Justicia social

Becas Progresar bajo la lupa: ¿sirve o no el programa que Cristina Fernández de Kirchner lanzó en 2014?

Becas Progresar fue uno de los más ambiciosos programas sociales de Cristina Fernández de Kirchner. Lo presentó en 2014 como "una nueva política de Estado, que más que programa es un proyecto de vida para todos los argentinos". Hoy es un plan desdibujado y está muy lejos de cumplir sus objetivos.

Pedro Paulin
Pedro Paulin sábado, 21 de mayo de 2022 · 07:00 hs
Becas Progresar bajo la lupa: ¿sirve o no el programa que Cristina Fernández de Kirchner lanzó en 2014?
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Pasaron ocho años y cuatro meses desde que Cristina Kirchner lanzó el plan Progresar para incentivar a los adolescentes a terminar sus estudios y hacerse de una formación terciaria o universitaria que mejorase su inserción laboral, un desafío que el país aún hoy tiene por delante. Las interpretaciones y abordajes que tuvo el plan en su casi década de vida fue distinta y atravesó crisis económicas y lógicas que le imprimieron cada gestión de gobierno. 

El ministro de Educación, Jaime Perczyk dialogó con MDZ y opinó sobre las becas en tiempos de crisis. "Es cuando más hay que invertir para fortalecer la educación pública, tanto primaria como secundaria, eso es lo que estamos haciendo con inclusión tecnológica, conectividad, equipamiento, capacitación a las y los docentes y mejoras salariales", declaró y agregó: "Para nosotros la escuela es el lugar donde todas las chicas y todos los chicos de la Argentina tienen que estar”.

El ministro considera sustantivo el rol de las tutorías para el progreso de los estudiantes: “se crearon los Espacios Progresar, para acompañar y fortalecer a través de tutorías, actividades recreativas, las trayectorias educativas de las/os becarias/os del programa en particular, como así también del estudiantado en general, con el objetivo de garantizar de manera efectiva el derecho a una educación igualitaria y de calidad para todas y todos”, sostuvo. 

Sobre los resultados actuales del plan, el ministro aseguró que “casi 7 de cada 10 becario/as son mujeres y entre las y los becarios de nivel superior (Enfermería, Terciario o Universidad), el 90% están buscando el primer título superior de su hogar”.

Distinta es la mirada que tiene el dirigente opositor más consultado sobre el tema, el actual diputado y exministro de Educación  nacional Alejandro Finocchiaro, quien conversó con este medio.

Debemos enseñar a nuestros jóvenes a disfrutar de los desafíos y a sentirse cómodos con el esfuerzo, dice Laura Lewin

“La única lógica que quise que tuviera el Progresar era la del esfuerzo, la de ser mejores, la de estudiar más, conseguir mejor laburo y ser mejores cada día, es lo que hice e mi gestión”, dijo a MDZ el ex ministro de Educación nacional, quien llegó al ministerio en 2017 tras una actividad docente de décadas en La Matanza y el triunfo de Esteban Bullrich por sobre Cristina Kirchner para ocupar una banca en el Senado. La lógica educativa de la que habla el ex ministro involucra el aumento del monto mensual más allá de la inflación, más allá de otras variables, apuntalado el resultado y no sólo la presencialidad. 

“Si el mérito es simplemente ir, entonces es lo mismo aprobar que no, ir todos los días o no, sacrificarse o copiarse. Y no creo en eso, creo en que todos tienen que intentar ser mejores y entonces tener mejores resultados y mejores desempeños laborales”, definió a cerca de la metodología de instrumentación. 

La especialista en temas educativos Laura Lewin también se refirió a la lógica de las becas. “Resulta indispensable, en este sentido, incentivar a los jóvenes a cursar estudios superiores para lograr insertarse en el mundo laboral con la mayor cantidad de herramientas posibles, promoviendo la igualdad de oportunidades. En este sentido, las becas Progresar, como todas las becas, son un instrumento clave, sin embargo, debemos diferenciar lo que es un subsidio de una beca educativa. Lograr lo que uno quiere requiere de trabajo y esfuerzo y creo que las becas, en general, deben poder acompañar a los que más lo necesitan para garantizar el derecho al estudio, pero, además, de alguna manera, deben celebrar el esfuerzo y las ganas de superación”, sostuvo en sintonía con el exministro de educación de Cambiemos.

Un plan tiene que pensarse, financiarse y ejecutarse desde el mismo organismo público, es la única manera de lograr que sea dinámico y transparente, expresó Finocchiaro

Con respecto al rol complementario del Estado, Lewin apunta directamente al desempeño del alumno como consecuencia de esta interrelación Estado-Beca: "Debemos enseñar a nuestros jóvenes a disfrutar de los desafíos y a sentirse cómodos con el esfuerzo, pero el esfuerzo debe ser compartido: el gobierno ofreciendo un abanico de políticas socioeducativas, como becas, acompañamiento, sistema de tutorías, talleres sobre alfabetización académica, guarderías para los hijos de los alumnos -sin lo cual se les dificulta la cursada a miles de alumnos-... Es decir, un acompañamiento tendiente a ayudar a los alumnos a lograrlo. Y, del otro lado, los alumnos demostrando su compromiso a través de un avance tangible, compromiso con la cursada y responsabilidad. Si no, estaremos hablando de otro subsidio que no ayuda al crecimiento ni a las ganas de superación que debería garantizar este tipo de ayuda”, concluyó.

Sobre la asistencia y los resultados del plan, la licenciada Nancy Gimena Peña concluyó en un extenso paper de la Universidad de Cuyo que "los resultados obtenidos en esta investigación indican que no se puede asegurar un impacto positivo del Progresar sobre la asistencia al nivel superior del grupo de jóvenes objetivo del programa (de 18 a 24 años de edad). Esto se debe a que los efectos del programa sobre la tasa de asistencia difieren de acuerdo a la metodología y al estimador utilizado”. Es decir, aún hoy no se ha logrado establecer que el depósito de dinero a los aspirantes a la beca se traduzca en más alumnos y mejores alumnos, idea por la cual se gestó el plan en 2014. 

A valores actuales de inflación, las becas -que originalmente eran de $600 (unos U$75 a dólar oficial) quedaron atrasadas con respecto a otros periodos y se fijó en $6.400 (poco más de U$60 al cambio oficial) en la mayoría de las becas salvo enfermería y becas para finalizar el colegio que llega a los $10.700 en algunos casos. 

La aspiración durante 2015/2019 era que se propusiera a los estudiantes dedicarse a las carreras que estaban con mayor vacancia, por eso se realizó un estudio nacional en el Consejo Regional de Planificación de la Educación Superior (CPRES) y ofertas de títulos universitarios en todo el país, concluyendo qué hacía falta estudiar en cada lugar del país. Por eso los aumentos en carreras estratégicas eran mayores a las carreras no estratégicas. “Para qué necesitamos más abogados en Jujuy, un lugar que tiene que formar expertos en turismo, en energía renovable, personas que generen más y mejor laburo para esa provincia”, resumió el exministro Finocchiaro.

Fue poco el tiempo que convivió el gobierno de Cristina Kirchner con el plan de su autoría, ya que la derrota en 2015 delegó la responsabilidad de la ejecución a manos de la oposición. Hoy ya son casi un millón y medio las personas que cobran habiéndose agregado los mayores de 24 a 30 años durante la gestión de Mauricio Macri. En 2021 las becarias y los becarios fueron 1.427.209, de los cuales 360.708 corresponden al Progresar 16 y 17 años, 308.526 al nivel obligatorio, 56.351 al programa Egresar, 43.198 al Progresar Trabajo, 232.551 al Nivel Terciario, 81.033 a Enfermería y 344.842 al Nivel Universitario.

Este año el gobierno invertirá casi 30 mil millones de pesos en el plan que se financia con dinero de Anses aunque se ejecuta desde el Ministerio de Educación. En relación a la estructura, Finocchiaro sostuvo que “es un error que la estructura de un plan sea de dos entidades diferentes, un plan tiene que pensarse, financiarse y ejecutarse desde el mismo organismo público, es la única manera de lograr que sea dinámico y transparente”. 

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