El dato alentador que puede prometer un desarrollo socioeconómico en nuestro país

Juan Camisassa, coordinador del Programa de Protección Social, conversó con MDZ Radio sobre por qué los bajos índices de fecundidad son un buen dato para el desarrollo socioeconómico. 

"Estamos entrando, con una dinámica demográfica similar a la tiene Europa hace varias décadas", expresó el especialista.

Además afirmó que esto se puede evaluar como algo positivo. "Esta caída en la tasa de fecundidad que fue de 34% entre 2014 y 2020, fue mucho más fuerte en adolescentes con un 55%. La mayoría de los embarazos, en este periodo de la vida de las personas, no son intencionales. El hecho de que hayan bajado tanto los embarazos en la adolescencia nos está hablando de una baja muy grande en los embarazos no deseados", dijo.

De esta manera, esta realidad indica, según Camisassa, un mayor acceso a métodos anticonceptivos, derechos sexuales y reproductivos.

Este indicador resulta positivo desde el punto de vista de desarrollo socioeconómico. "La principal causa de abandono escolar es el embarazo no deseado en la adolescencia. Al bajar este porcentaje, se puede fortalecer las trayectorias educativas y laborales. En donde más cayó la tasa de fecundidad adolescente es en mujeres de bajo nivel educativo", argumentó. 

El especialista detalló que actualmente nuestro país se encuentra en un periodo que se lo conoce como "bono demográfico", donde existe una mayor proporción de personas en edad de trabajar en relación con las personas en edades dependientes (personas mayores, niños y niñas). 

"Esta es la oportunidad, para generar excedente, porque tenés más gente en edad de trabajar. Dentro de 40 o 50 años la sociedad va a estar mucho más envejecida. Si la esperanza de vida sigue aumentando, la baja en la natalidad va a profundizar este envejecimiento. Si ahora no aprovechamos este momento para invertir en el capital humano, en los cuidados, en la educación de estos niños y niñas que están naciendo, va a estar complicado", argumentó.

El especialista advirtió un cambio en las conductas sociales y decisiones en gran medida motorizadas, quizás por el avance de movimientos feministas, mayor autonomía, y postergación de la maternidad. Esto se traduce en que hay una nueva forma de planificación familiar, o un cambio en las personas que antes querían tener hijos y ahora no. Por otro lado, se puede visibilizar un mayor acceso a métodos anticonceptivos, por ende hay una baja de embarazos no deseados.

Finalmente, Camisassa advirtió que estos datos son hasta diciembre del 2020, por ende el efecto de la pandemia y de la legalización del aborto en Argentina no se han podido medir aún.