muerte. Por lo tanto haber ganado este premio y haber ido yo a conocer Majdanek, conocer Lublin, conocer Polonia el país de mis antepasados…

-Fueron significados paralelos…

-Si, fue muy importante pero con un sentido contradictorio: tenía la alegría de haber recibido el premio y de haber viajado a Polonia, de haber conocido esa ciudad pero cuando llego y me hacen la primer visita del campo de exterminio, me llevan a conocer las instalaciones de este salvaje lugar de muerte, entonces yo vi cosas como una montaña de dentaduras, una montaña de zapatos. Fue tan elocuente, que podríamos asociarlo a una “instalación” artística, donde no había mucho para explicar: el silencio, la iluminación y esa acumulación de elementos lo decían todo. Allí gané mi premio  y allí fue donde pude encontrarme con esta parte trágica de la historia de la humanidad y de mi propia historia familiar. 

Yacarés - Instalación lumínica  - Hierro, radiografías impresas con xilografía y luz led 160 x 60 x 30 cada una
Yacarés - Instalación lumínica  - Hierro, radiografías impresas con xilografía y luz led 160 x 60 x 30  cada una

-Que estás haciendo ahora, como te afectó la pandemia 

-Me afectó mal, me afectó como a todos los seres humanos. Fue un momento muy bisagra, muy tremendo. El artista normalmente se aísla para crear, busca la soledad del taller, ese momento sublime de encuentro de materiales e ideas, esa tormenta que se produce en la creación, y esa soledad es una soledad creativa. Ahora bien, la pandemia nos obligó a estar solos, nos obligó a elegir ese estado de encierro, por lo tanto no era una soledad elegida, entonces era una situación de mucha angustia. De todas maneras comencé a trabajar, a partir del encierro y para motivarme un poco descubrí un audiolibro “la peste de Camus”, 

-¡Justo!

-Si, que me lo puse para ver si podía encontrar también, en otro discurso artístico de un hecho trágico, desde la literatura alguna conexión a muchos interrogantes que no tenían respuesta, eran solo preguntas: qué estábamos viviendo, qué estaba pasando con el ser humano, qué estaba pasando con este abuso del hombre sobre la naturaleza; que es de alguna manera todo lo que atraviesa mi obra, que de alguna forma, es un alegato sobre el mal uso y la mala relación que tenemos con la naturaleza

-La imposición sobre la naturaleza…

-Así es, es una postura  del hombre que va destruyendo su propio espacio. Entonces yo hablo de ciudades que dan la espalda a la naturaleza, ciudades que no tienen ese acompañamiento que necesita el ser humano para vivir en felicidad, para poder vivir acompañado y en equilibrio con los otros seres vivos. Entonces mi obra, de alguna forma, es una denuncia ecológica. Yo hablo de la ecología de la supervivencia, allí nacieron dos obras fechadas en plena pandemia fueron realizadas conectándome con la realidad de lo que estaba sucediendo, una se llamaba “La pregunta”... y había muchas preguntas y muy pocas respuestas. 
Trabajé con mucha angustia, pero feliz de que podía canalizar a través de estas obras. Después vinieron otras y llegaron más proyectos. Recuerdo que estaba invitado a ser jurado en Sofía (Bulgaria), justamente pocos días antes de que se declarara la pandemia a nivel universal. ¡El mundo se paró! Yo estaba a punto de sacar pasajes, también iba a realizar una exposición y obviamente se abortó el proyecto porque no había vuelos y porque nadie salía de su casa.

Niebla del Riachuelo 44cm x 62,5cm

-Fue un momento muy difícil...

-Allí fue donde comencé a trabajar más en ese encierro en el taller. Y sí, creé obras, intente organizar cosas que se podían puertas adentro, pero fue un momento muy tremendo; y digo fue porque siento que de alguna manera pasó y a la vez presiento que no pasó todo, y que nuestra vida ya no es la misma, hay un antes y un después. Yo tenía la fantasía de que cuando apareciera la vacuna, ese día después de la aparición de la vacuna toda la gente iba a salir a festejar a las calles. Todo fue tan angustiante y las vacunas que no llegaban, y tampoco había una certeza con respecto a su efecto, cuanto y de qué manera te iban a proteger, que aún hoy sigue habiendo grandes interrogantes y grandes preguntas. Por lo tanto yo me debo el salir a la calle a festejar… tal vez el festejo es estar vivo… 

-Y darse cuenta que las certezas no existen.  

-¡No claro, las certezas no existen, y el estar vivo es una lucha diaria cuando mucha gente se quedó en el camino! Creo que la vacuna fue muy importante porque la gente ya no se muere masivamente como pasaba, y tampoco sanatorios y hospitales están atestados como en ese momento. Obviamente que hay un cambio… pero me debo esa fiesta, y debido a todo lo que paso en Argentina, y en el mundo en general, uno se vuelve cauto. Son esas fiestas que uno quisiera pero que no se van a dar nunca.

Las obra de Leonardo Gotleyb

Las obras de Leonardo Gotleyb hablan de ciudades donde el hormigón se impone con sus nervios de acero, que muestra desnudos, que en algunos casos se refieren al dolor y a la destrucción como en el caso de la voladura de la AMIA

La fascinación por la trama y los remaches del hierro, en especial en sus obras sobre el Transbordador de La Boca. La presencia imponente de lo construido, lo inanimado  por sobre lo humano. Si bien surge como una protesta, no deja de ser admiración por la estética que encierran. 

Comparto las palabras de Ticio Escobar, crítico de arte, que con maestría describen la obra de Leonardo: 

“Buscando el secreto del paisaje urbano, Leonardo Gotleyb rastrea por debajo de sus construcciones el pulso íntimo, el lugar ausente, el detrás absoluto de la fachada y del andamio. Encuentra un entramado oscuro y descarnado y un armazón sostenido en el vacío. Descubre el reflejo invertido de las nervaduras esenciales, los resortes, tal vez de tanto empeño cartesiano. Allí, en el fondo el artista ni juzga el sueño ilustrado ni queda demasiado seducido por las utopías de un racionalismo que retícula, secciona y rearma las geometrías de las ciudades. Se limita a presentar, serena, implacable, la radiografía o la foto quemada de miles de sueños y amenazas enmarañadas. Al describir, con anticipada nostalgia arqueológica, el límite de cada proyecto humano que incuba siempre una ruina en sus entrañas…” 

Leonardo Goleyb fotografiado pro Sara Facio

-También en tu obra hay esculturas transparentes con luz...

-Sí son esculturas lumínicas donde intento una vez más correr los límites del grabado, de la xilografía. En este caso son esculturas cuya piel, la piel de estos animales son radiografías impresas con la estructura de mi obra, llevan estos animales tatuados fragmentos de las ciudades en su piel. La idea es mostrar como la xilografía puede convertirse en vitraux, en una obra donde el grabado en madera no termina en la gubia, ni en la impresión sino que se pueden abrir otros caminos para el diálogo. 

Habría que escribir mucho más sobre Leonardo, llenaríamos páginas con listas de exposiciones, premios, países, conferencias, cursos etc., pero ya no hay espacio para tanto. Cuando me voy a retirar le coloca la correa a Arturo y me acompaña gentilmente unas cuadras, mientras me sigue contando:

"Voy a presentar una obra, junto a otros artistas invitados, en la muestra de arte solidario Solidarizarte, del 25 de agosto al 4 de septiembre en Olga Cossettini 141 CABA; en la Fundación de Enrique Rossi que cumple diez años de arte y solidaridad, la venta de las obras de arte es a beneficio de distintas ONGs y Fundaciones. La obra 'Hamsa iluminada' o 'Mano de Fátima', tiene un doble propósito, por un lado es un alerta, una toma de conciencia y por otro es una protección; un amuleto para proteger el planeta, nuestra casa".

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