¡Socorro! Me citaron del colegio de mi hijo
Cuando el detector de llamadas de nuestro celular indica “Colegio”, la incertidumbre se apodera de nosotros, y si el llamado se debe a que la Directora o Maestra quiere que nos acerquemos a conversar, nos llenamos de preguntas y preocupaciones: ¿Qué habrá hecho mi pequeño?
Es sabido que las instituciones suelen tener reuniones habituales con las familias para conversar acerca de sus hijos, y poner en común estrategias y lineamientos para su educación. Sin duda es muy provechoso este canal de comunicación, y muy valorado también por los padres, que hacen malabares en sus agendas para no faltar a estos encuentros. Ahora, cuando la citación es individual y fuera de lo pautado, como son tantos los motivos que pueden dar lugar a la convocatoria, a veces es difícil como padres no dejarnos ganar por la ansiedad y el desconcierto.
Los jueves son el día más cargado en la agenda de esta familia. Lucas (15), con entrenamiento hasta la noche, Juana (13) y María (11) comedia musical, y Lupe (7) turno con la terapista ocupacional que la ayuda con la lectoescritura. Rodrigo, el papá, presencialidad en la oficina y Guada, la mamá, les lleva el pedido semanal de la feria de verduras a sus padres mayores. Ese jueves transcurría como cualquier otro, con corridas, traslados y postas. Al llegar la noche, cuando estaban a punto de apagar la última luz, María se acercó al comedor diciendo que se había olvidado de mostrarles una nota en su cuaderno: “Queridos padres: En el día de mañana viernes, los espero a las 8 am. para conversar acerca de María. Les agradezco desde ya sus esfuerzos por concurrir a la cita. Los saluda cordialmente Marité, Directora Nivel Primario.”
“¡¿Qué hiciste María?!", gritó Guada desbordada. “Justo hoy que estoy agotada, no lo puedo creer tener que irme a dormir con esta noticia". “No sé mamá, yo no hice nada”; susurraba María ya al borde del llanto. “No puede ser” sumó Rodrigo, “Desde 3er grado que no nos citan más, pensé que habías dejado de pegarle a tus compañeros".
Esta historia podría tener varios finales:
1. La citación se debía al mal comportamiento de María, que había golpeado a una compañera
En ese caso, sin duda los padres tendrían que conversar con ella sobre su comportamiento, el cual desde ya tendría sus consecuencias. Pero, ¿tendrá María ganas de compartirles sus vivencias si se siente así de prejuzgada y etiquetada?.¿Intentará la próxima vez no golpear a su compañera o más bien que no la pesquen? Y en este mismo final, sería muy distinto que María hubiese golpeado a su compañera “de la nada” o en respuesta reaccionando a algo muy feo que ella le había dicho o hecho.
Desde ya que nunca se justifica la violencia, pero muchas veces nos quedamos con un recorte de la historia, y no nos abrimos para escuchar la versión de nuestros propios hijos. Nos gana la vergüenza del sentirnos señalados, y no podemos frenar para ponernos por un segundo en sus zapatos.
En el otro extremo, a veces también podemos caer en la tentación de enfrentarnos a la Institución, defendiendo a ultranza a nuestro hijo, justificando cualquier comportamiento, y minimizando los planteos que nos hacen docentes y directivos. Sin duda, esto no les hace bien tampoco a nuestros hijos, y si bien nuestra intención es protegerlos, estamos poniendo las energías de manera equivocada. Familia y Escuela trabajan en conjunto velando ambos por el bienestar de los niños y adolescentes.
2. La citación se debía a una preocupación por el mal desempeño académico de María
Si bien los padres vamos monitoreando el rendimiento escolar a partir de las notas de pruebas y trabajos, lo cierto es que a veces se nos pueden escapar ciertas cuestiones. Qué importante cuando docentes y directivos se preocupan por sus alumnos y nos ayudan a los padres a conocer más.
Nuevamente, debemos alejarnos de una actitud defensiva (la maestra la tiene con ella, explica mal, son demasiadas pruebas juntas, y tantos otros argumentos que vienen a nuestra mente), y movernos hacia una mirada cooperativa. ¿Cómo podemos ayudar entre el colegio y la familia, para que nuestro hijo potencie sus habilidades y aproveche mejor sus años escolares? No poniendo el foco en las calificaciones, sino en el aprendizaje. A veces, simplemente apuntalando un poco, se obtienen excelentes resultados, solo es cuestión de ponerse en movimiento.
3. La citación se debía a que querían proponerle a María sumarse al taller de Olimpíadas de Matemáticas
Este taller generalmente se hacía en el año siguiente, pero como veían un excelente desempeño y entusiasmo en María, tenían esta propuesta, que antes querían consultar con sus padres. El apuro se debía a que en unas semanas tendría lugar la competencia intercolegial. Cuántas veces caemos en prejuicios y nos dejamos llevar. Sin duda, en este caso, el cansancio y los nervios propios del cargado día que habían tenido, no dejaron pensar con claridad a los padres, que reaccionaron sin saber, acusando sin motivo a María, que si bien en sus primeros grados había tenido algunos problemas de conducta, hace tiempo se estaba esforzando por portarse bien. Qué importante que cuando como padres se nos “salta la térmica” podamos reconocerlo delante de nuestros hijos, y pedirles disculpas por nuestras palabras y acciones. Es un gran aprendizaje para ellos ver que nosotros también nos equivocamos, y sobre todo que somos capaces de pedir perdón si lastimamos a alguien.
Del lado de las instituciones, también a veces tiene su dificultad encarar estas “conversaciones difíciles con las familias”. Todos celebramos recibir felicitaciones, pero cuando nos marcan falencias y temas para trabajar, no solemos predisponernos tan bien. Qué importante que maestros y directivos puedan encarar estas conversaciones desde una mirada positiva, resaltando las fortalezas de cada uno de sus alumnos, ya que desde allí se generarán los progresos. La tecnología también impacta en este vínculo familia/escuela, y muchas veces los chats tergiversan conversaciones, potencian conflictividad, y no contribuyen a la paz. Siempre es aconsejable recurrir a los canales habituales de comunicación, respetando la privacidad y la confidencialidad de la situación de cada alumno.
Familia y escuela son y serán equipo en la tarea de educar a los niños. En este vínculo es imprescindible una buena comunicación. No nos asustemos ante un llamado o nota que nos cita, sino más bien, vivámoslo como una oportunidad de conocer más a nuestros hijos, y trabajar en conjunto con la institución, para acompañarlos en su crecimiento.
*Magdalena Clariá es licenciada en psicología y Mercedes Gontán es abogada, mediadora y orientadora familiar. Juntas hacen Apuntes de siembra.

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