Historias de vida

Conducta Calle: la música como motor de reinserción social

Conducta Calle, el grupo que nació en el penal de San Felipe, en Mendoza, se prepara para dar su primer show el 14 de septiembre. Un repaso por su historia y las grabaciones con grandes artistas como Víctor Heredia, Ricardo Mollo, el Mono de Kapanga y Piero, entre otros.

Juan Ignacio Blanco
Juan Ignacio Blanco sábado, 13 de agosto de 2022 · 11:50 hs
Conducta Calle: la música como motor de reinserción social
El Polaco, el Palta y Diego encabezan Conducta Calle. Foto: Gentileza Kiki García.

Tracemos un paralelismo para situarnos en lo que vendrá y tomemos la canción Par mil de Divididos como disparador para contar esta historia de tres muchachos que, en un contexto desalentador y de encierro, vieron la luz a través de la música para canalizar sus iras, sus dolores, sus angustias y las depresiones propias de haber caído en la cárcel.

¿Y por qué esta canción de Divididos? Porque los “pibes”, después de un tiempo de contactos y estando alojados en el penal de San Felipe, cumplieron el sueño de grabarla nada más y nada menos que con Ricardo Mollo.

“Qué hay de esa imagen en mi cielo… No creo ser tan importante”, es una de las frases que tranquilamente se puede llevar a una sensación de encierro, donde el cielo es el cielorraso y donde la propia importancia de ser queda reducida a nada, queda reducida a la propia marginación social que atraviesan los privados de la libertad.

Pero como todo en la vida, muchos encuentran luz en algo ínfimo como en este caso puede ser la música. “Camino mi propia luz, y me siento un haz de luz. Claridad de propio ser. Luz, luz, luz del alma. Soy un hombre que espera el alba”, cantaban Palta y Mollo a dúo en esa versión con ritmos de cumbia colombiana que fue un éxito no solo por la versión en sí, sino por el contexto en el que fue grabada.

“Qué hay de esa imagen en mi infierno”, se habrán preguntado una y otra vez Diego, Palta y el Polaco en las vísperas de recuperar, cada uno a su turno, la ansiada libertad. “Si ya fui roto a tomar aire”, como buscando una explicación al suceso y al reencuentro de una sociedad que excluye y que, con esa mochila a cuestas, tiende más al ostracismo que a la propia inclusión.

Hablar de Par mil e intentar explicar sucesos a través de las estrofas de este clásico del rock nacional, es tratar de explicar que es Conducta Calle, un proyecto que nació en 2017 como un taller cultural dentro del penal mendocino de San Felipe y que con el correr de los días, interminables para ellos, fue tomando forma de un sueño que se convirtió en realidad.

Los Conducta Calle están a un paso de dar su primer recital en solitario, como estrellas principales de una velada que, ni el más optimista de los optimistas, podía llegar a imaginar que iba a suceder. Bueno, en realidad ellos sí, porque creían y creen en la fuerza de los sueños.

El próximo miércoles 14 de septiembre, el Palta, el Polaco y Diego tendrán su gran función en Teatro de la Ciudad de Mendoza, donde estarán acompañados por músicos amigos y por invitados de lujo que aún no se animan a adelantar.

Los Conducta Calle se preparan para dar su primer show el 14 de septiembre en el Teatro Mendoza. Foto: Gentileza Kiki García.

Volviendo al proyecto, Conducta Calle nació en 2017, como dijimos, dentro del penal de San Felipe y de la mano de Gaspar Contreras y Lucas Aja, quienes hoy día cumplen las funciones de manager y productor musical, respectivamente.

El inicio fue como todo inicio de proyecto. Con pocos recursos, con limitaciones propias de la situación, pero con la creatividad necesaria para llevarlo adelante. Tachos vacíos, tarros con arroz y cualquier otro objeto que emitiera algún sonido fueron suficientes para que los primeros ritmos de Conducta Calle comenzaran a retumbar por los pabellones de la unidad penitenciaria.

“Sonaba terrible”, es la frase que lanzan entre risas algunos de los que hoy son referentes del grupo musical que promete comenzar a “meter hits de verano en los boliches de Mendoza”.

La llegada del Palta al penal marcó un antes y un después en la historia de los Conducta Calle. El día de su ingreso, en la entrevista previa, él, cuando le preguntaron si tenía una profesión, respondió que era cantante. Y fue ahí cuando se hizo la luz para el grupo ya que, si bien comenzaban a sonar como ensamble, les faltaba algo fundamental: alguien que cantara.

La canción grabada con Mollo fue trascendental dentro de la historia de los ahora expresidiarios; pero anteriormente, y como puntapié inicial, grabaron con Víctor Heredia el tema Bailando con tu sombra. Después llegaron las visitas al penal de Marciano Cantero, de los Enanitos Verdes, con quien grabaron Amigos; y del Mono de Kapanga, quien además de apadrinarlos e invitarlos a subirse al escenario para tocar un par de temas cada vez que viene a Mendoza, grabó una versión cumbia de El Universal.

Son muchas las anécdotas generadas desde las entrañas del penal y cada una marca a fuego la historia de los músicos que se formaron en el encierro. Aunque seguramente, todos recordarán por siempre el día en que Piero en CNN en Español, con motivo del aniversario número 50 de la canción Mi Viejo, dijo que la mejor versión, de todas las que se hicieron a lo largo y a lo ancho del planeta, era la que había grabado con un grupo de presidiarios.

“Cada canción que presentábamos generaba cosas muy grandes. La prensa comenzó a hablar de Conducta Calle. El proyecto fue reconocido por la Legislatura de Mendoza. Hasta que los chicos comenzaron a salir en libertad y ahí fue cuando se empezaron a armar para lo que son hoy”, recordó Gaspar Contreras, quien dentro del penal de San Felipe era el coordinador de cultura.

Y siguió: “El primero en salir fue Diego, el tecladista de la banda y quien es el maestro y director musical. Fue el que empezó a buscar músicos de afuera para esperar a los que iban a salir. El último en hacerlo fue el Palta, el cantante. Al momento de salir le empezaron a dar mayor profesionalismo. Los chicos tocaron en la presentación de mi libro Florecer en el Infierno en la Nave Cultural y fue ahí donde surgió la fecha del 14 de septiembre ya que los vio el intendente Ulpiano Suárez y nos dio todo el apoyo para poder llevar adelante el show en el Teatro Mendoza”.

Recordando los inicios del proyecto, Contreras dijo: “Todos los participantes de Conducta Calle tenían que participar de algún nivel educativo; ninguno tenía causa por violencia de género y debían hacer el taller de nuevas masculinidades; talleres de meditación y culturales. Además, todos tenían la obligación de enseñarle a algún compañero a tocar el instrumento que ellos habían aprendido, cosa de que cuando salieran en libertad alguien tomara ese lugar. Por ejemplo, Diego le enseñó a Samuel, quien todavía está detenido, a tocar el teclado. Y el pibe terminó tocando a dos teclados”.

“Muchos de los que integraron el proyecto recuperaron la libertad y otros siguen presos. Los que están afuera, salvo el Palta, el Polaco y Diego, tienen que laburar para darle de comer a sus familias y se les hace muy difícil juntarse a ensayar para el show. El que sí va a estar presente es el animador de la banda que es Ignacio Fernández Cerri, quien sigue privado de la libertad, pero que consiguió el permiso para salir los fines de semana y para cuando tenemos algún show”, adelantó Contreras.

Para finalizar, Contreras explicó el porqué del nombre Conducta Calle: “Lo único que les pedimos fue que no tuviese un nombre tumbero, pero que sí tuviese algo referido a la cárcel. Surgió de un concepto muy tumbero pero que no está popularizado en la calle y que es muy intramuros. A los presos se los evalúa por conducta y por concepto. Van cumpliendo la condena y les ponen ´conducta uno, concepto muy bueno´, ´conducta dos, concepto regular´. Adentro de la cárcel ellos mismos piden hacer talleres para ´hacer conducta´ porque quieren salir a la calle. Así surgió. Un concepto muy de rancho y que la sociedad no lo tiene registrado”.

La noche del 14 de septiembre seguramente será la soñada por el Palta, el Polaco y Diego. Y con su música le transmitirán energías a sus compañeros que aun siguen en el penal de San Felipe, a quienes esperan con los brazos abiertos para agrandar la familia de Conducta Calle.

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