Arte y cultura

El viaje al más allá, Raquel Forner en el Museo de Bellas Artes

El martes pasado se inauguró en el Museo Nacional de Bellas Artes la muestra “Raquel Forner. Revelaciones espaciales. 1957-1987”, una exposición que reúne 65 obras de la artista. Estará colgada hasta fines de febrero próximo y puede visitarse con entrada libre y gratuita.

Carlos María Pinasco
Carlos María Pinasco domingo, 4 de diciembre de 2022 · 09:06 hs
El viaje al más allá, Raquel Forner en el Museo de Bellas Artes

Nacida en Buenos Aires en 1902 en una familia de ascendencia española, Raquel Forner de joven viajó a Europa donde despertó su vocación artística. Vuelta al país en 1921, ingresó a la Escuela Superior de Bellas Artes, y se graduó como profesora de Dibujo. Tres años después, se presentó por primera vez al Salón Nacional de Bellas Artes. A mediados de la década del veinte, se radicó en la capital francesa, donde formó parte del llamado grupo de París conformado por artistas argentinos – la mayoría pintores – como Horacio Butler, Héctor Basaldúa, Aquiles Badi, Juan Del Prete, Pedro Domínguez Neira, el escultor Alfredo Bigatti y el escritor Leopoldo Marechal. 

Ya en Buenos Aires, en 1936 se casó con Bigatti. Al año siguiente, en la casa- taller que diseñaron juntos en San Telmo, inició su serie De España, ligada a la Guerra Civil Española. Declarada la segunda guerra mundial, comenzó la serie El drama. Con una de estas obras en 1942, obtuvo el Primer Premio de Pintura en el XXXII Salón Nacional de Bellas Artes ahora de la colección del MNBA. Ese año, su obra “Desolación” ingresó al MOMA de New York.

“Retablo de Dolor, 1943. MNBA

Paralelamente, recibió dos importantes distinciones: el Premio Palanza, otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes en 1947, y el Gran Premio de Honor en Pintura del XLV Salón Nacional de Bellas Artes, en 1956.  El inicio de la carrera espacial despertó en la artista una motivación que mantuvo vigente a lo largo de más de dos décadas y cuyo resultado son el eje
de esta exposición.

Futuro amanecer

Como en la etapa anterior que denominó “terrestre”, en su etapa espacial agrupó sus obras en series que tituló “Las lunas, los que vieron la Luna, La astrofauna, Los astroseres, Los astronautas, Los laberintos, Los terráqueos y Los mutantes”. Hay en la artista una progresiva modificación estilística en este período, donde en las obras, se va perdiendo la tercera dimensión. Una especie de planimetría que remite al arte primitivo.

A la par la paleta se vuelve más decidida (osada, podría decirse) los medios- tonos tienden a desaparecer y los primarios campean.
El dibujo pierde detalle a la vez que es definido mediante trazos gruesos, a menudo negro y la abstracción gana espacio. Son obras de gran formato que vistas en conjunto en el Pabellón de muestras temporarias de nuestro Museo, (a sala vacía) causan un efecto sobrecogedor.

Completa la muestra una serie de obras sobre papel, incluidos grabados que demuestran amplio dominio del oficio. No hay en las lunas de la Forner un sentido poético, cuyo momento cúlmine podría con justicia atribuírsele al vate itálico Giacomo Leopardi (1793-1837). O, más cercano a nosotros al pintor oriental José Cúneo (1887-1977). Tampoco vincularía yo, como se hizo, la serie espacial al surrealismo. Cabría tal vez alguna vinculación formal, en la obra anterior de Raquel Forner con algún exponente icónico de ese movimiento (pienso en Remedios Varo), pero claramente no son los sueños la usina que nutre ninguna de las etapas de nuestra artista. “Todas mis series fueron inspiradas en las tragedias que asolaron a la humanidad…Reflejan mi protesta en contra de las fuerzas negativas que tratan de destruir la integridad psíquica, moral y físca del hombre”, escribió al  respecto.

Gentileza MNBA

Las distintas series espaciales tienen como origen la indagación en lenguaje artístico de la nueva aventura en que la humanidad se embarca. A la motivación “científica” se agrega en seguida una “filosófica” que escarba sobre nuestros orígenes y destino. Aparecen los astroseres y mutantes que en la etapa final de la vida de la Forner, (de connotación fantástica) desembarcan en el Valle de la Luna -Ischigualasto- de San Juan para encontrarla y portarla al más allá.

Carlos María Pinasco es consultor de arte.

carlosmpinasco@gmail.com

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