Opinión

Constructores de paz, un desafío para encarar el cierre del año

El final del año nos encuentra especialmente estresados. Puede pensarse -y seguramente sea cierto- que esto es multicausal. Pero…¿cuáles serían las causas?. Buen momento del año para reflexionar.

Matías da Rocha
Matías da Rocha miércoles, 7 de diciembre de 2022 · 07:07 hs
Constructores de paz, un desafío para encarar el cierre del año

Bueno… podríamos pensar que una de ellas es la pospandemia. Al menos este año fue “normal” en cuanto a lo sanitario, y eso marcó una diferencia respecto de 2021, y sobre todo respecto de 2020 en el que estuvimos literalmente presos dentro de nuestras casas por meses. Sin embargo, me atrevo a decir que las consecuencias de lo que fue la pandemia siguen siendo parte de nuestra vida. Por un lado, niños y adultos que no pueden regular sus emociones. Irascibles, desenfocados. Estamos cansados… pareciera que todo nos cuesta más.

Por otro lado, claro, el aspecto económico. Familias que no lograron reponerse de la pandemia, y otras que –aun teniendo trabajo- siguen sin poder afrontar todos sus gastos. Sin duda, los seres queridos que fallecieron durante la pandemia son nuestro principal duelo. Pero el duelo es mucho más amplio y tiene que ver con todo lo que perdimos en esos meses. Ese duelo también generó la expectativa de hacer en 2022 todo aquello que “nos fue negado” durante la pandemia y le agregó al año un stress adicional. Y para frutilla del postre, nos ponen un mundial en noviembre-diciembre. En nuestro país vivimos los partidos con pasión, con la camiseta puesta y mordiendo un almohadón. Así no hay corazón que aguante.

¿Podemos hacer algo? Sin duda, siempre algo podemos hacer. Para poder vislumbrar una mejora, lo primero es trabajar para poder estar en paz. Hay una idea que suelen utilizar mucho quienes enseñan coaching y que tiene que ver con trabajar sobre nuestro círculo de influencia (aquellas personas y espacios sobre los que podemos influir positivamente), y renunciar al círculo de preocupación, naturalmente más grande que el anterior, y también casi totalmente fuera de nuestro alcance. En este segundo círculo se encuentra la situación del país, temas del gobierno, cómo es mi jefe o la guerra en Europa. Nada puedo hacer (o
muy poco) para influir sobre ellos, y es habitual que los temas del círculo de preocupación se lleven la mayor parte de nuestro tiempo, nuestras amarguras y –valga la redundancia- de nuestras preocupaciones, muchas veces incluso influyendo negativamente en nuestra salud.

Una apostilla sobre el Mundial. Claro que nos gustaría a todos que nuestra selección vuelva con el título. Pero eso no está en nuestras manos. Es parte del círculo de preocupación. Poco podemos hacer para que ocurra.

La invitación entonces es a trabajar sobre nosotros mismos. Y para esto vamos a proponer algunos tips a tener en cuenta:

  • Meditar, rezar.
  • Escuchar música relajante (hay mucha y muy buena en Spotify y en Youtube).
  • Leer un buen libro.
  • Saber decir que no (a veces, decir “sí” cuando debimos decir “no”, nos estresa innecesariamente).
  • Ver una buena película en familia.
  • -Tomarnos tiempo con nuestro cónyuge.
  • Planificar las vacaciones (y desconectarnos). Saber “cortar” el trabajo.
  • Darnos tiempo para pensar. Suele tener mala prensa, pero es muy útil. Tristemente en muchos ámbitos es sinónimo. de pérdida de tiempo, cuando debería ser todo lo contrario.

¿Y ahora? Estas son solo algunas ideas que buscan ayudar a la reflexión. Cada uno seguramente sabe qué otras acciones le generan paz. En todo caso la paz no es un estado, sino una búsqueda constante dentro de la incertidumbre, ya que nunca tendremos paz completa. Por eso la propuesta de esta humilde nota es que cada uno de nosotros pueda llevar paz allí donde vaya. Convertirnos en "Constructores de paz".

¿A dónde podríamos llevar paz? Al seno de nuestra familia, a nuestro grupo de amigos, pero también al trabajo, al estudio, al deporte que nos guste practicar, y especialmente a la calle. ¿Cómo manejamos, cómo nos comunicamos cuando vamos de compras, cómo nos relacionamos en lo cotidiano? Cada una de estas interacciones, son una oportunidad para transmitir paz.
¿Se trata esto acaso de ceder en todo? Tal vez sí, tal vez no. Seguramente dependa de las circunstancias.

Pero llevar paz es, sin duda, un pequeño aporte que podemos hacer para tratar de vivir un fin de año mejor. Y digo un “pequeño” aporte, porque en general son cosas simples.

  • Un gesto amable
  • Una sonrisa
  • Responder de buen modo cuando alguien nos habló de mal modo
  • “Salvar la proposición del otro”. Suponer bien de lo que dijo o hizo otra persona, aunque las circunstancias muestren lo contrario
  • Hacer un favor sin que nos lo hayan pedido

 Pero no podemos hablar de paz en este contexto sin mirar la Navidad. ¿Qué podemos hacer para ser "Constructores de paz" en navidad? Aquí algunas propuestas:

  • Invitar a nuestra mesa a algún familiar que no solemos invitar
  • Hablar en las reuniones de temas constructivos. Evitar hablar de aquello que sabemos que podría generar discusiones, política, por ejemplo.
  • Hacer un regalo a alguien que no lo espera. Tiene que ser alguien a quien no le regalamos habitualmente (sea familiar o no).
  • Agradecer. Ser agradecidos. ¿A quién tengo que agradecer este año? ¿Por qué? Este punto es una invitación a un ejercicio para nuestra memoria.

No está en nuestras manos resolver las guerras mundiales y tal vez tampoco la situación del país. Pero desde nuestro humilde lugar podemos hacer mucho parar llevar paz a aquellos corazones abatidos que circulan alrededor nuestro. Que cuando levantemos nuestras copas en esta navidad, podamos reconocernos también como "Constructores de paz". Como aquellos que hemos sabido llevar paz a nuestro entorno.

¡Feliz Navidad!

* Matías da Rocha, Comunicador y Contador Público Nacional

matiasdr44@gmail.com

Archivado en