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La ciencia de los dominios: registración, administración y posterior mantenimiento

La importancia de los dominios a la hora de desarrollar una página web. Qué es una Dirección IP y cómo registrar un dominio.

Contenido externo viernes, 27 de mayo de 2022 · 17:56 hs
La ciencia de los dominios: registración, administración y posterior mantenimiento

Los dominios son un componente integral de la red, y uno de los más importantes a la hora de desarrollar una página web. Esta pequeña construcción forma parte de algo mucho más grande y termina siendo la política que permite la funcionalidad correcta de todo Internet. La mirada de una red sin dominios sería casi imposible, o por lo menos se visualizará una complicada convivencia para todos sus actores. Por este y muchos más motivos, es imprescindible ser consciente de la significación de lo que es un dominio; por eso lo definiremos a continuación.

La importancia de los dominios

Tu nombre de dominio es lo que permite la visita a una página web. Su carácter lingüístico determinará junto con el trabajo de marketing que haya detrás, determinará la probabilidad de que tus clientes u otros usuarios, encuentren ese sitio en particular. Es el canal de entrada al micromundo que promete una página web. Al ser esa carta de presentación es clave que tenga algunos detalles en cuenta, que analizaremos más adelante. Es la percepción inicial del producto, empresa o servicio al cual queremos acceder. Ese nombre de dominio se escribe en el navegador y así llegarás a la página específica. Pero como se trata de una dirección, que puede ser tranquilamente comparable con la dirección física de una casa, debe ser irrepetible y única. Es como la huella digital del sitio.

Conoce que és ICANN y una Dirección IP

Ahora hablemos de la famosa dirección IP. IP es el protocolo de internet. A través del mismo se localiza un sitio web. Cada computadora o dispositivo que crea o se encarga de manejar una página tiene un código de números particulares con el cual se identifican de otros IP. Para hacerlo más fácil de recordar, para su simpleza, traducimos ese número exagerado en una palabra o un conjunto de palabras. Cuando se realiza esa traducción, la subárea de la red pasará a ser rastreable, buscable, memorizable.

El ente internacional encargado de regular a los dominios se llama ICANN oficialmente. Ellos se encargan del registro de todos los nombres de dominios. Todos los registros se encuentran en una base de datos que ellos controlan. Las nuevas extensiones de dominio, deben pasar por un proceso de autorización que depende de ICANN. Es la autoridad de disciplina máxima en cuanto a esta temática. Y como toda autoridad, muchas veces es refutada, combatida y criticada. Especialmente en cuanto a distintos casos de registros que han surgido en los últimos años.

Como dijimos, el dominio se escribe en el buscador, y es ecuación completa también podemos llamar como URL. Cada dominio que instalaremos en esta locación, consta de dos partes fundamentales o generales: el nombre y la extensión. Ambos forman el dominio. El nombre es el que debería representar como imagen a la empresa o agencia dueña del sitio. La extensión viene a tipificar al dominio. De esta manera se diversifican los dominios a conveniencia del usuario, para ordenarse de manera correcta.

Las alternativas a los dominios tradicionales

El registro de dominios viene a través de un depósito de dinero. Su pago dictamina su protección contra otros que quieran tomar ese nombre. Lo que sucede muy a menudo, es que el registro del nombre de dominio que se quiere tomar a conveniencia, ya ha sido ocupado por otro. 

Muchos han aprovechado para registrar distintos nombres básicos o recurrentes, para luego aprovecharse monetariamente de un tercero que lo necesite para el funcionamiento de su empresa. Así se cobran recompensas millonarias, o mejor dicho rescates. Muchas multinacionales han tenido que caer en estas prácticas, para poder obtener su dominio exacto. Otras han buscado la forma de no favorecer a aquellos que se quieren aprovechar de esta situación. Muchas veces, la extensión .com está ocupada y se debe recurrir a otras alternativas para registrar un dominio. Cuando nos referimos al .com, estamos hablando del dominio de nivel superior o también llamado TLD. Este es el primer punto con el cual se identifica a un dominio. 

Si el .com ya está registrado, puedes optar por otra extensión que sea fácil de recordar y que sea genérica en diversos idiomas, como pueden ser: .shop, .me, etcétera. En los últimos años, han nacido nuevas extensiones que permiten que el mercado encuentre espacios donde antes había aglomeraciones innecesarias. Tal vez se achique el marco de tu publicidad, pero al mismo tiempo lograrás diversificar los sitios, encontrarle un sentido y una labor más definida. Con este nuevo surgimiento, un sinfín de alternativas al clásico .com fueron apareciendo en la web.

El registro de Dominios

Para comprar y hacerse con un dominio deben seguir una sucesión de pasos, que suelen ser sencillos. Tal vez la única complicación surja cuando tu nombre ya se encuentre ocupado. Primeramente, debes contratar o contactarte con un registrador de dominios como por ejemplo Nominus. Este tipo de empresas lo que hacen es verificar el nombre, y gestionarlo para que pueda ser registrado. Debe ser fiable ya que existen muchas compañías que abusan de ese poder que les otorgas para sacar ventajas en cuanto al precio a pagar o las tasas de renovación. Una vez que cuentas con esto, decidirás tu nombre de dominio. A través de la verificación, tendrás una lista de nombres posibles que se encuentran disponibles, en conjunto con su determinado dominio. Luego de tu elección, completas el registro y verificas si la propiedad que te fue asignada, ese espacio de la red, se encuentra desocupado. Recién allí, contarás con toda la información para la configuración del dominio a tu conveniencia.

La información que te llega por mail, a la hora de la adquisición del dominio, es de vital importancia y debe ser protegida como corresponde. Si falla esa comunicación, que suele suceder, debes establecer una queja de inmediato, ya que sino el registro quedará suspendido por un tiempo determinado.

Una vez que el dominio está en tu poder, debes estar atento a la renovación del mismo, para evitar que otro te lo quite cuando quede libre. Suelen ser renovaciones anuales. En Argentina, los costos de renovación varían entre $475 y $950, dependiendo de las extensiones que tenga. Si es un dominio especial, será más barato. Si es un dominio exacto, será más caro.

Muchas veces parecerá tedioso encargarse de estas circunstancias para obtener un simple dominio correcto y admisible. Pero esa propiedad será lo que dictamine publicitaria y funcionalmente, el atento ejercicio de lo que tu compañía, empresa o emprendimiento quiere llevar a cabo. Toda la plataforma web dependerá de ese detalle. Es necesario hacer todo lo posible para asegurarse el manejo comedido del dominio.

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