Picasso y las Meninas de Velázquez

La colección del Museo Picasso de Barcelona incluye una serie de fines de la década del cincuenta del siglo pasado en la que el genial malagueño recrea la famosa obra de don Diego de Velázquez (1599-1660).

Donadas al museo en 1968 por el artista la cuarentena de óleos había sido pintada en 1957 en Cannes. A posteriori Picasso realiza aguadas, aguafuertes y lápices como variaciones de la serie original que la hacen ampliamente popular.

En aquella oportunidad Picasso donó también otras obras de la misma época (como el retrato de Jacqueline y los Pichones) que sumados a la colección Sabartés y otras donaciones y adquisiciones, hicieron en su momento del museo catalán el más importante de los varios del artista que existen.

El obsequio es el testimonio del afecto del artista a la ciudad en que transcurrió parte importante de su infancia, donde inició su formación y obtuvo los primeros reconocimientos. Muerto Picasso, con la dación de sus herederos en pago del impuesto al gobierno francés, el museo de Paris en el Palais Sallé entró en competencia. Trabajador incansable, a la muerte de Picasso, el inventario registró 120.000 obras. 

Además de sus óleos, el artista hacía esculturas, grabados, dibujos, múltiples de distinto tipo que en su momento difundieron su fama creciente y hoy alimentan un coleccionismo para toda clase de bolsillos. 

El mercado reconoció su genialidad artística a todos los niveles. Picasso es único artista que obtuvo cinco ventas por arriba de los 100 millones de dólares en subastas internacionales, incluida “Las mujeres de Alger, versión 0” que en 2015 hizo un tope de 179 millones. Esa obra fue una de las quince que pintó Picasso inspirado en el lienzo de Delacroix a quien admiraba. El conjunto tiene un claro paralelismo con la suite de recreación de la escena real velazquiana.

En el otro extremo, el cuarenta por ciento de las obras rematadas el año pasado no superaron los cinco mil dólares. Obviamente se trata de obras múltiples de largos tirajes.

En los últimos cuarenta años fueron vendidas en subastas públicas más de 80.000 trabajos muchos de los cuales remiten a las meninas que, en su serie original, pueden verse en el museo barcelonés.

El museo presenta también obras de otras épocas (el periodo azul y el periodo rosa) y  una pequeña naturaleza muerta de 1924, con una identificación con obras de la época de nuestro Emilio Pettoruti que por entonces terminaba en París su primer período europeo.

Presenta también la más completa colección de grabados del (a mi criterio) el artista más grande del siglo XX.

*Carlos María Pinasco es consultor de arte.