¿Qué necesitan nuestros niños y niñas?

Por múltiples medios, la sociedad de consumo se ocupa de convencerlos de que su vida va a ser mejor y más feliz si tienen esto o aquello… y ellos son niños y compran esas ideas que son en realidad “piedritas de colores”, brillan pero no necesariamente tienen valor. Los chicos no siempre pueden discriminar lo que de verdad les hace bien y necesitan.
Te Podría Interesar
Para eso estamos los adultos, guardianes de la infancia, con más experiencia y capacidad de discernir. Si nosotros también nos dejamos arrastrar podríamos trabajar sin parar para poder satisfacer sus deseos perdiendo presencia en sus vidas. Nuestros chicos necesitan en sus vidas tiempo y presencia de sus padres, no regalos ni programas carísimos.
Por otro lado los niños juegan para divertirse, para aprender y experimentar, para procesar las cosas vividas, para sociabilizar, y cuanto menos forma tiene el juguete, más les permite desplegar su imaginación y creatividad, de allí viene la conocida frase “cuanto más hace el juguete menos hace el niño”, y menos tiempo dura el interés y más pronto necesitan otro objeto, ya aburridos del anterior.
Un disfraz genérico de princesa o de pirata no sólo es más económico sino que les permite jugar a muchas más cosas que el más específico del personaje conocido: este saber nos va a hacer fuertes para tolerar su carita de desilusión cuando nuestro regalo no sea el de la propaganda de la tele o el que acaban de ver en una película.
Ellos también necesitan que protejamos el tiempo de la infancia para que dure todo lo que tiene que durar, que no adelantemos ni permitamos que ellos adelanten intereses, que escuchen música infantil, que no miren -y a partir de allí copien- los bailes sensuales que ven en tiktok, que no compitan antes de tiempo en la cancha o en las consolas, porque cuando empieza la competencia ya dejan de crear, imaginar, abandonan el valioso juego simbólica para tratar de entender las reglas, mejorar, querer ser mejor que otro, ganar.
Y los chiquitos lo pasan mal porque no tienen todavía los recursos internos que les permitan ganar sin disminuir al perdedor, o perder sin derrumbarse, no están listos para perder, se ofenden, cambian las reglas, abandonan, revolean el juego. Tienen muchos años para ser grandes, pero sólo pueden ser niños hoy, y necesitan nuestro apoyo y cuidados para no quemar etapas tan necesarias como fortalecedoras de sus personas.
* Maritchu Seitún es psicóloga especializada en crianza. Publicó los libros Criar hijos confiados, motivados y seguros, Capacitación emocional para la familia, Latentes, Apego y crianza y Criar con empatía.