Cocaína adulterada

"La droga siempre es un veneno": el consumo siempre es problemático, no se puede hablar de reducción de daños

La tragedia de la cocaína adulterada, que mató al menos a 23 personas, puso en primer plano la lucha de familiares de personas adictas. Cuestionan la teoría del "consumo cuidado", advierten que la droga mata siempre y piden una ley específica de adicciones.

Florencia Rodríguez Petersen
Florencia Rodríguez Petersen viernes, 4 de febrero de 2022 · 19:35 hs
"La droga siempre es un veneno": el consumo siempre es problemático, no se puede hablar de reducción de daños

"Hablan de droga envenenada y hay que saber que la droga es un veneno per se", sentencia Stella Maurig de la Asociación Civil Madres del Ser. Y enseguida insiste: "Siempre es un veneno. Que esta haya sido letal es una cosa, pero siempre lo es e indefectiblemente te lleva a la muerte".

Sabe de lo que habla. Su hijo David era adicto a las drogas y se pegó un tiro en julio de 2019. "Él quería dejar de hacer daño", dijo ella a los pocos días de su muerte. Entonces también contó lo que le pasaba: "empezó a caer preso porque consumía y robaba. Estuvo preso 3 o 4 veces y dejó la medicación porque decía que no tenía nada y que controlaba el consumo. La última vez que salió de estar detenido, una de las premisas para que vuelva a vivir conmigo, era hacer el tratamiento porque sino nos arrastraba a todos a su adicción. Se ponía violento, rompía las cosas, no quería trabajar, se iba y no volvía, entre otras cosas".  

Todas esas memorias se hicieron vida una vez más cuando empezó a escuchar la noticia de jóvenes intoxicados por cocaína adulterada. "Me enteré lo que estaba pasando cuando ví a Betty, una mamá, en la puerta del hospital San Bernardino de Hurlingham. Ella decía que su hijo era adicto y eso me conmovió mucho", cuenta Stella que pasó por lo mismo y por eso lucha para que Argentina tenga una legislación para el tratamiento de adicciones o se modifiquen en la Ley de Salud Mental vigente en el país desde 2010. 

"Pedimos una ley específica de adicciones porque la ley de salud mental y adicciones sólo tiene unos pocos artículos que hablan de adicciones y en todos hay un error garrafal. A la hora de tener que internar a una persona es muy engorroso", explica. Y señala que esa es una de las luchas que unió a quienes integran Madres del Ser para luchar contra las adicciones. "Cuando empezamos con las marchas hicimos un petitorio pidiendo una ley específica. Nos recibió el doctor Luis Di Giacomo en el Congreso. Pedimos el cambio de algunos artículos de la Ley de Salud Mental y adicciones porque son los que a la hora de internar a un ser querido son los más complicados", dice refiriéndose al petitorio que el diputado rionegrino recibió a mediados de 2021. 

Según Maurig, "el Estado nunca hizo nada. La familia de un adicto está totalmente abandonada por el Estado, pareciera que las adicciones están al margen de la salud". Y va aun más allá al señalar su preocupación porque "el consumo se está normalizando en la sociedad". 

Es consciente de los debates que se abren, aparte del que considera urgente que tiene que ver con la sanción de una ley específica de adicciones o, como mínimo, la modificación de los artículos de la Ley de Salud Mental que dificultan a los familiares de adictos solicitar su internación o acceder a tratamientos. Esta normalización influye en quienes consumen, señala y acota enseguida que prefiere no hablar de "consumo problemático" porque esa expresión es la que eligen quienes hablan de "reducción de daños".

Reducción cuidados: la polémica del consumo cuidado

Se refiere a una línea terapéutica que entiende esta "reducción de daños" como un modelo que busca "mejorar la calidad de vida de la persona  prevenir cualquier daño asociado a la conducta problemática, como por ejemplo muerte por sobredosis o accidentes", tal como contempla el Plan Integral de Consumos Problemáticos que responde a la Ley 26.934 sancionada en 2014. "Se asume que hay un daño pero sin decirlo", se queja Stella Maurig consciente de que la problemática es tan profunda que requiere un debate a fondo. 

Una muestra de de esta estrategia es la cuestionada campaña #ConsumoCuidado del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. El flyer publicado en enero y decía: "Anticipate para disfrutar como te gusta. Prácticas saludables. Analizá cuál va a ser tu límite; mantené un vínculo, no te aísles; conocé el origen de lo que consumís. Elegí un #ConsumoCuidado”.

La imagen pasó casi inadvertida en su momento, pero fue viralizada esta semana luego de que el ministro de seguridad de la provincia pidiera a la población de descartara la droga comprada en las últimas 24 horas. "Quienes compraron droga en estas últimas 24 horas tienen que descartarla", fue la expresión que usó Sergio Berni y que desató múltiples reacciones. Junto con esa volvio a viralizarse una imagen similar que había sido publicada el último viernes 28 de enero con el título: "Los efectos de lo que consumís pueden variar". 

Hubo quienes acotaron que sonaba a chiste, pero también quienes se quejaron de la paradoja de pedir a un adicto que deje de consumir, como si fuera algo que pudiera manejar. Pero también se escucharon voces críticas a que la postura del gobierno sea de reducción de daños en lugar de ir contra las causas de este problema. "El gobierno que debería combatir la droga atacando sus causas, hace promoción explícita de su consumo", señaló el senador provincial Joaquín de la Torre que definió como aberrante esta campaña.

Uno de los polémicos avisos de la cuestionada campaña de Consumo Cuidado basada en la teoría de la "reducción de daños"

También Jorge Macri se diferenció de la política provincial. “Desde que asumió Axel Kicillof jamás habló de combatir a las drogas, ni a los grandes narcos, ni al narcomenudeo que destroza la vida de los jóvenes en toda la Provincia. En cambio, promueve con recursos públicos el ‘consumo cuidado’. Así estamos, contra esto luchamos", expresó el exintendente de Vicente López.

Ley de salud mental: por qué está en el centro del debate

El sociólogo Ramiro Mendoza Águila, especializado en consumos problemáticos, reconoce que la Ley de Salud Mental tiene "puntos discutibles o mejorables", pero destaca su valor. "Se enmarca en una mirada de derechos humanos y en lineamientos internacionales sobre salud mental: no es un invento local. Me parece que en ese sentido es muy rescatable esta concepción", dice.

Puntualiza como algo a favor que la ley busque pasar de una mirada "super psiquiatrizante" a una más "interdisciplinaria y comunitaria". El psiquiatra y los médicos -toxicólogos o clínicos- tienen un rol clave pero no excluyente porque la salud es más integral y complejo. "Reducir la Salud Mental a la intervención de la medicina, que muchas veces llega cuando ya la situación está detonada es no pensar la promoción y prevención de la salud. La Ley de Salud Mental amplia la intervención de la medicina a otras profesiones como el trabajo social, la terapia ocupaciones y la psicología, entre otras". 

Augusto Greco, licenciado en psicología y especializado en salud mental y adicciones, también señala como una "ventaja" que la ley de mayor participación al personal de salud mental en el proceso de intervención. "En lo que respecta a las internaciones involuntarias aventaja a legislaciones anteriores porque siempre se requiere -salvo que haya una situación delictiva de por medio- de la evaluación profesional para proceder, cuando antes la justicia y la fuerza pública se manejaban de manera más autónoma en este punto", señala y agrega que la ley incluye el concepto de "riesgo cierto e inminente” (para sí mismo o para terceros). "Eso es lo que habilita o no a un profesional a determinar que es pertinente una internación involuntaria", expresa. 

"La Ley Nacional de Salud Mental plantea explícitamente que la internación es el último recurso terapéutico", explica Mendoza Águila. "Lamentablemente hay muchos temas que se tergiversan por falta de conocimiento", acota y sigue "La ley vigente desde 2010 mantiene la internación como recurso extremo. Podríamos hacer un paralelismo con el coronavirus: no todos los que lo padecen deben ser internados sino sólo aquellos que lo requieren por la gravedad del caso. En salud mental es igual. Los profesionales deben evaluarlo y debe haber un consentimiento". 

Señala que muchas veces las personas creen que "el encierro es mágico" y como profesional sabe que suele ser al revés: "la situación de encierro suele agravar la situación". Se refiere específicamente a este caso. "Entiendo a las madres, pero hay como un pensamiento mágico de quela internación cura todo. Y no es así. la internación es necesaria en forma acotada, en el tiempo en que sea necesario. Acá el principal problema es en poblaciones vulneradas en sus derechos. Un chico que consume paco no tiene una familia continente, es muy probable que la familia no tenga un trabajo digno sino que viva de changas, sin oportunidades de desarrollo ni recreación sana en el barrio. En psicología se llama desesperanza aprehendida. En ese contexto la salida de la droga es un respuesta no sólo a problemas individuales sino a un cuadro social y económico de exclusión grave", comenta. 

"Las personas, las familias y las comunidades deben ser informadas sobre las condiciones de salud mental de la persona y luego deben poder evaluar con profesionales de diferentes áreas la intervención en situaciones de crisis, que pueden ser predecibles y prevenibles a fin de tener menos efectos negativos", explica respondiendo, de alguna manera, a quienes se quejan por la falta de respuesta que reciben los familiares de personas adictas. 

Greco enfatiza también el rol de las familias que son las que, al ocurrir episodios como el de la cocaína adulterada que causó al menos 23 muertes esta semana, salen a exigir modificaciones en la Ley de Salud Mental por sentir que no les permite cuidar al adicto ni a sí mismas. "Las familias pueden hacer mucho", sentencia y sigue: "Es frecuente en nuestra práctica cotidiana asesorar a las familias a consultar los servicios de emergencias, ya que los profesionales acuden y pueden determinar la gravedad de la situación, pudiendo determinar si hay riesgo y actuando en consecuencia. Cuando las familias ven riesgos y se ven impedidas de actuar de esta manera (llamar a los servicios pertinentes), si bien la ley cambió algunas cosas, hay procedimientos muy precisos que se pueden implementar para que se logre internar a alguien que corre riesgo o pone en riesgo a los demás. Es un procedimiento con un recurso, que se tramita y asienta en un juzgado y permite que tanto los profesionales de urgencia como la fuerza pública intervengan". 

El psicólogo asume que este tema tiene un trasfondo más profundo. "Las cosas son complejas, no se avanza demasiado al opinar libremente de una situación particular que se desconoce, pero estos hechos pueden ayudarnos a reflexionar", dice y añade: "Sin dudas la toxicomanía o consumo problemático de sustancias es una de las formas de padecimiento que tiene preponderancia en nuestra época. Pero no podemos dejar de ver que hay cuestiones que a veces quedan ocultas detrás de la situación aparente, si el consumo se presenta como una forma de padecimiento de nuestra época ello no quiere decir que nos quedemos en la superficie, ya que el padecimiento siempre tiene sus orígenes, su raíces en las problemáticas subjetivas de cada quien". 

"La responsabilidad primaria es del Estado que debe ser el gran garante de nuestros derechos y acá estamos hablando del derecho a la salud. Sobre todo en Salud Mental. Debe intervenir directamente o a través de otras organizaciones. Creo que es fundamental que el Estado haga una inversión social en temas familiares y ofrecer espacios de intervención, escucha y contención para las familias", concluye Mendoza Águila. 

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