La escuela argentina de la Antártida reabrió tras un año de pandemia

La escuela N°38 "Presidente Raúl Ricardo Alfonsín" de la Antártida en la Base Esperanza volvió a abrir sus puertas esta semana tras un año de actividades suspendidas a causa del covid-19. La única escuela en el continente es parte del sistema educativo provincial de Tierra del Fuego desde 1997, por lo que cumple 25 años en este 2022. Cuenta con 15 alumnos: 7 de ellos del nivel inicial y primario y 8 del secundario que utilizan el sistema el Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (Seadea), siendo todos ellos hijos de las personas que trabajan en la base y en la misma escuela. Tienen doble turno: de 8 a 12 por la mañana y de 15 a 18 por la tarde.

La Base Esperanza es la única estación antártica en la que el tanto el personal científico como el militar es acompañado por sus familias. Cada una de ellas cuenta con unas casa independiente e incluso cuenta con una iglesia, una escuela, una oficina postal, una emisora radial y un registro civil (además de a la habitual estructura antártica de cualquier otra base). En total, son 60 los habitantes que tendrá la base este año incluyendo los 15 alumnos ya mencionados de la escuela. Se encuentra en punta Foca de la bahía Esperanza en la península Trinidad, a aproximadamente 1.100 kilómetros de Ushuaia y a cerca de 3.200 de Buenos Aires. La temperatura media en la zona es de 5 grados bajo cero, aunque pueden haber días con mínimas que impiden que se realicen las clases, como sucedió hoy (llegó a -24° de temperatura).

Los encargados de la escuela son Soledad Otaola y Denis Barrios, un matrimonio que vive en la ciudad de Río Grande (donde se conocieron) fuera del período de clases. Fueron los ganadores de un concurso provincial en el que participaron 10 parejas, cada una presentando su propio proyecto para todo el año. Soledad (proveniente de Jujuy) y Denis confiesan que supieron de la existencia de la escuela apenas unos años atrás, después de ver un reportaje en televisión a unos docentes que en ese entonces trabajaban ahí. Desde ese momento tuvieron el deseo de anotarse y por distintos motivos externos nunca lo habían hecho. Como ambos se estaban acercando al límite de edad para ingresar, decidieron hacerlo este año.

Soledad, directora de la escuela, explicó a Télam que estuvieron "investigando mucho sobre la Antártida, la Base Esperanza, la vida del general Pujato, la educación rural y las clases plurigrado; además sabemos que en esta base la escuela es el corazón de la vida social y por eso estamos planificando talleres y actividades para hacer en familia, hay una mamá que sabe lenguaje de señas y el chico de 21 es instructor de musculación por lo que ya sabemos que van a poder aportar esos saberes".

La directora agregó más información acerca de la dinámica de la escuela: "Las mamás nos estuvieron dando una mano muy grande para preparar la escuela porque como estuvo todo un año cerrada hay mucho para hacer; además tenemos previstas comunicaciones con otras escuelas argentinas, en Marambio nos cruzamos con investigadores que además son profesores en Venezuela y España con los que quedamos en generar contactos y también a través de un docente argentino jubilado que es radioaficionado estamos viendo de comunicarnos con una astronauta italiana cuando este año le toque estar en la Estación Espacial Internacional".