La trágica pérdida de vid que complica aún más a la producción local

Las consecuencias de la tormenta de granizo que comenzó el miércoles pasadas las 16 horas en Mendoza y que dejó toda clase de daños a su paso en cuestión de minutos, fue también la peor noticia para los pequeños y medianos productores locales del Este, quienes por estos días se predisponían a cosechar los frutos de meses de esfuerzo. Si bien por ahora, desde las asociaciones que nuclean al sector se encuentran realizando relevamientos en las fincas más afectadas, se estima que solo en esa zona del territorio productivo de Mendoza al menos 70% de la uva que ya estaba lista para ser cosechada, quedó destrozada.
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Nicolás Vicchi, subgerente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi) destacó que la piedra de gran tamaño que se hizo sentir en la provincia, afectó sobre todo a los productores de localidades del este mendocino, como Palmira, Buen Orden y Chapanay, entre otras. “Para los productores de estas zonas ha sido un golpe muy duro no solo desde el punto de vista económico, sino también anímico. Para un productor que está esperando el resultado de su trabajo durante tanto tiempo y con muchas inclemencias y problemas en el medio, el hecho de encontrar todos los brotes y racimos de las parras destruidos es muy grave”, lamentó Vicchi.
En un año considerado como el peor de los últimos cinco años en lo que a cosecha de la uva se refiere y cuando la emergencia y desastre agropecuario fue declarada a nivel nacional, el panorama se vuelve aún más complejo para la industria “madre” de la provincia.
Por ahora, los trabajos para relevar pérdidas económicas y materiales continúan. “Estamos esperando los resultados. Pero lo cierto es que esta situación además encarece el costo de la cosecha porque el valor de la ficha cambia debido a que los cosechadores se encuentran con un esfuerzo mucho mayor para poder rescatar los racimos de mejor calidad”, aclaró Vicchi y recalcó que además, el daño provocado por el granizo se traslada a la temporada siguiente. Por ello, la planta requiere de un tratamiento especial.
Faltan cosechadores
A esto se suma la escasez de mano de obra para levantar la cosecha. “Muchas personas que trabajan en la cosecha reciben planes sociales y tienen la idea equivocada de que si trabajan en la finca van a perder ese beneficio, pero en realidad no es así. La consecuencia de ello es que cada vez tenemos a menos personas disponibles para trabajar en el sector”, aclaró Vicchi.
Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), entidad que nuclea a unos 2 mil productores mendocinos, detalló que por ahora se está realizando un paneo de la situación en las fincas más dañadas por el aguacero que llegó con piedra de gran tamaño ayer. Sin embargo, adelantó que los núcleos de nubes cargadas de piedra volvieron a situarse en zonas que ya habían sido afectadas por tormentas hace muy poco. "En Rivadavia, San Martín, Junín, Santa Rosa y La Paz sabemos que la piedra dejó muchos daños porque son lugares que ya habían sido muy afectados por las tormentas", detalló Achetoni.